La historia de amor que existio entre Harry y Draco no se acabó con su ruptura, han pasado siete años desde esa noche y cuando logran verse las chispas aún logran sentirse. El verse nuevamente abre más puertas y posibilidades para que se amen librem...
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Apenas vieron a Harry desaparecer por el pasillo que llevaba a los baños, los dos amigos de Abraham comenzaron con los comentarios:
—El niño que vivió —dijo uno con burla—. Yo también vivo y no me han dado ningún premio
—Ahora sé a qué te referías con lo de la estupidez humana, pero si sólo hace falta verlo
—continuó el otro, siguiendo con un tono de burla más despectivo, tan ebrio qué hablaba entre risas ahogadas.
Mientras que en el baño Harry no podía dejar de pensar en la espantosa noche que estaba teniendo, en lo odiosos que eran los amigos de Abraham y como este apoyaba amigablemente todo lo que ellos decían, apenas si conocía a los amigos de su novio y ya los odiaba, habían empezado la noche con burlas y bromas perversas, riendo a sus costas como si realmente no estuviera ahí.
Con una rápida revisión a su aspecto Harry salió del baño y caminó hasta la barra, donde se supone que lo esperaban, pero los comentarios de los amigos de Abraham lo hicieron parar a medio camino y ocultarse en una mesa cercana.
—¿Esperarás a sacarle un poco más de oro o dejarás al héroecito apenas terminé la noche? —preguntó uno de los amigos de Abraham, el más sobrio.
—Puedo soportar un poco más. —Abraham hablaba con un tono diferente de voz, menos encantador o grácil—. En una semana tengo un viaje con el chico del bar y Harry puede financiarlo si tan sólo le digo que necesito más dinero.
—El héroe del mundo mágico va a financiar tu viaje y es tan estúpido que no se da cuenta —siguió el tipo que se ahogaba en alcohol—. ¿Dónde consigo uno así?, lo mantendría tan feliz que no haría falta más que una cogida rápida para que pagara mis cuentas. —Los tres se ahogaban en carcajadas y brindaban por cualquier cosa que decían.
«No» era lo único que Harry podía pensar, «No, no, no, no, no» se repetía en su mente, «No, no es verdad. No puede ser verdad» pensó Harry con desesperación, aferrándose a ese pensamiento.
Abraham había estado siguiéndoles la corriente toda la noche, pero sólo por ser sus amigos y estar ebrios. Sabía que su novio no era el ideal o el mejor, ni siquiera era cariñoso (Harry tampoco lo era), pero no se atrevería a usarlo de esa manera.
—¡Incluso va a pagar todo lo que bebamos esta noche! —Anunció Abraham a sus amigos, burlándose. Nuevamente los tres chocaron las copas y Harry se hartó.
Fue entonces que Harry comenzó a creer que Abraham no les estaba siguiendo las bromas sólo por ser sus amigos, no pudo evitar recordar con un poco de amargura como Abraham le había rogado para que fueran a beber con sus amigos, y al llegar había dicho que olvido su cartera pero cuando Harry propuso regresar por ella, Abraham había insistido en que pagara sólo por esa vez, diciendo que no sería mucho. Le había prometido a Harry que sería recompensado y además eso hablaría bien de él frente a los amigos de Abraham.
