Y ahí estaba yo, mirando al chico que iba a ser mi profesor durante un año entero. Su semblante estaba serio mientras me miraba, sus iris que antes no podía identificar, ahora sí, son celestes, como el cielo.
Maldecía de mil formas en mi interior. De todos los chicos él tenía que aparecer por esa maldita puerta justo él tenía que aparecer. Bien, debía calmarme, solo fue una noche ¿no es así? Sentí mis mejillas arder en cuanto pensé en esa noche, lo que hicimos, sus palabras, mis gemid... ¡oh por dios, basta Violet Williams!
- oh por dios –digo en alto sin pensar causando que todos me miren. Al darme cuenta de que estaba siendo el centro de atención de la mayoría, carraspeo la garganta y mi vista se dirige nuevamente a Noah. El pelinegro tenía su cabeza en alto mirándome fijamente junto a una sonrisa de lado mostrando seguridad en sí mismo, oh claro, y su hoyuelo. Y no, no voy a mentir, se ve igual de guapo que el día que lo conocí. –L-lo siento –tartamudeo mientras bajo la mirada-
Ailín ríe por lo bajo mientras me hace maldecir nuevamente, debe de pensar que lo que dije lo hice por lo bueno que esta su hijo. Si supiera señora, si supiera
–Bien –mira a Noah quien por cierto no ha despegado su vista de mi desde que llego- desearía quedarme, pero tengo que arreglar unas cosas antes de marcharme. –sin mas agarra su cartera y se va saludando alegremente-
Desde que Ailín se marchó, el estudio había quedado completamente en silencio. Noah nos miraba desde arriba abajo –lo que, por cierto, me estaba comenzando a incomodar-
Sin más el pelinegro comienza a hablar
-Pónganse en una fila, que les quede espacio para moverse –camina hacia el frente con un paso firme como su voz. Ya todos acomodados mirábamos hacia el frente donde se encontraba nuestro profesor mirándonos a cada uno fijamente, el silencio que había en el estudio era muy incómodo, tanto que nadie se animaba a moverse ni hablar- Bien, no sé si mi madre les dijo que las cosas este año van a ser diferentes, pero cualquier cosa que no se los haya dicho se los digo yo –hace una sonrisa falsa y la desvanece inmediatamente cuando comienza a hablar- Desde que pasan esa puerta –señala la nombrada- su vida queda atrás, aquí vienen a bailar y practicar para ser futuros bailarines –hace una pausa- si van a estar en este grupo quiero que se lo tomen enserio –me mira- quiero que en todo momento bailen, en sus casas y aquí –mira hacia otra compañera- quiero que practiquen un paso que no les salió bien, hasta que les salga, perfecto –hace énfasis en "perfecto".- Vamos a estar aquí las horas que yo vea necesarias para quedarme satisfecho con su trabajo, ¿bien? –asentimos- y una cosa más –me mira- no quiero que me llamen por mi nombre
.
- ¿Y cómo quiere que lo llamemos? –dice Thomas en tono burlón mientras susurraba, pero no tan bajo para que Noah y los otros no lo escucharan- Señor estricto
- ¿Eso es estricto para ti? –lo mira serio- porque no me quiero imaginar cuando tengas que hacer alguna audición importante –se ríe sarcásticamente al ver que Thomas no responde- Quiero que me llamen Johnson ¿bien? –asentimos- En fin –suspira- desde ya les dejo cinco minutos para pensar si quieren permanecer en este grupo o quieren marcharse. Y tu –mira a Thomas- te dejo otros cinco minutos más para que pienses mejor si quieres estar en un grupo donde tu profesor es estricto –dice sonriendo de lado-
El pelinegro se da la vuelta y va hacia el equipo para poner un fondo de música, lo cual agradezco ya que, pensar si permanecer en este grupo o no con este silencio no era nada cómodo. Ya más tranquila, pensé en la propuesta de Noah
-...les dejo cinco minutos para pensar si quieren permanecer en este grupo. –
Debo admitir que tengo cierto temor permanecer en este grupo, solo con el hecho de pensar que Noah será mi profesor por un año y que lo tendré que ver todos los días se me hace incómodo. De pronto unas cuantas preguntas comienzan a merodear por mi mente. ¿Y si me hace la vida imposible por haberlo dejado de esa manera? ¿se acordara de esa noche? O mejor dicho ¿me tendrá rencor? Definitivamente este año será una tortura para mi
No voy a mentir, una parte de mi dice que recoja todas mis cosas y me marche de aquí sin mirar atrás, pero, por otro lado. Me gusta el baile, de hecho, muchas veces quise tener una oportunidad así. No la voy a desperdiciar, no por un chico de una noche.
ESTÁS LEYENDO
Un amor, ¿correspondido?
Literatura KobiecaUna historia en dónde Violet Williams cuenta como es su vida junto a su profesor de baile luego de pasar una noche con él Tan solo se conocen en un lugar, pasan una noche y Violet dejá a Noah en la habitación completamente solo... ¿Que pasaría si un...
