CAPITULO DOS

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Para Steve, Google había sido un aliado en su reinserción a la sociedad actual. Solucionó muchas de sus dudas y plantó otras más, como: ¿de qué color era el vestido? ¿Era azul y negro? ¿O blanco y dorado?

Pero boquiabierto se quedó al teclear hombre stripper.

No podían pedirle hacer algo tan humillante como eso... era tan indecente, que la sola idea le hizo ponerse colorado.

—Así que... ¿Buscando el outfit perfecto?— Tony, a espaldas del rubio, rió al ver los modelos de ropa interior exótica masculina que Steve parecía ver con horror— Esa del elefante se ve interesante...

Steve bajó inmediatamente la pantalla del ordenador portátil para evitar que los ojos curiosos de Stark vieran más.

—No, está bien, Rogers— El genio se sentó a su lado en el sofá mullido en el que el capitán había pasado la última hora— Aplaudo tu iniciativa.

—No puedo hacer eso, Tony... vi un video— El rubio vió a Stark con la mirada de quien ha visto algo terrorífico— Desearía no haberlo visto.

—Tranquilo... nadie va a robarte tu preciosísima virginidad— El castaño rodó los ojos, dejándose caer sobre el respaldo para ponerse cómodo.

—No soy...— Comenzó el rubio, pero desistió al no querer hablar sobre su vida íntima con el más comunicativo de sus compañeros de equipo.

—Okay capitán del amor, creo que llegó la hora de aprender— Tony hizo un ademán, para señalar que Sam y Bucky habían llegado a la sala común.

—¿Dónde están los demás?— Preguntó Barnes, al ver que el equipo estaba incompleto. Luego se recostó en el sofá de dos plazas más cercano.

—Banner esta recluido en su laboratorio, Clint fue por refrescos y palomitas, el show está por comenzar.

Steve se giró con los ojos entrecerrados para intentar intimidar a Tony, pero este sólo se reacomodó y colocó los brazos tras su cabeza.

—Sam, tu serías el indicado para esta misión... ¡No puedo hacerlo!— Dijo Steve, pidiendo clemencia.

—Como si Hill fuese a dejarlo...— Barnes golpeó el hombro del moreno— Todos sabemos quién lleva los pantalones en esa relación.

—Y no tengo problema con ello— Declaró Wilson, en caso de estar siendo monitoreado por su mujer— Puedes hacerlo, Cap... No hay misión mas grande que el Capitán América.

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—Ok, esta misión puede no ser compatible contigo, amigo— Sam se rindió. Cosa que no había creído posible.

El moreno secó el sudor de su frente con la toalla de manos que Clint le arrojó al verlo tan cansado para estirarse y alcanzarla el mismo.

—Te lo dije— Steve, que estaba tirado sobre la alfombra sólo dirigió la vista al techo— El baile y yo, somos como agua y aceite.

Bucky que todo el tiempo había estado viendo la primera vez de Steve enfrentándose al baile, se levantó con una idea brillante en mente. O tan brillante como podía, para salvar la operación.

—Hey, Punk ¿Aún conservas el uniforme militar que se exhibía en el Smithsonian?— Preguntó Barnes al rubio, que asintió sin querer saber lo que estaba planeando su amigo.

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Esta historia está planeada para ser pequeña y de capítulos cortitos, espero les guste amiguitos :)

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