The Principal: A Volkway story (+18)

Capítulo 1: Encuentro

Viktor Volkov, un joven estudiante de procedencia rusa. De alta estatura, particular palidez y refinadas facciones que le daban una belleza sobresaliente. El delegado del aula por el que la mayoría de chicas caían, y no únicamente de su curso. Sin embargo, a este no parecía interesarle ninguna de ellas, además, su fría actitud lo había protegido durante varios años de sus descarados comentarios y piropos.

Aquella mañana se sentía bastante más cálida de lo habitual, era bastante obvio que el verano se acercaba. Y si había algo que odiara el chico era eso, el verano; era la combinación de las dos cosas que le jodian el día, el calor y el sol.

Entró al aula y caminó a su lugar para tomar asiento. Debido al calor decidió quitarse el ligero abrigo que llevaba puesto, sintiendo algunas miradas sobre su cuerpo mientras lo hacía. Por supuesto que esto lo incomodaba, pero llegados a este punto estaba ya casi acostumbrado.

-¡Hey! ¿Por qué tan temprano Vik?- Dijo una voz conocida desde sus espaldas.

Volvió la mirada un poco sobresaltado. No era más que su viejo amigo, de hecho, el único. Greco Rodríguez, otro de los alumnos más inteligentes de la clase, y su mano derecha cuando de asuntos escolares se trataba. Su aspecto masculino y prematura pero prominente barba lo hacía parecer mayor que él, sin embargo tenían la misma edad. Este sin embargo era considerablemente más sociable que Volkov, por lo que constantemente estaba intentando hacerlo entrar a sus grupos y tal vez hacerlo socializar un poco. Hasta ahora no había tenido éxito.

-Joder... Me asustas...- Respondió Volkov mientras acomodaba su abrigo en el respaldo de la silla.

-Bueno, es que no me esperaba verte hoy tan temprano ¿Por qué?-

-Me desperté más temprano... ¿Algún problema?- Respondió el ruso.

-No bueno, por nada... Solo que me parece gracioso porque por una vez que llegas tan temprano y el profesor ni siquiera viene...- Dijo entre risas el barbudo. –Vaya suerte tienes macho.-

Viktor decidió preguntarle más acerca de la situación a su amigo. Se rumoreaba que el profesor se había enfermado fuertemente, por lo que tal vez estuviera ausente unos días.

-Lo que me faltaba...- Soltó Volkov replicante. – ¿Ya sabemos quién nos va a cubrir?-

-Ni idea.-

Volkov había tomado asiento, ciertamente molesto, tanto por la ausencia del profesor como por el clima, el cual había sido la causa de su madrugar. Greco volvió a su asiento rápidamente, pues alcanzó a ver por la ventana una sombra alta recorrer el pasillo directo a su salón. Debía ser el nuevo profesor.

-Buenos días jóvenes...-

Una grave voz irrumpió en el aula, haciendo a Volkov voltear la mirada rápidamente; sin embargo, este quedó intrigado al ver quien se hallaba al frente en el lugar del profesor.

-Me presento, aunque seguramente me conozcan. Mi nombre es Jack Conway. El profesor García está enfermo, y debido a la falta de profesores, yo seré quien cubra su grupo durante el periodo de ausencia de su profesor ¿Entendido?-

La voz de aquel hombre imponía respeto desde el momento en el que pronunció la primera palabra; y debía de hacerlo, pues aquel alto hombre no era más que el director de la escuela. Volkov lo había visto pocas veces por la institución, algunas veces pasaba rápidamente por los pasillos, sin embargo la mayoría del tiempo estaba en su oficina o en el área docente dando alguna conferencia con otros profesores.

Toda el aula asintió con la cabeza casi al unísono, algunos incluso afirmaron con la voz. De repente su salón se había convertido en una especie de cuartel militar, pues todos estaban tan derechos como un poste.

Volkov miraba atentamente al hombre. Su cabello era predominantemente negro, sin embargo se podían ver algunas canas recorrer parte del contorno de su bien cuidado peinado; llevaba un traje y corbata negros que resaltaban notablemente su fornida figura. El menor no pudo evitar recorrer su cuerpo con la mirada, sin embargo cuando alzó la mirada se encontró con la atenta mirada del hombre, quien parecía estar analizando cada uno de sus gestos con una expresión incluso más fría que la suya. Apenado, el pequeño se ruborizó un poco y volvió su mirada al frente. Su palidez hacía que se le notara bastante el tono rojizo de sus mejillas. El director no le prestó atención a este detalle y continuó analizando la clase.

-¿Quién es el delegado de clase?- Preguntó en voz alta.

Volkov levantó su mano un poco apenado debido a su interacción anterior, a lo que el director le indicó enseguida que pasara al frente, le entregó algunas actividades que había dejado su profesor y le ordenó que las repartiera en el aula.

Al acercarse pudo notar lo limpias y bien planchadas que estaban las prendas del mayor. Por alguna razón se había puesto nervioso desde el momento en el que dio el primer pasó, y ahora que estaba justo enfrente suyo no podía evitar sentir que el corazón se le salía del pecho. Nunca le había pasado con ningún otro profesor, ni alumno. Pero lo adjudicó al hecho de que aún se hallaba avergonzado por haber sido descubierto en su paseo ocular anterior, además de que el mayor era, ciertamente, muy intimidante.

El mayor le entregó una pesada pila de papeles, los que Volkov tomó con bastante fuerza. No pudo evitar notar como al tomar la pila de papeles sus manos rozaron suavemente con las del director; se sentían ásperas, y se notaban realmente grandes. Este simple roce lo puso bastante más nerviosos de lo que debería, recuperando así el rojizo tono en su piel que había ya perdido.

El chico repartió los papeles entre toda la clase, siendo que cuando llegó al lugar de su amigo este le dedicó una mirada extrañada; y es que realmente le parecía extraña la actitud de su amigo. Este solo le devolvió la mirada con una clara expresión de molestia y se dirigió al siguiente lugar.

El mayor por otro, lado se encontraba mirando atentamente al chico de cabellos plateados, los cuales reflejaban hermosamente la luz que empezaba a colarse por las ventanas. Se miraba fuerte, sin embargo sus movimientos eran tan delicados. Jack no pudo evitar seguirlo con la mirada. Al principio queriendo descubrir el porqué de su actitud hacia él, sin embargo sus suaves movimientos lo cautivaron después de un tiempo.