Capítulo 5: Lo que siento por ti

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Conway se encargó de llevar al chico a su casa. Lo dejó una cuadra antes, y cuando se hubo asegurado de que había llegado a salvo, puso en marcha el auto para volver a su apartamento, el cual no quedaba precisamente cerca.

Al llegar y abrir la puerta se encontró con el mismo apartamento vacío de siempre. Estaba bastante bien ordenado, Jack se encargaba diariamente de ello, pero se sentía como una jaula de cuatro paredes condenada a estar sola por siempre. Desde aquel día nada había vuelto a ser lo mismo.

Dejó sus llaves en la mesilla y se dirigió a su habitación, donde se recostó en la amplia cama dirigiendo la mirada al techo. No había planeado para nada lo que había ocurrido ese día. Conocer a aquel joven había sido una casualidad, salir con él un impulso, y terminar liándose una maravilla. Sin embargo sabía perfectamente las consecuencias que esto podía traer, no solo en su carrera, sino en su vida personal también.

Era incapaz de sacarse el recuerdo de sus ojos de su mente, aquel azul grisáceo le recordaba demasiado a aquella persona, aquella a la que quería olvidar. Es por eso que al mirarlo ahí, tan indefenso, no pudo controlarse. No amaba al muchacho, pero algo en su cuerpo le parecía irresistible. Su aspecto tan refinado.

Sacudió la cabeza para sacar la imagen del joven de su mente, después de todo probablemente lo viese al día siguiente. Se levantó de la cama para meterse a la ducha y tomar un baño rápido. Al salir de la ducha volvió a recostarse en la cama. Únicamente se había molestado por ponerse ropa interior, pues después de todo hacía bastante calor. Abrió el cajón de la mesilla de noche y sacó un frasco pequeño de pastillas, de las que tomó dos en su mano y las tragó en seco. Volvió a guardar el frasco en el cajón y buscó una pequeña foto que había al fondo. Cada noche le dedicaba al menos una mirada antes de dormir; esperaba poder superarla en algún futuro, pero por el momento, el recuerdo de aquella mujer de pelo rojizo y ojos particularmente azules le ayudaba conciliar el sueño.

[...]

Viktor se despertó un poco mareado, recordaba todo lo que había pasado el día anterior, pero dudaba seriamente en si había sido solo un sueño o si realmente se había acostado con el director de su escuela. De cualquier manera, se levantó de la cama y se dirigió al baño, no sin antes rellenar el plato de comida de Mika, quien maullaba impaciente para obtener su desayuno. Entró al baño, lavó su rostro y sus dientes, y finalmente bajó al primer piso para prepararse el desayuno.

Una botella de alcohol barata en el suelo, llegados a este punto ya no le sorprendía. Desde aquel día su padre no había dejado de beber ni por un segundo; era rara la ocasión en la que lo encontraba sobrio o si quiera consiente.

-Vik... Estás despierto.-

Recogió la botella de vodka mientras de dedicaba un cálido saludo a su hermana Alina, quien se encontraba en la cocina terminando de hacer el desayuno.

-¿Tan temprano otra vez?- Interrogó Viktor a su hermana en un tono algo burlón.

-Que dices... Si siempre me levanto antes que tú, holgazán...-

El chico se sentó a la mesa mientras su hermana se acercaba para dejar los dos platos en esta y sentarse a su lado. Alina siempre había sido la más productiva de la casa, a pesar de su corta edad, cuidaba de sus hermanos como si se tratara de sus propios hijos.

-¿Y Yulian?-

-Aún no está despierto, ya bajará supongo...- Respondió Viktor.

-Más vale que baje pronto, que si vuelve a llegar tarde mandarán a llamar a papá... Y ni siquiera estoy segura de que esté lo suficientemente desintoxicado para ir.-

The Principal: A Volkway story (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora