Familia.

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Jack Conway está sentado en su despacho, tiene demasiado papeleo, desde hace semanas el gobierno le obliga a hacer informes y a revisar todo lo que sucede en la ciudad.

Horacio llega al cuartel del FBI, sube y llama en la puerta del despacho.

- Pasa- se oye desde dentro la voz grave de conway.

El agente entra en la sala, esta encapuchado y lleva la chaqueta del FBI con clase.
Al entrar, cierra la puerta a su paso y se quita la capucha.

Jack le mira la cresta que como siempre, sigue sin gustarle.

-¿Lo sabe, Conway?- Horacio le mira serio.

-Yo lo sé todo- afirma- Pero dime qué crees que no se.-

- Volkov.-

-¿Qué le pasa?-

-Se quiere ir de la ciudad.- Los ojos de Horacio observan al antiguo jefe de la ciudad, intentando ver un atisbo de sorpresa en él.- ¿Lo sabía?-

-La verdad es que no-habla tranquilo pero no lo está.- ¿Porqué se quiere ir?

El crestas deja la capucha bruscamente en la mesa.

-Por esto mismo.- sentencia.

-¿Qué cojones pasa con Volkov que te afecta tanto, Horacio?-

-Usted no lo sabía.-replica con rabia- No le preocupa lo más mínimo.-

Dicho esto, se cruza de brazos y observa al hombre mayor con un deje de reproche.

-Me lo intuía.-

-¿Le ha preguntado cómo se encuentra alguna vez, eh?-

-Volkov es de la poca familia que me queda, POR SUPUESTO QUE ME PREOCUPO.-

Jack empieza a ponerse nervioso, se siente atacado por las palabras de Horacio.

Después de una pausa, continúa.

-Esas cosas no se preguntan, se dicen si se quiere y ya.-

-No veo que cuide de su puta familia.-Horacio es consciente de que sus palabras pueden hacer daño, pero aún así las dice.

-Tu no conoces a Volkov como yo.- se levanta cabreado de la silla.-Cuidado con tus palabras gilipollas.-

Horacio sigue serio y firme.

Conway se siente culpable por haber perdido a su familia y cree que podría haberla cuidado mejor.

-¿Acaso sabe a cuáles extremos a llegado por sentirse solo? ¿LO INTUYE?-eleva el tono.

-Volkov siempre ha sido un tío solitario.- se está quedando atónito, normalmente quién grita y reprocha a la gente es él. -¿Solo has venido a reprocharme la mierda de persona que soy o has venido a hacer algo útil?-

De pronto, en un arrebato, Horacio le pega una bofetada para callarle, cuando oye silencio le grita.

-ME HA LLAMADO A MI, CONWAY. EL TÍO QUE LE PEGÓ UN TIRO EN LA PIERNA. NO A USTED. NO A MICHELLE. NO A ROGERS.-

Conway no le presta atención del todo a sus palabras, se toca la cara, pensando el tiempo que hacia que no le daban una hostia de esa manera.

-¿ACASO SABE COMO DE MIERDA SE SIENTE PARA BUSCAR APOYO EN ALGUIEN CON QUIEN APENAS TIENE RELACIÓN?-continúa Horacio.

Acaba de gritar, cierra los ojos y respira, necesitaba liberar todo aquello.

Por su parte, el otro no sabe que decir.

-Está desesperado... Conway. Aunque sea por estos días...-hace una pausa para escoger bien las palabras- Hágale ver qué no está solo.-

Dicho esto, coge su máscara y se dispone a irse.

-Si quiere irse que se vaya- porfin Jack reacciona. -Esta ciudad de mierda es un pozo de dolor con gente de mierda. Tu también deberías irte-

-No puedo. Soy del FBI.- responde.

-Y el es el puto jefe de la policía.-Conway ya no sabe si está hablando de si mismo o de Volkov.

-No le obliga el gobierno a serlo.-

-Ya, esa es la putada.Deberías irte pero ni tu ni yo, ni Michelle, ni Gustabo podemos salir de este nido de ratas.- su voz denota cansancio y algo de rabia.

-No quiero que le detenga, quiero que se sienta querido.-

Conway se ríe un poco.

-¿Y me lo dices a mi?- ríe.- Yo no sirvo para esas cosas.

-¿Entonces va a dejar que llore solo en su apartamento?-

La idea no le agrada, por ello después de pensarlo, le responde de una manera diferente a la que primeramente iba a responder.

-Iré a verlo. Pero no prometo que se vaya a sentir...Ya sabes, querido y esas cosas.-

-Más le vale.- dice, seco.

En el fondo, Jack está incómodo porque sabe que es un capullo y que Horacio tiene razón.

-Horacio te prometo que voy a intentar que Volkov entienda que le aprecio si es lo que necesita.-

El agente se dispone a salir y se pone el pasamontañas para no ser reconocible.

-No que lo entienda, demuestrelo.-

Conway se vuelve a sentar en la silla ante el escritorio.

-Abrácelo 50 veces si hace falta.-

-Creo...que no se hacerlo.-

-...haga todo lo que yo no puedo.-susurra.

Se va de la habitación sin prisas.

Toda la culpabilidad que llevaba por dentro escondida se ha removido, las palabras de Horacio le han recordado a la voz de su propia conciencia.

Conway se queda pensando en todas las veces en las que podría haber apoyado más a Volkov y no lo hizo.

Amargado en su silla, se pone a mirar los datos de los traficantes de coral, pero no se concentra por sus propios pensamientos.

Dejar todo Atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora