10. De los monstruos es la noche

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"Está rayando en las paredes, en el armario, en los pasillos.

Se despierta y no puedo controlarlo, escondiéndose debajo de la cama, en mi cuerpo, en mi cabeza.

¿Por qué nadie vendrá a salvarme de esto?

Haz que termine."

―Monster (Skillet)


***

Según las palabras de Nord, Sauto parecía ser un gran señor que adoraba a sus criaturas. Ella no podía ni imaginar la clase de monstruo que podría ser, si temerle o admirarlo. 

La expresión de Indivar evidenció tristeza al pensar que podría no agradarle. 

―¿Qué sucede? ―preguntó Nord.

―Me pregunto si a tu señor le desagrada a los humanos.

Nord se sorprendió por la inquietud de Indivar, no había considerado que le cuestionaría eso precisamente, pero entendía el punto muy bien. Era correcto que Indivar tuviera incertidumbres e inquietudes al respecto. Sin embargo, la respuesta era sencilla.

―El amo no es tan simple ―respondió Nord.

―¿No?

―Mi señor no desprecia a los humanos ―empezó a decir el monstruo. Indivar al escuchar esas palabras se mostró ilusionada―, pero tampoco los ama.

La ilusión que cubrió el rostro de Indivar de pronto se esfumó ante lo último.

―¿Es neutral? ―quiso saber ella.

Nord rio.

―Simplemente no se involucra. Si alguien lo provoca, reaccionará de la peor manera imaginable, ni siquiera considerará si su enemigo es un humano o un monstruo. Él prefiere vivir en paz y en tranquilidad, por eso el castillo está aislado del mundo.

―Me gustaría conocerlo. ―Indivar sonrió, ilusionada. 

―Ahora que estás más tranquila, deberíamos ir a verlo. ―Nord se mostró excesivamente ansioso y emocionado al respecto. No recordaba cuanto tiempo había pasado desde que abandonó el castillo, así que la necesidad de retornar a casa incrementaba cada día que transcurría. 

Debía admitir que la vida con Indivar fuera del castillo era interesante, fuera de lo común; pensar que estaría enganchado a una humano era poco creíble, siendo él, uno de las criaturas más apáticas que detestaba a la humanidad. 

Con la ansiedad carcomiéndolo por dentro, la pareja se dirigió hacia al castillo de los monstruos. Fue un viaje de largos días, siguiendo un ritmo apresurado, sin descanso. No fue hasta que Indivar mostró signos de fatiga y se vio indispuesta, Nord se detuvo un momento a analizar la situación. 

―¿No puedes seguir? ―preguntó Nord. 

Indivar que se había resbalado y ahora se encontraba sentada al suelo, ocultó sus pies enrojecidas y llena de ampollas por la larga caminata. 

―¡Sí puedo! ―Se levantó de prisa, mostrando que nada andaba mal. Su voz denotaba una energía poco usual en ella, por lo que le resultó sospechoso a Nord. 

―¿Es así?

―¡Sí! ―afirmó una vez más, tragando el dolor que la torturaba en sus pies. Las lesiones eran superficiales, pero muy dolorosas, además de la fatiga acumulada de los días pasados, un pequeño descuido podría derrumbarla. Indivar no debería mostrar signos de debilidad, no debería ser una molestia, o  sería abandonada por él. 

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2023 ⏰

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