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Y ahí estaba la pelinegra, a mitad de la lluvia en medio de la noche y sola. Otra vez la habían dejado plantada las que se supone eran sus amigas pero vamos, no podía dejar de juntarse con ellas, eran las únicas que le prestaban el mínimo de atención o tan siquiera sabían de su existencia y no podía perder eso, había batallando tanto para ser aceptada, cosa que había funcionado muy poco.
Cortó su largo cabello porque creía que las chicas de cabello corto recibían más atención, alació su rizado cabello porque pensaba que el cabello lacio era mejor, tiñó su cabello castaño y lo volvió negro, todo por un poco de aceptación, aprendió a cocinar porque creía que a los chicos les gustaba que les hicieran el almuerzo, aprendió a coser para remendar los uniformes de los chicos porque oyó por ahí que eso les atraía, comenzó a hacer todo tipo de cosas para llamar un poco la atención, para ser notada, para ser querida.
Lágrimas le sobraban, las cuatro paredes de su habitación eran testigo de las noches en vela en las que se quedaba estudiando libros mucho más avanzados para poder tener un tema de platica interesante, ah, las cuatro paredes de su habitación tambien eran testigo de las noches en las que prefería llorar en lugar de dormir, habían días en los que no lo soportaba y creía que podía vivir por muchos años más con tal de recibir el mínimo de decencia humana en ella. Se sentía menos que cualquier otra persona u ser viviente, pero tenía miedo de morir, no tenía el valor de acabar con todo por que tenía miedo de no saber qué ocurría después de la muerte, por eso no lo hacía.
Sí, posiblemente necesitaba ayuda psicológica, y quería pedirla, sabía que la necesitaba, pero tenía miedo de solicitarla. Era un miedo irracional, no podía decir que tenía una mala relación con sus padres, quienes a pesar de estar divorciados le concedían muchas cosas, mayormente las que necesitaba y de vez en cuando un capricho, pero no podía apartar de su memoria y pensamiento como su madre solía tratarla.
"Ese vestido no te queda bien, te hace ver gorda", "deberías hacer ejercicio, te ves mal con ese peso de sobra", "ponte algo menos ajustado, por lo gorda que estás se ve mal", "no comas tanto, engordarás más de lo que ya estás", "¿porqué no puedes ser bonita? ¡Ni el maquillaje te ayuda!". Agradecía eternamente el ya no tener que verla todos los días, aunque sus palabras resonaban en su cabeza a diario y tomaban mayor fuerza a la hora del almuerzo, bueno, en realidad en cualquier momento donde su estómago diera alguna señal de que necesitaba algo más que agua. Había dejado de comer hace mucho, tanto tiempo que no recordaba hace cuando exactamente, ¿dos o tres meses talvez?.
En el amor era mucho peor, si bien ya tenía toda esta construcción mental de "no eres bonita y posiblemente nunca lo seas" todavía había una pequeña parte de ella que le hacía querer creer que no era cierto, aunque el hecho de que su pequeño corazón palpitara rápido por un tipo al que conoció en una tienda y que nada más le trató bien no ayudaba. Nunca había estado enamorada realmente, pero su corazón se había roto más veces de las que podía contar. Ya no quería seguir, la vida se le estaba escapando por entre los dedos pero no podía retenerla, ni siquiera sabía si quería.
Sabía que tenía potencial para algunas cosas y que era relativamente buena en otras pero su autoestima no le permitía sobresalir mucho, por un lado quería ser el centro de atención porque nunca recibía nada a cambio pero por otro quería pasar desapercibida, sin que nadie supiera siquiera de su existencia. Cosa que él notó por entre otras cosas, él la quería, él le hacía sentir querida, él la veía diferente y talvez solo por él seguía viva.
A diario trataba de que se sintiera mejor consigo misma, de que comiera, de que se pusiera cualquier prenda que quisiera y se sintiera cómoda, él y solo él, Kirishima Eijirou.
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Disclaimer: esta historia está basada en una historia real, obviamente no todo lo que suceda en esta historia es 100% real pero parte de ella sí, como por ejemplo el tca y la forma en la que se manifiesta, esta es mi propia historia. A mí nadie me salvó y sigo en proceso de sentirme bien conmigo misma pero quise contarla como a mí me hubiera encantado que pasase, así que porfavor ahórrate los comentarios negativos. En caso de que existan serán eliminados y la cuenta que los haya escrito será bloqueada, no solo por si me afecta a mí sí no por si hay alguien que lea la historia que se identifique en algún punto conmigo y lo escrito.
