𝖯𝖺𝗋𝗍𝗂𝖾 ⑦

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Paso toda la noche llorando por la confesión de Eijiro, no pensó que era tan obvia y en el momento en que él le explicó cómo Aizawa se le había acercado para preguntarle si tenía idea del problema la había roto, pensó que nadie se daría cuenta y e...

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Paso toda la noche llorando por la confesión de Eijiro, no pensó que era tan obvia y en el momento en que él le explicó cómo Aizawa se le había acercado para preguntarle si tenía idea del problema la había roto, pensó que nadie se daría cuenta y estaba mejor siendo una ignorante completa del tema. Ahora sé tía que durante todo el tiempo en que estuvo sufriendo en silencio todos lo notaron y habían preferido quedarse callados ignorando el tema y el hecho de que ella había estado tan cerca de morir tantas veces y a nadie le importó solo le hizo darse cuenta de la verdad.

No era nadie para ninguno de sus compañeros, ni siquiera para Nekoyashiki que había buscado consuelo en ella tantas veces por el tonto de Denki, nadie.

Estaba dispuesta a simplemente irse, armó sus maletas y pensó volver a su hogar, lejos de la UA, lejos de su sueño de ser heroína y lejos de Eijiro, que era al que más le dolía dejar atrás. Estaba caminando con dos maletas tras de ella para ir a la estación de autobús más cercana, tomaría el primer tren que la llevara a casa de sus abuelos dónde sabía que podía descansar y estar tranquila porque siempre había sido más su hogar que la casa de sus padres. Estaba por salir de la UA cuando escuchó unos pasos tras de ella, su primer impulso naturalmente era cominar más rápido llena de temor, pero sus débiles piernas ya no podían con ella, a duras penas caminaba y simplemente se dejó caer en medio del asfalto, que pasará lo que tuviera que pasar.

Poco a poco su mirada se oscureció y solo logro escuchar una voz en su trance, la voz de Eijiro pidiéndole que aguantara un poco, que no lo dejara mientras la llevaba en brazos al hospital más cercano porque la enfermería estaba cerrada a estas horas.

-Porfavor no me dejes Gisselé, por favor no lo hagas.- las lágrimas caían por el rostro del pelirojo de manera increíble, con sus últimas fuerzas antes de caer dormida... O muerta, tomó la cara del pelirojo con una de sus manos y limpió las lágrimas que pudo en ese momento.

Y luego durmió.

Y luego durmió

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𝘖𝘥𝘪𝘢𝘮𝘦 ↝𝘒𝘪𝘳𝘪𝘴𝘩𝘪𝘮𝘢 𝘌𝘪𝘫𝘪𝘳𝘰𝘶↜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora