Hot Chocolate

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¡Hola carambola! Diciembre ha empezado y mi cuerpo lo sabe. En especial cuando voy al supermercado y veo los turrones. Dejando los kilos extra aparte, les traigo un fic inspirado en la publicación de Instagram titulada Blissember. Nada mejor que unos cuantos prompts por Navidad🎁

A lo largo del mes iré dejándoles regalos navideños. El regalo de hoy titulado Hot Chocolate —en honor al primer prompt— va por partida doble. ¡Feliz cumpleaños atrasado a Hanayami95🎉🎉

Los personajes son propiedad de Furudate, pero estoy segura que no le importará que los ponga tan acaramelados.

¡Time to read!

Sus dedos atrapan el mango de la taza y al envolverla deja la ilustración de Musubimaru de frente a él

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Sus dedos atrapan el mango de la taza y al envolverla deja la ilustración de Musubimaru de frente a él. Sonríe por unos segundos recordando el día que Tetsurō se empeñó en comprarla. Una taza ridícula para recordar su primera visita a Miyagi. Años más tarde, ahí estaba sosteniendo la taza astillada, esperando que su calor abrigara sus manos frías y pálidas. Sintiendo los pinchazos de su piel intentando aclimatarse a la nueva temperatura.

Tamborilea y el chocolate caliente se ondea dentro. El vaho desfila delante suyo como pinceladas de un niño. Sin ningún orden, pero con encanto. Acerca sus labios resecos y los moja en el líquido dulce. Bebe un pequeño sorbo comprobando que su dulzura no pueda quemarle. Se relame y vuelve a beber. Sus labios se tintan y está vez son los de otro los que se encargan de limpiarlo. Un beso lento le roba los rastros del dulce y devuelve su carne a su color natural.

—¿y bien?, ¿qué te parece?

—Sabe bien —responde aún en sus labios.

—Te he echado de menos —ronronea acercando más su cuerpo—. No pienso dejarte escapar de este sofá en lo que queda de día.

El hombro de Tetsurō empuja levemente el de Kei con delicadeza sin perder de vista las tazas humeantes en sus manos. Le sonríe y Kei le devuelve la sonrisa.

—Entonces acércate más —Deja dos picos cariñosos—. Tengo el cuerpo helado.

Tetsurō arrima sus labios y deja un pico en sus mejillas. Un beso corto y cálido. Un toque que poco a poco calienta su piel aun helada y aviva su pecho entumecido. Una caricia que espera que repita tanto en los próximos quince días que su piel olvide la ausencia de calefacción en el tren bala. Un cariño que no recuperará los meses de pocas visitas y muchas videollamadas a causa de la pandemia. Y, aun así, sabe que Tetsurō compensará el tiempo separados.

—Tengo solución para eso —dice tendiéndole su taza.

Levanta su trasero del sofá dejando una sensación fría. Camina rápido alejándose por el pasillo que conduce al dormitorio y cuando vuelve lo hace sonriente. Como un niño con su primera bicicleta, lo mira exhibiendo para él su nuevo juguete.

The season of BlissDonde viven las historias. Descúbrelo ahora