Dieciséis

130 33 2
                                    


-Amaya ¿Estas bien?-le preguntó Mojito sin apartar la mirada de aquel hombre.

La muchacha asintió con la cabeza. Su rostro mostraba miedo y angustia.

-Sube y quédate ahí-le dijo Mojito.

Amaya subió lentamente,bajo la mirada de Mojito,quien también estaba muy atento a lo que ese hombre pudiera hacer. Fue la suerte lo que favoreció a Amaya,pues Mojito regresó por unas partituras que había olvidado y se encontró con el desagradable escenario. Una vez Amaya desapareció de su vista,el albino volvió toda su atención al sujeto de negro,que se levantaba del piso con dificultad.

-Los hombres como tú,son menos que escoria-le dijo Mojito y sin piedad,le dió una patada que arrojó al pobre tipo,un par de metros más allá.

El sonido de la mandíbula rompiéndose,de aquel individuo,se asemejó al que hace una nuez al ser aplastada. La sangre y unos dientes quedaron sobre la alfombra,después de que Mojito le descubriera el rostro.

-Siempre sospeche que fuiste tú-le dijo al hombre de la tienda,que ahora tenía la cara inflamada-Supongo que temias que al nacer ese niño,dejara en evidencia lo que le hiciste a esa pobre niña ¿O es que traías alguna otra sucia intensión con ella?

El hombre trato de hablar,pero sólo escupió sangre.

-No soy alguien que aprueba la violencia,pero tú mereces un buen escarmiento y me voy a asegurar de que lo recibas -le dijo sin esconder su repudio por él.

Mojito saco su teléfono celular de su bolsillo para llamar a la policía,pero entonces un grito lo hizo subir corriendo la escalera. Cuando llegó al pasillo se encontró con Amaya recargada contra la pared. Sangre le escurría de entre las piernas y más allá,Comotu se quejaba con pequeños ladridos. Ante esta escena,Mojito se olvidó del hombre en el primer piso y cargo a la muchacha en sus brazos, para salir en busca de un taxi o alguien que lo llevará a un hospital. Tuvo suerte de que una pareja se detuviera para ayudarlo y antes de subir al vehículo,logro ver al tipo correr por la calle,pero no era relevante.

En el hospital,Amaya fue atendida de urgencia,pero no había buen pronóstico. Tenía casi cinco meses de un embarazo de cuidado y gracias a los acontecimientos,sufrió un abarto del que Mojito no escucho más explicaciones. Se dejo caer sobre la banca de forma pesada y cual si él hubiera sido el padre de aquella criatura,no pudo evitar dejar caer un par de lágrimas. Se había ilusionado con tener a ese bebe en brazos. Hasta había pensado en algunos nombres para él,porque estaba seguro de que sería un niño. Realmente le hacía ilusión poder amar a ese bebe,por el que su ánimo se había repuesto más rápido,
después del abandono de esa mujer. Por ese niño y Amaya...
Pobre muchacha ¿Cómo se estaría sintiendo después de perder al bebe? Al principio no lo quería, pero en las últimas semanas, Mojito,había notado un leve cambio de actitud hacia la vida en su vientre.  

Amaya,con toda certeza,nunca le había hecho daño a nadie,aun así la vida no dejaba de castigarla ¿Por qué? ¿Por qué en este mundo había quienes eran amados sin merecerlo? ¿Por qué otros tenían que mendigar amor? Mojito se hizo esa y otras mil preguntas. Pidió ver a la muchacha después de unas horas y se lo permitieron.

Amaya estaba consciente,pero fatigada. Al ver a Mojito rompió a llorar.

-Lo siento-dijo-Sé lo mucho que lo quería y...

No dijo más porqué el llanto se lo impidió y él,sólo atino a revolverle el cabello como era su costumbre.

El pórtico del triste ángel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora