No sabía exactamente que era lo que tenía ella, tan inocente y buena, era insípida para los demás, alguien que solo de preocupaba por pequeños detalles. Tan buena y buen portada. Desde que se mudó era el centro de toda conversación, siempre la chica de cabello rubio quien robaba la atención por su peculiar simpleza. Nunca llegaba tarde. Nunca bebía. Nunca fumaba. Nunca en su vida le ha llevado la contraria a su padre. Nunca ha faltado a alguna clase. Siempre tan impecable, tan bella, tan inocente y común.
O al menos así la describían quienes veían lo superficial por que esa chica era un mundo donde la cobardía y la valentía se juntaban, donde la inocencia y lo atrevido se abrazaban; donde todo era nuevo. Ella era impredecible, cuando pensabas que haría una cosa, ella hacía y decía algo completamente diferente dejándote sin palabras.
Inteligente.
Ella sabía claramente con que intenciones se acercaban a ella todo el tiempo. Tan acostumbrada a que solo lo de afuera importará no se preocupaba en caerle bien a nadie.
Ella, era la paz, alguien que te brindaba la tranquilidad, que con una sonrisa lograba calmar todo.
Hasta que llegó él.
Tan sarcástico, lleno de un expediente cuestionable y con unas intensas ganas de llevar la contraria a todos.
Quien vestía con desinteresado y vivía en las calles, quien tenía pandilla y le gustaba lo contrario a lo bueno.
Se terminó fijando en todo aquello que era contrario a él.
Ella era silencio y paz.
Él era ruido y caos.
Ella gustaba de lo simple.
Él gustaba de lo extravagante.
Ella no buscaba nada.
Él buscaba todo.
Ella se volvió su todo.
Y él se volvió; su peligroso delirio.
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00leander
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