-Axel-
En el tiempo que paré mi crecimiento todavía se usaban esos elegantes carruajes prehistóricos, manejados por caballos y que mayormente transportaban a las personas con dinero y poder.
Fue duro ver el impacto de la modernidad poco a poco, hasta convertirnos en lo que somos hoy en día. En mi tiempo las mujeres eran más finas y sencillas, con grandes y pomposos vestidos, cabello lleno de rizos e increíblemente recogido. No existían drogas tan fuertes como las de ahora y se apreciaba más el valor de un buen libro.
Ser un brujo milenario me dio sin duda un gran alcance de poder y sabiduría en esa época, pudiendo vivir de los lujos, hasta que me enamoré y supe que ninguna riqueza remplazaría sus sentimientos, ninguna mansión remplazaría su compañía y me obligue a aceptar su muerte.
Hoy, con cuatrocientos años después, viviendo la hermosa modernidad, me encuentro de camino a Ghost Hill, el pueblo donde vive mi madre, el pueblo donde la conocí.
Llevo tres horas metido en el auto conduciendo, y casi la mitad me la e pasado conduciendo por el espeso bosque que cubre el pueblo, mi próximo destino.
A mi lado está Sheila, mi prometida, una bruja que conocí en el sur del estado, en una de esas playas que tanto extrañaré estando aquí.
Si, mi prometida, ya después de cuatrocientos años me di un momento para ser yo mismo y de alguna manera olvidar toda la tortura que pasé a su lado.
Se supone que iva a venir sólo a ver a mi madre, la cual a vivido aquí todo este tiempo, tomándome unas vacaciones de mis extrañas expediciones por el mundo buscando como regresar a alguien de la muerte mediante magia negra, cosa que aprendí que es imposible, eso es lo que le hice creer, ya que en verdad me estaba pasando mi vida como un maniático del control.
Si sólo supiera que lo e superado, que ya estoy bien y que comenzaré una vida con un amor que está aquí, es real y esta en carne u hueso, que me ama y que yo amo.
Y para eso es que e venido con Sheila, para presentarle a mi madre, y para invitar a mi madre a mi boda que será dentro de seis meses. Se volverá loca, de seguro maldice a Sheila y tendré que pasar horas intentando calmarla, normal de mi madre, quería demasiado a Catalin como para dejarla ir tan rápido.
Al parecer ya estoy llegando a la civilización, puedo ver a lo lejos la primeras casas antiguas y calles solitarias, si, llegué a Ghost Hill, el pueblo más frío que e conocido.
—Es muy bonita, amor, seguro pasaste una bella niñez en el... ¿1600?. — Dice Sheila a mi lado, luego hace una mueca al ver las casas, todas grandes y antiguas.
—No mientas.
—Ok, este pueblo es horrible. —Ríe un poco y yo también ya que es verdad, por experiencia propia se que este pueblo es horrible.—¿Cuándo fue la última vez que estuviste aquí? Digo, se que estuviste aquí en el 1600, pero parece que hace mucho no vienes.
—Me fui a finales del 1600, no llegue a pasar un año.
Y en el tiempo que me fui me e pasado por la mayor parte del mundo, y como dije antes, viendo como la modernidad se quedaba en la delantera. Pero este pueblo no a cambiado en nada, las casas siguen muy parecidas, los faroles en cada esquina fueron renovados pero aún así se ven antiguos.
—Parece un pueblo antiguo, de esos que parecen sacados de películas. —Volteó un momento la cabeza hacia mi lado, hay está Sheila sonriendo.
Se que está nerviosa, yo también lo estoy.
-Narrador-
—No puedo creerlo Aisha. —Soltó Ahmed derrepente, rompiendo el denso silencio incómodo que se había formado en el salón.—Catanys está muerta, yo la vi morir.
La pelinegra se paro a la defensiva frente a su hermano mayor, ese que montaba caballos junto a ella cuando eran pequeños y que nunca le gustaría verle sufrir.
—Pues no encuentro otra explicación lógica para el fenómeno que tenemos detrás de esa maldita puerta Med, hay que matarla. —Sus ojos eran como navajas afiladas que miraban fijamente a la puerta de madera que estaba frente a ella.
Habían siete vampiros reunidos en el sótano de la casa de la bruja Petrova sin su consentimiento, de hecho ni siquiera se imaginaba que tuviera un sótano tan grande.
—Yo opino lo mismo que Aisha, hay que matarla. —Opinó Zelaya desde el fondo.
Dentro de ella habían millones de sentimientos encontrados, de entre ellos estaban los celos y la furia, mala combinación para una mente tan retorcida como la de ella.
—Accedí a esto con la condición de que nadie iva a morir, y menos una chica inocente. —Dijo un frustrado Nolan proporcionando una mirada de reproche a su prima y a la hermana de su mejor amigo.
Algo dentro de él le decía que estos locos estaban en una equivocación.
—¡Qué más pruebas necesitas! —Exclamó Aisha alterada, para ella era fácil, sólo quería acabar con el sufrimiento de su hermano.
—Necesitamos saber que no es una equivocación, estaríamos matando a una chica inocente. —Dijo Boanerges ganándose una mirada envenenada de las dos locas con sed de sangre. —No les da lástima. —Se dirigió a Aisha.— Según lo que nos dijiste tiene una enfermedad mortal y cuida de su abuelo, ¡Cuida de su maldito abuelo!, de cuando acá Catanys Willwood's cuida a un maldito anciano.
—Ok, si supuestamente ella no es la perra Willwood's, ¿Quién está sentado allá dentro separa solo por una puerta de una manada de vampiros? — Habla Zyanya por primera vez.
Para ella es muy difícil, Catanys era su mejor amiga desde niñas, ver a Catania había sido un golpe bajo a los recuerdos.
— La que está allí dentro se llama Catania Woods, va a cumplir veinte años, cuida de su abuelo de ochenta y tres años y tiene una enfermedad terminal. Y aún así ustedes par de malditas estaban pensando en matarla. —Añadió Nolan con molestia.
—¿Y si no? —Pregunta Yves, mirando con curiosidad la puerta.
—Fácil, habremos dejado escapar a esa puta y hubiera seguido jugando con los hombres, destrozando familias y matando a quien se le cruzara en el camino. —Resume Aisha con un notable fastidio.
Ni Zelaya ni Yves conocieron a Catanys, pero más o menos sabían la trágica historia de ella y Ahmed. Zelaya desde que conoció a Ahmed siempre lo quiso para ella sola, y su retorcida cabeza pensaba que el le respondía los sentimientos. En cambio Yves tenía sentimientos encontrados, al ser el más joven tenía más curiosidad sobre cosas de esa época, en lo personal le hubiera gustado conocer a Catanys, un ídolo entre los vampiros, conocida por usar la seducción como arma de doble filo.
A la "habitación" sólo habían entrado Aisha, Zelaya, Boanerges y Zyanya. Los cuatro habían tenido sentimientos diferentes al ver la cabellera rubia y la dulce cara de la pobre Catania. Aisha sintió odio, ganas de drenar su sangre hasta que muriese. Zelaya sintió celos enfermizos, ya que nadie podía negar que la mujer que había tras esa puerta era exageradamente hermosa. Boanerges sólo había visto a Catanys un par de veces, pero notó ese aire diferente que envolvía a Catania. Y Zyanya no pudo con la impresión.
—Voy a entrar. —Dice Ahmed quién al principio se negó, pero ahora lo veía con más claridad.
—No verás a nadie, sobre mi cadáver. —Protestó Zelaya, celosa y molesta.
—Cuando tú cadáver me importe hablamos. —La sacó de un empujón del medio y entró a la habitación.
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Resurrección
VampireCatania Woods siempre estuvo en el ojo del huracán sin siquiera saberlo, ni sospecharlo. Su vida no salía de lo cotidiano, llegando a lo deplorable. Sólo tenía a su abuelo, demasiado anciano, toda su vida siempre giró siempre en el. Pero al cumplir...