Libardo cerró su casillero con fuerza, dándose vuelta para enfrentar al pesado de Jack que no lo dejaba de molestar desde que llegó al colegio.
"Mira Jack" Hablo despacio, tratando de no mandar al chico enfrente de él a la mismísima mierda."no quiero sonar grosero, pero entiende que me interesa otra persona, Y esa obviamente no eres tú"
"Pero Liba..." Empezó el chico, siendo cortado por Liba, poniendo la palma de su mano en frente de la cara de Jack.
"No hay de que hablar Jack" habló dulcemente agitando sus pestañas para luego salir caminando de ahí, moviendo sus caderas coquetamente.
"¡He tu, perra!" Hablo una voz detrás de el. Sonrío al reconocer la voz de su amigo orson. Los vio corriendo hacia él, sonriendo dejando sus brackets a la luz. "Ves como sí te das la vuelta cuando te digo perra" comento burlonamente, pasando uno de sus brazos por los hombros del castaño.
"Qué quieres que te diga" Contesto Libardo encogiéndose de hombros "Me gustaría ser la perra de Jean"
Orson rodó los ojos ante el comentario de su amigo, tan típico de Liba. "Con qué sigues enganchado con ese ¿eh?"
"Orson, Orson..." Comenzó, poniendo una mano en el hombro de su amigo. "Sabes que hasta que no me folle párare ¿Verdad?"
El pelinegro negó con la cabeza riendo. Su amigo estuvo obsesionado con Jean desde que se mudó allí, todo ese tiempo rechazando a cada chico que se le insinuara. Caminaron hasta su última clase, llegando antes que todos para poder encontrar un lugar en el fondo para así tomar una pequeña siesta durante su materia preferida "Matemáticas"
El celular de libardo vibró en su bolsillo, parando la música que salía de sus audífonos, sonriendo a leer el mensaje.
Papi Jean
Hoy pasaré yo por ti al colegio, Libardo, así que no te tardes, tengo cosas que hacer.
Recordando el día que había agendado a Jean así, vagando por una de sus redes sociales favoritas, Tumblr, había encontrado cosas como suggar Daddy, y al instante pensó que le encantaría que Jean fuera su papi. Tomando el atrevimiento de agendar su nombre así, para luego mostrárselo al de ojos oscuros, y libardo estuvo seguro que jean había tenido una erección enfrente de él en ese mismo momento.
Sonrío más ancho al leer el mensaje de Jean. Tomando de su mochila una faldita, levanto la mano pidiendo permiso para ir al baño. La profesora contestó el típico de "recién regresamos del receso libardo podrías haber ido" ¿Acaso pensaba que el controlaba su vejiga y le decía cuando tendría ganas de hacer pis y cuando no? Vieja loca.
Bufando, se dejó caer en el asiento. Pronto recordó que Jean vendría por el al colegio y volvió a sonreír. las veces que el mayor había ido por él a la escuela, las cosas no pasarán más allá que de un fuerte coqueteo, Pero de igual forma le gustaba ver cómo ponía a Jean realmente nervioso, o como tenía que acomodar con disimuló su pene dentro de los pantalones.
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"Hola, Jeansito" sonrío libardo, sentado al lado de Jean como copiloto, pasó una de sus manos por debajo de su falda, levantandola sin discreción, esperando de jean lo haya visto.
"Hola, Libardo" Hablo Jean arrancando el auto sin haberle echado en una sola mirada al castaño.
El castaño fruncio el ceño ante la actitud rara de Jean pero sin importarle mucho, se cruzó de piernas, moviéndose un poco más cerca del mayor.
"Cuidado, Libardo." Hablo bruscamente Jean. ¿Acaso no ves que estoy conociendo y acabas de mover la palanca de cambios?
El castaño parpadeo un par de veces, pensando lo que Jean le había dicho no muy amablemente. "Y-yo..." Dijo libardo, y al instante se sintió estúpido por haber tartamudeado. Aclarando su garganta volvió hablar. "Lo siento." Dijo sin más, alejándose de Jean y de la palanca de cambios. Tomó su mochila del piso del auto y la colocó sobre sus piernas cubriéndolas.
Jean apretó sus manos sobre el volante, suspirando. Tampoco quería que libardo pensará que él estaba enojado con él o algo por el estilo, Pero de igual manera no mencionó nada durante todo el trayecto.
Liba micro por la ventana todo el camino, buscando en su cabeza algo que haya podido molestar a Jean. No creía que solamente se haya enojado de esa manera por sólo haber movido la palanca de cambios. Esta mañana estaba todo bien, se habían coqueteado antes de que llegara su hermano, y estaba seguro que sí Carlos hubiera tardado más en bajar las escaleras Jean lo habría besado.
Salió de su trance en el momento que oyó el celular de Jean sonar, soltando un bufido el mayor estacionó el auto a un lado de la calle para poder atender la llamada sin miedo que algún oficial de tránsito lo parará por hablar por celular.
"¿Si?" Preguntó Jean a la persona de la otra línea.
"Jean, escucha" hablo del otro lado de la línea Ralf uno de sus compañeros de trabajo. "Tienes que venir ahora a la oficina. El jefe está por venir y necesitas terminar los papeles antes que llegue, si no nos matará"
Jean apretó sus labios echándole una mirada de reojo al Liba quién seguía apoyado contra la puerta del auto. "¿Ahora?"
"Si, JeanCarlo" casi grito Ralf. "Ahora mismo"
"Está bien, está bien" contesto Jean cortando rápidamente la llamada, a veces Ralf era realmente molestó, siempre responsable y eficiente. Estaba seguro que nunca en los años que trabajaba allí se había tomado un día de descanso.
"Libardo"Hablo lentamente Jean. "Por más que no quiera tendrás que acompañarme un momento a la oficina"
El de ojos marrón lo miro, y frunciendo el ceño rápidamente contestó"¿"Por más que no quiera"?" Casi escupió las palabras "¿Soy una molestia para ti?"
Jean no contesto, aclarando su garganta sintiendo la bastante rasposa por la incomodidad de la situación, puso en marcha el auto para luego seguir conduciendo.
Claro que no era una molestia para él, Pero sería que si lo seguía viendo con esa falda dando a relucir sus largas piernas rellenas no resistiría demasiado.
Llegaron después de un rato a la oficina, todo el viaje en un silencio bastante incómodo. Jean luchaba consigo mismo para no agarrar a Liba sentarlo a horcajadas de él y comerle sus labios color carmín.
El menor bajó del auto dando un portazo, caminando adelante de Jean, moviendo sus caderas, a sabiendas que Jean lo estaría mirando.
Entraron al edificio y que Jean entro directamente a su oficina, Libardo entrando tras él sin pedir permiso se sentó en una de las sillas con los brazos cruzados. Como si lo llamara, uno de los cientos trabajadores entró, mirando sin disimulacion las piernas de libardo que se encontraban cruzadas, dejando su vista bastante tiempo sobre ellas.
"¿Necesitas algo más aparte de mirar las piernas del niño?" Hablo bruscamente Jean, subo llena de celos haciendo a Liba sonreír.
"E-este yo" tartamudeo prácticamente el tipo. "Le traje los papeles"hablo rápidamente para luego desaparecer como un rayo de la oficina de Jean.
Y Liba encontró el método perfecto para llamar la atención de Jean.
