Triste pero cierto

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Me pase el resto del dia encerrada en mi cuarto viendo las hojas caer. Es pleno verano pero más bien parece otoño, por las diferentes tonalidades marrones que brotan de las enormes ramas de los arboles. Me pase la tarde entera suspirando, como si un nuevo sentimiento hubiera florecido dentro de mi.Siento unas raras mariposas en el estomago. Esa sensación que se dice tener cuando estas enamorado. Rote sobre mi cuerpo en la cama para llegar a alcanzar mi dorado reloj adornado con pequeños diamante. Eran justamente las 19:00 por lo que me dispuse a hacer algo productivo. Lo primero seria darme una ducha. Creo que sera lo mejor después de el baño en la playa de ayer. Cuelgo el albornoz rosa palo en la percha que esta justamente al lado de la ducha, y amontono las toallas suaves como la seda encima de el pequeño armario de cristal que se encuentra en frente de el lavabo. Que bien sienta una ducha de agua caliente después de un día de descanso. Dejo resbalar el agua por mi cuerpo, a la vez que me froto mi larga melena con ambas manos. Adoro el olor del el Champú, tiene una esencia de vainilla que me hace recordar aquellos helados que tomaba en la heladería cada viernes después de terminar las clases cuando tenia 7 años.Cubro mi desnudo cuerpo bajo el albornoz, tras haberme recogido el pelo en una especie de recogido con la toalla mas pequeña de todas. Me coloco delante de el enorme Armario marrón de madera, me gustaría tener uno de estos en mi casa, es enorme.

Este viaje ha sido tan inoportuno que no tuve gran tiempo a elegir la ropa. Por lo que me decanto por unos vaqueros ajustados del Hollister, y una camisa escotada negra de un telaje trasparente. Aunque sea verano por las noches corre una brisilla marina que enfresca lo suyo, pero aun así no es como para llevar chaqueta. Me recojo unos mechones en una trenza formando un recogido, después de haberme secado y alisado el pelo. El siguiente paso es el maquillaje. Pinto el alrededor de mis ojos, ayudándome de un pequeño lápiz negro, para Asia resaltar mis grandes ojos. Después aporto sombra gris por mis párpados, y doy unas cuantas capas de rímel a mis largas pestañas. Por ultimo pinto mis labios de un tono rojizo, sin llegar a ser extremo. 

-¡Gemma!- escucho mi nombre proveniente de la calle, Y me apresuro a observar por la ventana, y para mi sorpresa era Ed. Puntual como el solo.

-¡Voy!- Grito mordiéndome el labio inferior.

Me pongo unos pequeños tacones de punta, negros adornados con pequeños cristales. No estoy demasiado acostumbrada a llevar. No estoy demasiado acostumbrada a llevar tacones, por lo que me balanceo un poco hacia los lados. Bajo corriendo las escaleras, casi sin respirar. 

-Adiós mamá- Es lo ultimo que digo, después de darla un beso en la mejilla.

-¿A donde vas a estas horas?- pregunta. Pero no alcanzo a escucharla.

Sonrío a Ed. El cual va vestido con unos pantalones negros y una chupa de cuero marrón, y le beso en la mejilla antes de montarme detrás del.

-Antes de nada, quiero que te tapes los ojos.- Dice ofreciéndome un pañuelo rojo.

-¿Para que?- digo con una sonrisilla nerviosa.

-Ya lo veras. Es una sorpresa, confía en mi.- Dice sonriente.

Extiendo el brazo para alcanzare el pequeño pañuelo rojo que me ofrece, y me manto en la moto tras el. 

Minutos más tarde puedo escuchar el ruido de las olas que rompen contra las rocas, y puedo oler ese gratificante olor marino. 

-Ya estamos, puedes destaparte ya los ojos- me susurra al oído.

Bajo el pañuelo ayudándome de ambas manos. Es impresionante. Puedo contemplar un camino adornado con velas y flores blancas, el cual conduce hasta una mesa redonda que exhibe un blanco mantel. La cena esta servida.

-Señorita- dice haciendo una especie de reverencia con el brazo señalandome la mesa.

Sonrió tímidamente y me agarro de su fuerte brazo. Pasamos un gran rato cenando, y conversando. Acompañamos a la cena con una especie de champagné que jamas había probado, pero esta delicioso y tomo unos 7 copas sin poder parar. 

Al cabo de un rato noto que pierdo la cabeza momentáneamente y me abalanzo sobre Ed sin poder controlar mis instintos. Creo que los dos hemos bebido mas de la cuenta. Nos empezamos a besar y el desabrocha los pequeños botones de mi camisa, pero yo tan solo me dejo llevar, a la vez que caemos al suelo y nos revolcamos por la arena. Noto besos por todo el cuerpo pero me limito a sonreír a la vez que le desabrocho los pantalones. 

Para ser mi primera vez no ha estado nada mal. Es más ha sido perfecto, con el hombre de en sueño y en un lugar maravilloso y solitario como nosotros. Horas después de besos y caricias decidimos volver. Ya es más de media noche y mis padres deben de estar preocupados por mi.

Bajo de la moto y me balanceo hacia los dados. Estiro los brazos sonriendo por efecto de el alcohol y agarro la cabeza da Ed para aportarle un largo beso en el que entremezclamos nuestras lenguas.

Ansel.

Llevo toda la tarde sin saber nada de ella. Para estas horas ya tendría que haber leído mi carta. ¿Que sera de ella? 

Miro por la ventana par ver volar las hojas. En ese instante escucho el sonoro motor de una moto, un sonido conocido. En esa moto la veo llegar, radiante a la luz de la luna. Luce su mejor sonrisa. Veo como se baja de la moto y.... mi mundo se derrumba en mil pedazos cuando veo aquel beso.

Like an angel fallen from the skyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora