»»----> FINAL <----««

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💋&🚬


- ¡Jungkookie! – las aceleradas voces de sus primos, se oían muy lejanas, y Jungkook más que agotado por todo lo vivido el día anterior, no deseaba salir de su nebulosa de sueño - ¡Jungkook, despierta!

- Mmhg... - se quejó, queriendo cubrir su cabeza con la almohada, para no escucharlos.

- ¡Despierta, que Seokjin se va! – aquella frase tardó tres segundos en ser procesada, espantando por completo el sueño en el menor.

Jeon se puso de pie, bruscamente, olvidándose del dolor que persistía en su espalda baja, corriendo a tropezones hasta la ventana de su cuarto, comprobando con sus propios ojos que sus primos no mentían. En la casa del frente, la camioneta de los padres de Seokjin permanecía con el maletero abierto, mientras que ellos cargaban las maletas de regreso, disponiéndose a marcharse de allí.

El menor sintió una opresión en su pecho, y sus ojos involuntariamente se cargaron de lágrimas, con la respiración volviéndose irregular. Seokjin no podía irse, no tan pronto.

Miró que sólo vestía su ropa interior y cogió lo primero que encontró sobre su cama, para salir disparado escaleras abajo, con la sensación más aplastante que jamás había sentido en su vida.

- ¿Jungkookie? – lo llamó su mamá, al oír las fuertes pisadas en los escalones, pero el menor no pudo detenerse a explicarle lo que ocurría.

Tiró de la puerta y salió, calzándose las sandalias a la carrera, para no lastimar sus pies en el exterior.

Seokjin no lucía muy diferente a como él estaba en ese momento, viéndolo llegar frente a la puerta, esperando por una explicación o algo que le aclarara qué ocurría, así fuera más que evidente. Jungkook necesitaba escucharlo de boca de Seokjin.

- Mamá... voy a despedirme de mi amigo – informó, con la voz temblando.

- No tardes, por favor Jinnie – pidió la mujer, continuando con lo suyo.

Deprimido y con sus ojos brillando en lágrimas por derramar, Seokjin se acercó a Jungkook, llevándolo hasta la farola que alumbró su primer beso, y el inicio de lo que vivieron juntos en esas dos semanas.

- No quiero que te vayas... - alcanzó a murmurar el pelinegro, antes de romper en llanto, frente al mayor, quien no dudó en envolverlo en sus brazos.

- Lo siento... - se esforzó en responder – No hay nada que pueda hacer.

Permanecieron un momento sólo abrazándose, tratando de encontrar las fuerzas para despedirse indefinidamente.

- Hyung... por favor... - sollozó con la voz rota el menor – No te olvides de mí.

- No podría... - aseguró Seokjin, quitando las lágrimas de las mejillas del chico, ignorando las propias, que arruinaban su delineado.

- Yo tampoco... - aseguró, sorbiendo su llanto, intentando forzosamente demostrar la fortaleza que carecía – Y te prometo... te juro... que te estaré esperando... - envolvió las manos del mayor con determinación – Te esperaré... hasta que vuelvas el otro verano.

- Jungkook... - fue el turno de Seokjin para romper en llanto, cubriendo su rostro con ambas manos.

- Estaré aquí... donde nos conocimos – continuó hablando el menor, hundiendo al pelirrojo aún más en su tristeza – Donde nos besamos por primera vez – añadió.

El sonido del claxon de la camioneta de sus padres, alertó a Seokjin de que su tiempo se había acabado.

- Voy a volver – prometió, con las oscuras lágrimas manchando su piel de porcelana – Vendré el siguiente verano y nos encontraremos...

Besos & Cigarrillos - JinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora