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Les comento! que la foto no tiene mucho que ver con nuestro capitulo pero dice lo que nuestros personajes pasan, porque todos aprovecharon de decirse que se amaban, antes que el momento se pasara..
Ahora sí disfruten! :)

Antonio.-
Camille lucía extraña, estaba seguro que Víctor la había llevado ahí para hacerle quizás qué cosas. Pero lo más impactante fue lo que escuché antes de entrar, así que ese matrimonio era una farsa... ¿porqué me mintió Isabella? entonces no amaba a Víctor, no entendía porqué no quería huir conmigo entonces ¿no me amaba? ¿todo había sido una farsa? Ella me lo iba a tener que explicar, no me voy a rendir muy fácilmente, estaba enamorado y estaba bastante acostumbrado a conseguir lo que quería. No me despedí de Camille y corrí en el auto a la mansión de los Baglietto-schiavone. Tenía un plan en mente, estacioné dónde siempre, salté la reja de la mansión, sin que nadie lo notara y la esperé sentado en el umbral de su lujosa casa, me iba a escuchar e íbamos a ser felices.
De pronto sentí el portón abrirse de manera automática, y entró ella en uno de sus automóviles, al parecer sin notar mi presencia  y sin compañía. Se bajó, colocó la alarma y cuando volteó para caminar y me vio ahí, su cara se llenó de sorpresa y se mezcló en un gesto de agrado e incomodidad que intentó reprimir. Se acercó rápido.
-¿Qué estás haciendo aquí? ¿cómo entraste?- me cuestionó casi susurrando y abriendo la puerta de la mansión para entrar rápido
-Salté la reja- comenté encogiendome de hombros y entrando a casa tras de ella.- ¿porqué me dijiste que amabas a Víctor si todo era una farsa?- le pregunté fastidiado
-¿de qué estás hablando?- preguntó confundida dejando su bolso a un lado en una mesita del recibidor
- Sé que tu matrimonio con Víctor es una farsa. ¿de verdad lo amas? He notado como mira a Camille y no me importa, porque yo te quiero a tí- comenté acercándome a ella-
Se quedó estática y frunció el ceño.
-¿quién te ha dicho eso?- preguntó seca- yo no confiaría en cualquiera que ande armando chismes por ahí...- comentó suponiendo que alguien más me lo había dicho, pero se notaba nerviosa, ya estaba al descubierto
-Lo escuché de la boca de tú maridito- comenté acercándome a ella con seguridad- ¿porqué no me dices que no lo amas? ¿porqué no te vienes conmigo? Olvida al imbécil y larguémonos de aquí
-Antonio, ya te dije que no voy a huir contigo- dijo con debilidad- no puedo huir contigo
-¿porqué? si ustedes no se aman, yo te amo y estoy seguro que no es sólo sexo, tu también me amas. Se nota en todo lo que haces cuando estamos juntos- le reclamé- Huye conmigo o tendré que obligarte a venir conmigo
-No puedo irme contigo porque...- titubeó- porque yo no voy a tener hijos... -se quejó complicada- hablas de una forma tan... tan convencida y como que los ojos te brillaran cuando hablas de niños... yo no quiero tener hijos y tampoco puedo dártelos- me explicó- me aseguré de no darle hijos a nadie hace bastante tiempo
-¿cómo?- pregunté confundido- ah, te operaste. No importa, si tu no quieres hijos, no tendremos hijos- comenté, no podía obligarla, pero ya la convencería cuando estuviésemos juntos- si estas conmigo no me importan los niños, no tendremos, compraremos un perro, una piedra, lo que quieras, pero estaremos juntos. -insistí abrazándola
-ay, tú no entiendes- se quejó alejándome con suavidad- no puedo separarme de Víctor, entiéndelo, hay cosas que... tengo que resolver con él aun
-Esta es la última vez que insisto Isabella- bufé ya perdiendo el control.- O tú te vienes conmigo y seremos felices o yo voy y le cuento a la prensa lo que conozco de ustedes cariñito- dije ya furioso y amenazándola, era mi última carta bajo la manga
-no te atreverías- me desafió con los ojos entrecerrados- no puedes hacerme eso, Antonio Tabilio, tu mi tradisci (traicionarías)- dijo ofendida
-Tú no quieres ser feliz- le comenté mirándola serio- y te obligaré a estar conmigo, es fácil, o yo voy y digo que ustedes tienen una farsa o yo puedo decir que tú le pones los cuernos a Víctor conmigo- dije sonriendo con ironía.- Yo te amo pero no me dejas opción, o te vas conmigo o yo voy a la prensa
Me miró con temor. Toda su vida estaba por derrumbarse frente a sus ojos si es que no aceptaba mi propuesta, bueno, ya no era una propuesta, era una amenaza. Además estaba enfadado y se me notaba, como nunca me había visto.
-Mira- intentó acercarme a mí y tomarme por los brazos- Antonio... está bien, me descubriste, yo no amo a Víctor... me enamoré de tí- se encogió de hombros- no sé cómo, pero lo hice... por otro lado, no puedo dejar a Víctor porque tenemos un contrato y no se puede romper- suspiró- hasta que se cumpla el plazo
-¿qué plazo? yo te quiero para mí, ahora- le comenté ya furioso, no quería compartirla con nada y para más el meterme con ella no funcionó de nada, si Víctor no la amaba. Tendré que amenazarlo con esto también.
- No aguanto, es ahora o nunca cariño. Decide luego. Te doy 24 horas- le dije serio, me alejé de ella y me encaminé a la salida. Rumbo a la finca a ver a Camille, que se había puesto extraña luego de la píldora.

Víctor.-
Me quedé con su imagen enfermiza dando vueltas en mi cabeza, lo de la exposición sin duda alguna convertía un día cualquiera en un día excelente, pero había recibido noticias que no eran de su completo agrado. Me quedé un rato más luego de que Isabella se fue, pero no tanto, tenía que verla y saber que estaba bien, aunque tuviera que toparme con Antonio en su casa. Conduje rápido y la llamé para que me abriera la puerta, se mantenía pálida y desanimada.
-Necesitaba verte, ¿estás bien?- pregunté preocupado mientras abría
-Hm, sí, me duele la cabeza- comentó tocando su vientre con seguridad y toco luego su frente.- ¿no deberías ir a casa?
-tenía que asegurarme que estás bien ¿estás sola?- le pregunté pasando al interior, miré todo como si sospechara de algo, pero no tenía caso, Antonio no estaba y la tenía sola, como siempre
- podría estar mejor- bromeó y asintió- no sé donde Antonio está.- se encogió de hombros
-Mmmm- gruñí- tienes que ir a un médico, Camille, esto no está bien- comenté inseguro- ¿estás segura que estás bien?
-sí, sí Víctor, tranquilo. Debe ser un resfrío- comentó restándole importancia- fui a la farmacia y me dieron unos analgésicos- dijo nerviosa
-¿analgésicos? bueno, si quieres puedo conseguirme una hora con un médico amigo- le ofrecí preocupado- o podemos ir a la urgencia, yo te llevo
-No, no Víctor, tranquilo, ya pasará-le restó importancia- Víctor, recuerdas que te amo cierto?- sonrió y me abrazó
-tutto il tempo (todo el tiempo) - me reí y la abracé también a mí y besé su coronilla con cariño- quisiera quedarme para cuidarte como se debe
-no importa lo que pase mañana, nos tenemos hoy- sonrió y besó mis labios con ternura- ¿qué opinas de los niños?- preguntó de pronto, seguramente lo preguntó porque estabamos frente a la foto de Antonio y sus hermanos.
-¿los niños?- pregunté confundido mirando la fotografía- los niños están bien, en un largo tempo más- me reí y volví mi vista hacia ella
-jaja claro- me sonrió y se escondió en mi pecho.- iré a dormir y mañana todo será normal- dijo para tranquilizarme.
La abracé más, quisiera con todas mis fuerzas quedarme con ella, acunarla en mis brazos y dormir así. Suponía que a las mujeres les gustan esas cosas cuando están enfermas. No me imaginaba lo que debía estar sintiendo por renunciar al día más importante de su vida por sentirse así y yo quería estar ahí, apoyarla.
-ti amo, bella, si algo anda mal debes llamarme, ¿está claro, verdad?- besé su cabeza varias veces
-Sí Víctor, yo te llamo- sonrió y se abrazó de mi cuello- je t'aime, je t'aime je t'aime, pase lo que pase recuerdalo- sonrió
Sonreí y la besé, primero largo, para no sentir que la necesitaba tanto en la noche, y luego le di pequeños besos repetidos.
-tienes mucha suerte de tenerme- bromeé y le besé la nariz antes de despedirme
- mucha bonne chance- sonrió y me lanzó un beso para que me marchara- adieu- sonrió
-ciao, bella donna- le sonreí y me marché. Si Antonio llegaba en ese momento, ya sería demasiado extraño si yo llegaba y estaba en casa luego de que casi nos atrapara en el salón.
Me fui a la casa, Isabella ya estaba ahí. A pesar de que Camille se veía bien dentro de su palidez, no me había dejado tranquilo. Había algo que me estaba preocupando en ella.

Estafa de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora