Cojo la bolsa de maquillaje que todavía tengo guardada en la maleta. Me siento en el suelo con las piernas cruzadas frente al espejo de la puerta del armario y me pongo manos a la obra.Desde que llegué a Nueva York hace ya casi tres meses me ha crecido bastante el pelo, prácticamente llegando a la altura de mis pechos... Así que los últimos cuarenta y cinco minutos los paso alisándome bien cada centímetro y a maquillarme. Aplico sobre mi piel lo mínimo de base, me esfuerzo en hacer un buen trabajo usando sombras ahumadas que combinen con el gris de mis ojos. Termino con un poco de rímel y pinto mis labios en un tono cereza. No me gusta nada maquillarme en exceso, a diario solo hago uso de la máscara de pestañas y algo de bálsamo o pintalabios, — preferiblemente si es rojo — sin embargo, si la ocasión lo requiere podía llegar a ser una gran maquilladora... Eso sí, haciendo uso de buenos tutoriales en internet.
Termino de prepararme poniéndome el vestido que me han regalado. Me queda justo como me imaginaba... Ajustado, pero no apretado. Sexy, pero discreto. Me gusta cómo destaca mi figura, mis curvas... Lo combino con el cinturón que viene en la caja y con unos zapatos de tacón en color negro. Para protegerme de la brisa fresca de la noche me termino poniendo una americana a juego.
Estoy tan impresionada y satisfecha con el resultado que me quedo mirando más minutos de lo normal mi propio reflejo.
Solo cuando escucho voces abajo me pongo en marcha. Una de ellas la reconozco enseguida: Angy. Mike y Kenny habían llegado hacía ya un rato cuando aún estaba preparándome. Tras un último vistazo, salgo de la habitación con paso firme y decidido. Tan decidido es que casi me caigo de culo cuando choco de frente con Angy que viene como una loca en mi busca.
—¡Angy! — protesto.
—¡Lo siento! — se disculpa abriendo la boca y haciendo gestos con las manos mirando mi vestido —Pero, ¡qué pasada! ¡Estás tremenda!
—No hablemos de ti — replico cogiéndola por el brazo para bajar las escaleras juntas —Vaya modelito llevas. Muy diferente al look rockero al que me tienes acostumbrada.
—Es un trapito que me ha dejado la novia de mi hermano.
Ambas reímos llegando a la planta de abajo y acudimos donde más ruido hay en la casa. Nos encontramos a Kenny, Mike y Tyler en la cocina. Tyler subido en la encimera con una botella de ginebra en la mano y Mike sosteniéndole unos vasos de chupito para que los rellene. Kenny por su lado, fuma en el patio mientras habla por teléfono.
Mike es el primero en darse cuenta de nuestra presencia e inmediatamente un silbido de admiración sale de entre sus labios. Tyler enseguida nos lanza una mirada y juro que noto cómo recorre mi cuerpo de arriba abajo.
Parece feliz o al menos algo más alegre que estos últimos días y en verdad me alegro.
—¡Vaya par de bombones! — nos halaga Mike cuando llegamos hasta ellos —Cumplir un año más te sienta de maravilla, Litzy.
Le sonrío y le abrazo cuando me felicita. Tyler no nos quita los ojos de encima, o más bien desde que he entrado en la cocina no los ha despegado en ningún momento.
—¿Vosotros también vais a venir a mi cumpleaños? — miro a ambos.
—Vamos al mismo sitio, pero pasaremos la noche por separado — responde Tyler llevándose la botella de ginebra a la boca y dándole un buen trago.
—Vamos a celebrar otras cosas.
Por alguna razón sus respuestas me desaniman, no debería ser así. Pero me había hecho a la idea de que iba a pasar mi cumpleaños rodeada de las personas que más conozco en Nueva York.
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DARKER © ✔️
Dla nastolatkówMás allá del mundo oscuro que le aprisiona, de esa mirada electrizante como el hielo y de esa sonrisa angelical capaz de mandarte al mismísimo infierno... Nadie sabía más sobre Tyler Reed. Excepto Litzy Moon. ¿Ella? Ella solo sabía que estar cerca d...