Soñé

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Cuando mi despertador sonó, la pesadilla que tenía como vida comenzó nuevamente.

Oye, Chuuya, tuve ese sueño otra vez.

Me levanté desganado para ir al trabajo, me vestí perezosamente y tome algo rápido para el desayuno.

Soñé que estabas a mi lado, que acariciaba tu suave cabello con mis dedos y podía tocar tu mejilla como lo hacía antes.

Me apresuré a realizar mi rutina de aseo mañanero y recogí el bolso que usualmente llevaba a la oficina.

Soñé que por cada toque, tú me devolvías el gesto. Soñé que te sonreía y me sonreías de regreso.

Llegué cinco minutos antes de que pasara el autobús, así que tomé un periódico y le dí una leída rápida mientras esperaba.

Soñé que te decía cuánto te quiero y como respuesta me dabas un tierno beso. Soñé que te dolía separarte de mí así como me duele a mí separarme de ti.

El camino a la oficina fue bastante corto, registré mi hora de entrada y me dirigí a mi cubículo personal.

Soñé que me cantabas tu canción favorita mientras reías y bromeabas conmigo. Soñé que me regañabas por comer tanta comida chatarra, así que cocinabas una cena balanceada y nutritiva, de esas que tanto odiaba.

Comencé a trabajar, casi en modo automático. Papeles tras papeles iban formando una pila de documentos revisados y corregidos. Me salté el almuerzo rechazando lo más educadamente posible la invitación de Atsushi y Akutagawa. Sé que odiabas que fuera duro con esos dos niños.

Soñé que esperabas por mí en casa, sentado en el viejo sofá verde mientras leías un libro y bebías una copa de vino. Soñé que me recibías con un beso y me ayudabas a quitarme la chaqueta del trabajo.

La casa estaba nuevamente vacía. No importa cuanto deseaba que fuese un sueño. No había nadie más que yo en ese lugar. Un espacio oscuro, vacío, frío... Aquí no hay nada más que silencio, un dolor que continuamente me oprime el pecho y el deseo de morir para poder alcanzarte.

Querido Chuuya, soñé contigo nuevamente. Ha pasado más de un año desde que tengo estos sueños, mismos que comenzaron justamente después de tu partida. Sé que estarías muy triste y enojado al ver mi estado, pero es algo que no puedo evitar. 

Pero incluso si lo consigo por mis propios medios, probablemente estarás muy enfadado como para aceptar verme. Sólo me queda cumplir tu deseo egoísta de que viva el tiempo que tenga que vivir.

Mi amado Chuuya, permíteme encontrarme contigo nuevamente esta noche, te lo ruego. Deseo poder mirarte aunque sea en mis sueños, para poder seguir con esta carga que me está hundiendo.


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