One-Punch DxD: NEO

Capitulo 2

DxD de un solo golpe: NEO

Capitulo 2

El cuerpo de la bestia lo derribó al suelo, sus dientes rechinando en su cabeza. Lo empujó hacia atrás frenéticamente, sus brazos, el izquierdo estaba equipado con un guantelete de púas rojas, agarró las fauces de la bestia para mantenerla a raya mientras estallaba y gruñía sobre él.

Los ojos rojo rubí se clavaron en los marrones, la espeluznante promesa de una criatura que era una amalgama de la fuerza de la naturaleza. El niño gruñó mientras mordía, tomando su brazo derecho con sus poderosas mandíbulas y comenzó a sacudirlo salvajemente de izquierda a derecha.

Con un grito se soltó, deslizándose por el suelo para aparecer como un montón derrotado, pero el niño pronto se puso de pie y todavía estaba listo para otro combate. La expresión de su rostro, la sonrisa que se extendió por su rostro, gritó que estaba a punto de lanzar su propio contraataque.

El cuerpo negro de la bestia se abultaba ya que aparentemente crecía aún más. Se acercó con un gruñido, ya que se podía ver el vapor saliendo de sus fauces llenas de colmillos mientras respiraba. Los ojos del chico seguían mirándolo hacia él: la bestia abrió las mandíbulas ampliamente, revelando un paladar sin lengua que comenzó a brillar, como si algo poderoso estuviera a punto de salir de su garganta.

Por desgracia, cualquier desarrollo que estuviera a punto de desarrollarse, se detuvo abruptamente por el repentino ruido estridente, seguido por una voz de mujer.

"¡ Muy bien, chicos! ¡Hora de cenar!"

Tres humanos: una estudiante japonesa de secundaria, una ama de casa japonesa y una monja italiana; y un par de Ángeles Caídos, una mujer joven y un hombre de mediana edad, estaban sentados juntos en la sala de estar con un cachorro negro de aspecto grotesco masticando los restos de un chuletón en la esquina.

Dohnaseek, uno de los Ángeles Caídos, tomó un sorbo del café que le sirvieron. Honestamente, prefería la mezcla más convencional, pero negarse a beber sería de mala educación. Tenía que admitir que el café instantáneo que le sirvió Haruka no sabía mal. Junto a él, Raynare frunció el ceño visiblemente después de tomar un sorbo de su propio café, pero decidió reprimir la lengua.

"En primer lugar, me gustaría darte la razón por la que Lord Azazel no pudo contactar contigo." Dohnaseek comenzó mientras dejaba su taza sobre la mesa. "Hubo un pequeño accidente durante una de sus investigaciones ayer, que hizo inviable sus medios normales para comunicarse con usted. Por lo tanto, nos envían aquí para entregar su mensaje".

Issei quería gritar la excusa conveniente, pero, de nuevo, era Azazel de quien estaban hablando aquí, por lo que podía imaginar que el accidente realmente ocurriera.

"Está bien ... supongo que no se puede evitar. Entonces, ¿qué quiere de nosotros?" Aún así, no pudo evitar sentirse un poco desconfiado de sus invitados, ya que uno de ellos había intentado matarlo la otra noche.

"Antes de que vayamos, permíteme presentarte." Dohnaseek luego hizo un gesto hacia la monja. "Esta es Asia Argento, una hermana que sirvió en el Vaticano hasta hace un mes".

Issei y Haruka se volvieron para ver a la chica antes mencionada levantándose de su asiento.

"Es un placer conocerlos, Sr. y Sra. Hyōdō. Mi nombre es Asia Argento". Madre e hijo parpadearon ante la niña. Conocían la situación actual entre el Vaticano y los Grigori, por lo que más o menos podían adivinar lo que le había sucedido a Asia. Sin embargo, al ver la forma en que la niña hablaba y se comportaba hasta ahora, les hizo una pregunta: ¿cómo es que una niña como ella fue excomulgada?