3 - Todo Lo Que Toca La Luz

417 7 2
                                    

Los meses pasaron desde la ceremonia de presentación del príncipe Simba, y pronto la temporada de lluvias llegó a las Tierras del Reino, cubriendo todas las sabanas con la torrencial caída del agua.

Mientras las tormentas continuaban, el mandril Rafiki, chamán del reino, se encontraba en su baobab, pintando al pequeño Simba en las ramas del gran árbol mientras murmuraba. Usando los colorantes naturales de raíces y el jugo de las frutas, el mandril pronto terminó la imagen.

Riendo de felicidad, en la frente dibujó una línea de la misma forma que lo hizo con el cachorro meses atrás, representando así su presentación como el futuro rey de las Tierras del Reino.

"Simba"

Dijo con orgullo al observar el dibujo que representaba al hijo de su querido amigo. Las cosas eran prósperas, había paz y felicidad.

<<<[O]>>>

Pronto las temporadas de lluvias acabaron, volviendo a los tiempos de sol. Era una tranquila mañana, y mientras que el sol comenzaba a asomarse por el horizonte, un pequeño cachorro corrió hacia el borde del risco de la Roca del Rey, para observar cuanto faltaba para el amanecer.

El cachorrito volvió hasta la base del peñasco, donde estaba la cueva en la que dormía la manada de leonas. El pequeño león corrió hasta entrar a la pequeña caverna, llamando a su padre.

"¡Papá! Despierta..."

Viendo que el paso estaba bloqueado por leonas durmiendo con sus cachorros, el pequeño Simba se metió entre el primer acceso que encontró entre las felinas que descansaban, hasta que pudo pasar llegando a donde su padre se encontraba durmiendo junto a su madre.

"¡Papá! ¡Papá...! ¡PAPÁ...!"

Sarabi habló tranquilamente a su amado, quien no tenía ninguna intención de despertarse.

"Tu hijo está desierto..."

"En la madrugada es tú hijo"

Respondió Mufasa mientras el pequeño Simba seguía llamándolo.

"¡Papá! Por favor..."

Al ver que no despertaba, el pequeño comenzó a jalarle la oreja a su padre, aunque solo resultó en él cayendo entre una pila de huesos. Aunque fracasó, no se iba a rendir, por lo que tomando vuelo, corrió hasta donde estaba durmiendo el rey y lo golpeó en el rostro, llamando por fin la atención de Mufasa.

"¡Lo prometiste!"

Se quejó el pequeño haciéndole un berrinche a su padre, quien lo miró de reojo y al ver que tenía en ceño fruncido se rindió.

"Está bien, está bien... Ya voy, ya voy..."

"¡SI!"

Gritó el pequeño victorioso y corrió a la salida. El gran rey león bostezó, abriendo su enorme boca, mientras que Sarabi abría los ojos, despertando también. Mientras Simba corría feliz saliendo de la cueva, sus padres caminaban tranquilamente detrás de él.

El pequeño león volvió hasta donde estaba su madre y se rozó entre sus patas con cariño para luego seguir a su padre. La reina miró con felicidad y cariño al ver a su familia subir por el sendero que llevaba a la cima de la Roca del Rey, lugar en el que se podía apreciar el reino entero. El sol comenzaba a salir, y la luz cubría la cima, iluminando todo el reino, mientras padre e hijo observaban en el borde del peñasco.

"Mira Simba, todo lo que toca la luz es nuestro reino..."

"¡Woah!"

"El tiempo de un soberano asciende y desciende como el sol... Algún día Simba, el sol se pondrá en mi reinado y saldrá contigo siendo el nuevo rey..."

EL REY LEÓN: LA NOVELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora