Capitulo 14

3.1K 295 37
                                    




Sus labios, tocaron los suyo, y ya sentía que estaba flotando, jamás había sido besada, y Mauro había sido el primero en dárselo, cerro los ojos, el cálido beso fue despacio, sobre aquella noche sentados sobre aquel suelo terroso.

La acostó con cuidado sin dejar de besarla, acaricio con sus nudillos sus mejillas, que desprendía cierto calor, Lirio, temblaba, no sabía que hacer nunca había estado con un hombre.

_Tócame Lirio, solo tócame_ susurro sin dejar de besarla

Se agarró de sus hombros, mentiras el seguía besándola, Tan tierno, tan delicado con ella, sabia que que estaba nerviosa no quería asustarla, succiono sus labios, ante ese un gemido salido de su boca, el sonrió, metió su lengua despacio para jugar con la suya enseñándole a moverla,

Las manos de Lirio se aferran hasta bajar por su espalda subiendo y bajando, Mauro metió su mano por su blusa húmeda hasta tocar uno de sus pechos masajeando, entre labios abiertos , la observo mirando sus ojos, y esa mejilla rojas, se miraba tan hermosa y como tenia su boca entre abierta, ante su tacto, dejo de tocar su seno, quitándole al camisa, desabrocho sus soteño dejando ver su amigas, que tanto se aguantó estos días por verlas, no podía negar que le traía ganas y no quería arruinar este momento con su lengua floja, solo basto las miradas,

Ella bajo la vista aprenda, el levanto su rostro susurrándole que no sentirá pena, era tan perfecta,

Se puso de pié quitándose el pantalón, dejándose desnudo ante ella, que no era ninguna novedad lo había visto desnudo de diferentes maneras y situaciones.

Se volvió a poner de arrodillas, bajado el pantalón, hasta su bragas de abuela sexi

_tan sexi que me prendes con esas bragas_ soltó lujurioso

_Mauro... creo...

_Shuuuuu_ la callo besándola bajado con una mano sus grabas de abuela

Tal vez era momento de arrepentirse, estaba hecha un manojo de nervios, pero su loba no quería

Quería estar con su mate, y lirio era una cabeza dura, pero de tanto discutir con su loba, reacciono cuando los dedos de Mauro entro por su hendidura.

Aferrándose en sus hombros, lo vio a los ojos dilatados, sintió una electricidad, por todo su cuerpo, él se miraba tan excitado, con esos ojos de deseo sobre ella.

Introdujo otro ante su estreches, debía ser cuidadoso, para no asustarla y dejarlo tan duro como una roca, y eso no quería.

_Estas tan apretada, que me estoy poniendo más duro y lechudo

Esas palabras para ella la excitaron mas, la deseaba y sobre todo había caído ante sus palabras medio románticas del lobo.

_Ábrete más, solo un poco, necesito estimularte _ susurro mordiendo su clavícula

Temblorosa abrió sus piernas, ante las embestidas de sus dedos, y como empezar a lubricar con sus propios fluidos, beso cada parte de su cuerpo tembloroso, hasta sus pechos, aferrándose a ellos como un delicioso mangar, alimentándose de ellos, bajo un poco más pero ella lo detuvo, ante la mirada interrogativa del lobo

_por favor no_ suplico

_Déjame probar un poco_ insisto

_me da pena, por favor no_ suplico de nuevo

Los ojos de Lirio lo detuvieron, ante su suplica volvió a subir, pero no se escaparía de comerse ese durazno mojado como le apodo.

Se acto entre sus piernas, deslizando su falo sobre su entrada, la volvió a besar, abrió un poco sus labios ante su la presión de su glande

Lirio abrió su boca ante la incomodidad, encajando sus uñas, el volvió empujar un poco mas, le estaba partiendo su estreches, vio los gestos de dolor, pero o iba a parar, mas cuando había logrado llegar hasta que, empujo de nuevo, y comió su grito con sus boca, se quedó quito dentro de ella, hasta que estuviera seguro que el dolor había pasado.

_ ¿Estás bien?_ pregunto el alfa_ Te daré el tiempo que necesites para bajar el dolor _puso su mano en su vientre para calmarlo,_ solo no tardes_ rio una pequeña risa

_Estos bien, _ dio un beso en el puente de su nariz

El sonrió saliendo solo un poco, volviendo a entrar moviéndose dentro de ella, tomo una de su piernas inclinándose, para ser la estocada más profunda ante los gemidos de Lirio que se movió sin detenerse ella sentía que la cabeza le iba explotar por el calor y esas embestidas sobre su cuerpo.

Vio el cielo esa noche de hermosas estrellas los miraba como ambos se entregaban se aferró sobre sus hombros recargando su barbilla cerca de su cuello, gimiendo con desespero, Mauro gruñía sin poder contenerse.

Despues de tantas travesuras de ambos, habían llegado hasta aquí, donde ambos se estaban entregando, llegando al clímax, se derramo hasta descargarse dentro de ella, y sintió un gran alivio a sus bolas que estaba quedando secas.

No la marco, quería que ella estuviera segura pero por el momento le haría el amor, hasta que amaneciera sin dejarla caminar la maldad juguetona no se pierde esa costumbre.

Despertó, con el cuerpo adolorido, pero sobre todo sus piernas, no sabe cuánto tiempo estuvieron haciéndolo, no creyó capaz de hacerlo pero sobre todo al final Mauro no le aguanto el ritmo. Algo dentro de ella estaba contenta, se preguntó porque no la marco, paso no sus manos por su cuello que aún no había sido atravesado por sus colmillos lo vio ahí acostado boca arriba., desnudo sin descaro alguno.

Vio el cielo azul., sobre las ramas del árbol. Algo de ella, se le hizo conocido, es como si ya estuviera aquí, hace mucho tiempo, hasta que algunos recuerdos llegaron a ella, este había sido el lugar donde ambos se declaraban la guerra. Sobre este árbol.

_Tramposo_ dijo ella al verlo

Reacciono cuando se dio cuenta de la competencia, cacheteando a Mauro despertándose, el lobo gruño acomodándose de lado, dejando que Lirio viera su trasero pálido, mordió sus labios y no pudo resistir darle una nalgada de esas que dejan marca

Logrando que el lobo brincara como resorte

_Maldición, Lirio duele_ se sobo la pompa

Ella soltó una risa, debían vestirse

_Debemos regresar, _dijo ella agachándose para tomar sus prensas

El lobo la vio, saboreando ese trasero apetecible de otra manera ponerla, lirio sitio una electricidad sobre su espalda, volteo su rostro y vio la mirada lujuriosa de ese lobo, poniéndola nerviosa

_Creo que..._ lo vio caminar hasta ella

No tuvo más opción que correr sobre el rio ante los deseos pecaminosos del lobo, que se le abalanzó sobre ella.

En sus GarrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora