Capítulo 7: Nuestro único rayo de esperanza

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Al unirse con un objetivo en común cada una de las chicas y Celes, comenzaron con los preparativos, una a una trabajaban muchas horas y realizaban muchas peticiones especiales de innumerables hombres con tal de recolectar el suficiente dinero, rezándole a Dedalluz que les permitiera ser libres, al mismo tiempo Celes les pidió como favor que las chicas que estuvieran enfermas o que estaban exhaustas cuidarán de Rem, tras pasar dos semanas la recaudación se había detenido por el agotamiento de las chicas sin embargo habían sido capaces de reunir lo suficiente para sobornar a uno de los vigilantes, pero las chicas estaban tan agotadas que aduras penas podía caminar sin embargo su moral no había disminuido pese a las dificultades.

- Celes, toma esto, ayudará con el cansancio y las enfermedades –

- Muchas gracias Anne, debo recuperarme para continuar con el plan –

- Trata de no sobre exigirte mucho, todas necesitamos descansar después de esto, además debemos evitar levantar sospechas, si todas somos descubiertas haciendo trabajos especiales, descubrirán que nos hemos puesto de acuerdo –

- Tienes razón, por ahora debemos hacer lo que dices –

Al estar platicando, ambas chicas descubrieron que tenían cosas en común, riendo una de la otra de sus ocurrencias, pero al escuchar la puerta de la habitación abrirse sin autorización, ambas chicas guardaron silencio de golpe, sin embargo su temor fue disipado por la dulce voz de su único rayo de esperanza en ese lugubre y deprimente lugar.

- Hola Celes, hola Anne, como estuvieron en sus clases de hoy –

- Eh que haces aquí pequeño, estabas espiándonos para vernos desnudas, ¿no crees que es muy pervertido este enano, Celes? –Dijo Anne con ironía y sarcasmo.

- No lo creo, pero apuesto que tú serías una buena razón ¿ No? Lo digo por que tienes un cuerpo muy bien dotado Anne, además toma en cuenta que el aún está creciendo, pero creo que te adelantaré que si quieres casarte con Rem primero tendrás que demostrarme que eres la indicada para el jaja –

- ¡ ¿ Eh?! – exclamó Rem con asombro.

- Por supuesto mamá osa, te prometo que lo haré muy feliz, lavare su ropa, lo alimentare y lo mantendré bien servido en la alcoba – respondía la chica mientras acariciaba el cabello y mordía suavemente la oreja del niño.

- ¿ La alcoba?- pregunto Rem.

- Ese es un tema que todavía no lo sabrás hasta que tengas la edad suficiente, así que tendrás que esperar jaja – respondió Celes mientras sonreía con una mirada amenazadora observaba a su amiga.

- Pero ahora ¿ Que es lo que haces aquí Rem? –

- Ah.. cierto vine a verlas a todas, como no las Vi en la bendición de los alimentos de la mañana pensé que tenían mucha tarea y qué tal vez tenían que ir a sus clases más temprano – respondió el niño con ingenuidad.

- Ah sí teníamos muchas tareas algo retrasadas, pero no te preocupes, pero tienes que darte prisa, casi es la hora del toque de queda y no quiero que te metas en problemas ¿ Ok? –

- Muy bien, entonces las dejo, voy a saludar a las demás- dijo el niño mientras se alejaba de ellas.

Tras saludar a todas las presentes en esa habitación, Rem se apresuró en dejar el dormitorio de las chicas y dirigirse lo más rápido a su propio dormitorio antes de que la hora de dormir llegar, al cerrarse la puerta las chicas pudieron relajarse un poco más, ya que el cansancio y la presión por ocultarle la verdad a Rem sobre lo hacían les era cada vez más difícil de ocultar.

- Celes, ¿ Crees que tengamos un lugar en el infierno, si le ocultamos a la persona que más queremos lo que somos? – pregunto Anne con melancolía.

- Estoy segura que talvez no lo tengamos si seguimos siendo esto, Dedalluz nos dará la fuerza para decirle cuando estemos muy lejos de aquí con el, así que por ahora centremos nuestra concentración en nuestra meta ¿ Ok? – respondió Celes con optimismo.

Al ver la sonrisa genuina de aquella chica que antes estaba sola contra cualquier adversidad, Anne pudo determinar que no había nada más en la mente y corazón de Celes que ese niño, y por razones que cada vez se le hacían más claras al estar con ambos, Anne solo quería ayudar a sacarlos aún si las vidas de las demás y la suya debían terminar.

Día a día las chicas trabajaban fervientemente contra todo pronóstico, hasta que un día por fin habían logrado su meta, tras días de sufrimiento, sangre, dolor y lágrimas, por fin habían sido capaces de reunir la cantidad de dinero que se necesitaba para sobornar a ambos vigilantes, al ver esta oportunidad, Celes decidió que era el momento de llevar a cabo el plan y escapar sin embargo una de las chicas le imploro que lo pospusiera hasta que trasladarán a su hermana  menor al pabellón de al lado y así poder irse también con ellas, al oír su petición, Celes no tuvo más opción que aceptar ya que había decidido que ninguna de ellas iba a quedarse en ese lugar, al hacerlo la chica corrió a contárselo a su hermanita, explicándole que se irían todas juntas y niño , revelándole el nombre del niño, al irse la niña sabía que si todas se iban las cazarían hasta encontrarlas, así que en su mente decidió velar solo por su propio bienestar, sin embargo no podía decir todo el plan, caminando rápidamente por los pasillos la niña se dirigía a la oficina del rector como si fuera una sombra entre los oscurecidos pasillos, al llegar la niña reveló las intenciones de la incitadora del plan y su objetivo, al oírlo el rector no perdió tiempo en reprender a Celes llevándola a  arrastras por su larga cabellera hasta una oscura habitación donde se encontraban todos los guardias leales al rector y los niños que conseguían beneficios al ayudarlo, entre golpes y gritos le exigían a Celes confesar, sin embargo ni todos los golpes y abusos en su cuerpo la hacían que se quebrará y entré más le exigían ella solo les respondía escupiéndoles su sangre en los rostros de sus captores, tras pasar varias horas de abusos tanto sexuales como mentales y físicos, uno de los guardias al tratar de hacerla confesar la había asfixiado hasta conseguir que se desmayará, al no responder tras arrojarle cubetas de agua en el rostro, los guardias habían creído que ella estaba muerta sin embargo solo estaba tan noqueada que ni con lo que le hicieran la despertarían, al ver esa situación de la misma manera en la que la llevaron a esa habitación de la misma manera la llevarían a su dormitorio, al llevarla los otros guardias decidieron llevarse a Rem de su cuarto a una de las jaulas de castigo en caso de que Celes despertara no podría llevárselo aún que quisiera, sin embargo Celes no estaba sola, ya que el rector dedujo que ninguna otra podría aceptar el supuesto plan de Celes, mientras la mayor parte de las chicas ayudaban a Celes para recuperarse con los milagros que ellas utilizaban para tratar sus heridas, enfermedades de transmisión sexual y cualquier otro mal, cada una de ellas le entrego uno a Celes para así poder curar sus lesiones de la manera más rápida posible, ya que pensaban  escapar esa misma noche, aprovechándose de la estupidez de los guardias por el sexo, las chicas más atractivas que casi llegaban a la belleza de Celes, decidieron seducir a los guardias que custodiaban a Rem, mientras que las otras se preparaban para salir a toda prisa, sin embargo al mismo la misma niña que había vendido a Celes, decidió seguir la corriente de las demás para saber cuál era el plan de último momento y así poder revelarlo en cuanto tuviera la oportunidad.

Continuará.

La Orden de los CaídosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora