𝐌𝐘 𝐒𝐓𝐔𝐏𝐈𝐃 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀-𝐉.𝐉𝐔𝐍𝐆𝐊𝐎𝐎𝐊

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La Omega se removió entre las suaves sábanas, pensando en varias cosas, una de ellas; ¿Quien la había salvado?

No tenía ganas de levantarse de aquel suave colchón, solo quería llorar.

¿Llorar por el amor? Nah, aquí no hacemos eso, aquí se llora por la amistad.

Quizás para ti no sea mucho, pero una cosa es leerlo, y otra es vivirlo.

Cómo sea que fuera, si no quería llegar tarde a clases, debía levantarse.

La Omega comenzó a vestirse y rápidamente salió de la habitación, ignorando por completo a su amiga.

Llegó al salón y se sentó en el primer banco que encontró, sabía que nadie la molestaría ahí, pues la mayoría se sentaba en la parte de atrás.

¿Estaba dolida? Si, definitivamente.

Si, estuvo apunto de suicidarse, pero aún tenía su dignidad. No iría a reclamarle a nadie, sería una chica fuerte, o bueno, eso según ella.

-Bien -dejó sus cosas en el escritorio que tenía delante- hoy hablaremos, sobre la marca o lazo. La marca, es una mordida que el alfa hace en la zona del hombro, casi llegando al cuello, la cual sella su amor. Esta marca dura para toda la vida, normalmente se adquiere durante las relaciones sexuales o en momentos de calentura. Otras veces, solo se hace casualmente, aunque siempre, con el consentimiento del Omega o beta.

La marca puede irse si el Omega o beta es engañado por su alfa. Normalmente, cuando esto pasa, comienza a arder hasta desaparecer por completo, en otras comienza a abrirse y sangrar, haciendo que la marca se haga aún más grande. Pero de igual manera, desaparecería, con un poco más de tiempo, pero lo haría.

-Si el Omega o beta, engaña a su alfa ¿También desaparecería la marca?

-La respuesta es si, sea quien sea que engañe a su pareja, la marca desaparecerá, ya que es un símbolo y promesa de lealtad y amor eterno hacia esa persona. -explicó- el timbre toca en 5 minutos, la clase ha terminado -sonrió-

Todos hicimos una reverencia y salimos del salón.

Aún seguía pensando en lo de ayer, quien me salvó? Debí haber muerto, pero no.

Un minuto...

Creo saber quien ha sido.

Caminé rápidamente hacia el patio de los que son un año mayor a mí y lo busqué con la mirada, lo encontré sentado en un banco, mirando a la nada y muy seguramente, pensando en todo.

Me acerqué lentamente y susurré en su oído

-¿Que tanto piensas?

El saltó del susto en su lugar, y tomó su pecho fuertemente.

-Idiota! No me asustes! -me observó y su mirada se tornó seria- tu y yo, debemos hablar, seriamente.

-Ah, okay -el tomó mí mano y me guió hacia su habitación, la cual era bastante linda-

Apenas abrió la puerta de su habitación, me empujó a la cama, y cerró la puerta con llave, ah pero eso no es todo, también se tiró arriba mío.

-Puedes decirme....¡¿PORQUÉ COJONES CASI TE SUICIDAS ANOCHE?! -exclamó furioso-

-No creo que sea de tu incumbencia -desvié la mirada-

-Claro que lo es! Eres mí Omega!! -los ojos del alfa comenzaban a cambiar a un amarillo intenso-

-Seré tu Omega, y lo que sea, pero eso no significa que debas saber todo lo que me sucede, y porqué. -hablé firme-

-Escuchame bien, y grabatelo en la maldita cabeza. -me observó enojado-

-Solo habla -gruñó-

-Eres MI omega, lo que significa que debo cuidarte, y tengo que estar al tanto, del porqué mierdas intentaste suicidarte! -recalcó-

-Aunque seas mí alfa, no te diré. Ni siquiera te interesa. Y porfavor, si vas a hacer algo, hazlo de corazón, no solo por obligación.

Quizás me estaba equivocando al contestarle así, pero no quería hablar del tema.

-Bien, no me dejas de otra -¿Que hará?-

Me volteó rápidamente y tomó mis muñecas con una mano, así dejándome inmóvil.

-¡¿Que coño te sucede Jungkook?! -exclamé-

-Soy tu Alfa, respetame -me dió una nalgada-

-Basta!

-Quien es tu Alfa? -susurró en mí oído-

-Definitivamente, tu no -me dió otra nalgada- agh!

-Dilo

-No importa cuántas nalgadas me des Jungkook, no te voy a decir nada -hablé firme-

-¿Segura de eso Omega? -Su voz se puso más ronca de lo normal-

-Segurisima -asentí como pude-

-Vale, entonces...más te vale que las cuentes

-Ni sé te ocurra Jeon! -grité-

-¿Me dirás? -olfateó mí cuello-

-¡No!

-Pueden ser nalgadas...o embestidas, no me molestaría hacer las dos -rió en mí oído y un escalofrío recorrió mí espalda-

-Oh vamos! Jeon que ni se te ocurra intentarlo -pataleé-

El me dió vuelta y nuevamente sostuvo mis muñecas con una mano, ahora su pecho chocaba con el mío, y mí respiración se mezclaba con la suya.

-Quisiera follarte ahora mismo, pero mereces un castigo por casi matarnos a ambos -besó mí cuello y pasó lu lengua lentamente por el mismo-

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