¬ 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐: un beso agradable.

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Después de la aburrida clade de Herbología, nos dirigimos a la clase de cuidados de criaturas mágicas

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Después de la aburrida clade de Herbología, nos dirigimos a la clase de cuidados de criaturas mágicas. Caminaba junto a Elle Snape hablaba sobre lo fastidiosa que sería la clase, y la verdad estaba de acuerdo. Desde que Hagrid comenzó a dar la asignatura ha habido varios catastróficos accidentes por las criaturas de dudoso origen para que los cuidáramos. 

No sé por qué Dumbledore lo puso como profesor, es verdad que adora a los animales como ningún otro, pero no quiere decir que sepa enseñar adecuadamente. Hagrid me agradaba, pero no significa que me guste como profesor. Tampoco es mentir por convivir.

—El curso pasado he tenido que soportar quemaduras, moretones y rasguños —se quejó Elle formando una mueca de lamento—. No me imagino que nos aguarda esta clase y el curso en sí.

—Espero que nada peor —respondí observando que solo había unos pocos Gryffindor's en el lugar.

—Eso es peor que peor —musito Elle horrorizada, observando unas criaturas de aspecto espantoso en unas cajas—. ¿Qué diablos es eso?

—Nuestra peor pesadilla —respondí formando una mueca.

Parecían langostas deformes de unos quince centímetros de largo sin caparazón, horripilantemente paridad y de aspecto viscoso, con patitas que les salían de sitios muy raros y sin cabeza visible. Había por lo menos cien en cada caja, se movían unos encima de otros y chocaban a ciegas contra las paredes. Despendían un intenso olor a podrido.

Esperamos alrededor de diez minutos a que el resto de los estudiantes llegaran, y cuando lo hicieron, la cara que pusieron dejaba en claro que preferían estar en cualquier lugar menos aquí.

—Recién nacidos —dijo con orgullo Hagrid—, para que puedan criarlos vosotros mismos. ¡He pensado que puede ser un pequeño proyecto!

—¿Y por qué tenemos que criarlos? —preguntó una voz fría, era Draco Malfoy. Crabbe y Goyle le reían la gracia.

Hagrid se quedó perplejo ante la pregunta.

—Si, ¿qué hacen? —insistió Malfoy— ¿para qué sirven?

Hagrid abrió la boca, según parecía, haciendo un considerable esfuerzo para pensar. Hubo una pausa que duró unos segundos, al cabo de la cual dijo bruscamente.

—Eso lo sabrás la próxima clase, Malfoy. Hoy solo tienes que darles de comer. Pero tendrán que probar diferentes cosas. Nunca he tenido escregutos, y no estoy seguro de que les gusta. He traído nuevos de hormiga, hígado de rana y trozos de culebra, prueben con un poco de cada una.

Mi cara era la resignación pura. Prefería seguir sacando pus en Herbología que esto. Elle y yo nos acercamos a una caja con cautela, tratando de darle hígado despachurrado de rana y fue demasiado difícil si quiera acercarse.

—Esto es absurdo —susurro Elle enfadada—. Ni si quiera parece tener boca. ¿Como sé que no le estoy metiendo la comida en la cola?

Me reí por lo absurdo que era la situación.

SCARLET WITCHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora