Capitulo 8

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Primero sintió como flotaba en un inmenso mar negro quiso luchar contra la corriente pero solo lograba hundirse cada vez más, la oscuridad abajo de aquel mar era más densa que arriba lograba asfixiarlo y eso lo desesperaba. Escuchaba su corazón latir a mil por minuto y su respiración era errática a pesar de estar sumergido en el mar no sentía que se ahogaba al menos no de agua, solo sentía frio, mucho frio que calaba sus huesos y la sangre la congelaba volviéndose mucho más pesado ¿Así se sentía morir? ¿Este proceso fue lo que siempre estuvo evitando? Morir da demasiada sed.

¡Sasuke-kun! ¡Sasuke-kun!

Una dulce voz comenzó a llamarlo pero por más que volteaba a todos lados solo veía oscuridad ¿De quien era esa voz? Su corazón ya no latía de forma desenfrenada sino ahora se encontraba tranquilo. 

¿Quién eres?

Era la única pregunta que rondaba por su cabeza mientras intentaba subir a la superficie pero otra vez algo lo jalaba al fondo ¿Eran sus miedos? ¿Sus pecados? No estaba seguro pero cuando sentía que alguien se aferraba con fuerza de sus pies al mirar no había nadie solo oscuridad. Paso un bueno rato antes de que volviera a escuchar otra voz pero esta vez de un hombre que lo llamaba de forma desesperada, ¿Quiénes eran? ¿Por qué estaban tan preocupados por él? Una vez más intento luchar por subir a la superficie pero otra vez era jalado cada vez más profundo.

¡Ayúdenme!

De su garganta no salió voz ninguna y lo intento una y otra vez hasta que sintió sus cuerdas vocales rasposas, dañadas por tanto gritar aun que no había sonido alguno saliendo de él. El frio se hacia cada vez más insoportable y la oscuridad ya lo estaba consumiendo por completo que solo sabia que seguía presente por el latir de su corazón. 

-Ototo... Eres un terco-en frente de él apareció un joven de cabellera larga negra que usaba una túnica blanca. Era la única luz en aquella oscuridad. 

-¡Sasuke-kun!-otra luz apareció pero esta vez de una mujer que vestía igual que su acompañante, su cabello era largo de color negro con reflejos azules y sus ojos negros pero que transmitían cariño al verlo-. Oh mi bebe...-lo abrazo con fuerza.

El frio dejo de sentirse con aquel abrazo que correspondió con fuerza temiendo que el calor lo volviera abandonar; la mujer se alejo de él pero lo tenia agarrado de ambas manos evitando que tanto la luz como el calor lo abandonara. Una tercera luz se les unió mostrando a un hombre ya grande de edad que piel morena su expresión era de tranquilidad pura.

-Hijo ¿Qué haces aquí?-su pregunta lo desconcertó. Al igual que la mujer agarro su hombro apretándolo en señal de apoyo-. Un Uchiha siempre ve por su familia, lo que hiciste por la tuya vale más que todo el poder del mundo.

-Mi hijo... estoy orgullosa de ti-a pesar de que lloraba quería mantener esa sonrisa.

-Ototo se te dará una segunda oportunidad para regresar con tu familia y hacer las has bien, vive lo que nosotros ya no tuvimos oportunidad de vivir-lo golpeo en la frente con sus dos dedos como cuando eran niños-. Ya no te resista a la corriente y solo déjate llevar. 

-¡Mamá! Papá, Itachi-su voz salió ronca que lastimo su garganta. Había podido reconocer aquellas personas que estaban en frente de él y también pudo recordar como llego allí.

-Siempre te estaremos cuidando, hijo-dijo por última vez su madre antes de irse desvaneciendo junto con su calor.

-¡Mamá! No por favor... Itachi no te vayas-intento sujetar la mano de su hermano pero la traspasaba-. No me dejes...-comenzó a llorar como un niño. 

-Siempre estaré contigo Ototo, gracias por bendecir a tu hijo con mi nombre-al igual que sus padres comenzó a desvanecerse dejándolo otra vez en la oscuridad. 

Dejarte irDonde viven las historias. Descúbrelo ahora