Todos los ignotos de criminal minds

Temporada 1 capítulo 11:Eddie Mays

Descrito como un niño generalmente agradable en su juventud, Eddie nació en la pequeña ciudad de Harringtonville, Tennessee, hijo de un médico y una mujer llamada Mary Mays, que descendía de una de las familias más antiguas del estado, un hecho en el que ella estaba muy orgullosa. El padre de Eddie murió en 2003, y algún tiempo después, Eddie se mudó a Boston para asistir a la universidad, donde se especializó en Religiones Comparativas. A pesar de la distancia, Mary continuamente trató de ejercer control sobre la vida de su hijo, llamándolo al menos tres veces al día y, en un momento, viajando al campus para romper con Eddie con una novia a la que desaprobaba. En un intento por rebelarse contra su madre, Eddie comenzó a festejar en exceso, consumiendo regularmente drogas como la cocaína y la metanfetamina.. El uso de drogas de Eddie hizo que sufriera un brote psicótico, lo que provocó que fuera internado en una institución mental en 2005. Retenido durante seis meses, Eddie se revisó más tarde ese año y llamó a su madre, que nunca lo había visitado ni contactado durante su permanecer en la instalación, para recogerlo, pero la llamada fue ignorada. De alguna manera, Eddie regresó a casa, donde, aún desequilibrado, se obsesionó con Wally Brisbane, un chico del vecindario que Eddie comenzó a ver como una figura mesiánica, presumiblemente debido a su excepcional voz de canto. El 12 de diciembre, los delirios de Eddie lo llevaron a asesinar a un hombre llamado Paul Thompson, a quien Eddie mató a puñaladas en su jardín y le robó una escopeta.

Hambriento de sangre
Al día siguiente, Eddie busca a Wally hasta la casa de Annie Stuart, la maestra de música del niño. Brevemente visto afuera por Domino Thacker, un adicto a las drogas local, Eddie entra a la casa después de que el hijo de Wally y Annie, Charlie, se van, y golpea la cabeza de Annie con la escopeta de Paul Thompson. Después de matarla, Eddie abre a Annie y le quita el hígado y el estómago, los pone en recipientes de comida (que dejaron círculos ensangrentados en el piso) y los lleva a la casa de su madre, donde los coloca en un refrigerador. La noche siguiente, Eddie va a la casa de Lynette Giles, la abuela de Wally. Mientras Wally ve la televisión, Eddie entra y corta la garganta de Lynette, le quita el corazón con un cortador de tornillos y secuestra a Wally por la fuerza, llevándolo a la casa de Mays, donde le informa a su madre que el niño era un ángel. Aunque horrorizada por las acciones de su hijo, Mary limpia después de él y esconde a Wally en un cobertizo de almacenamiento, con la esperanza de protegerlo a él y a su apellido. En este punto, en raros momentos de lucidez, Eddie comienza a sentir remordimiento por sus crímenes y deja el estómago de Annie en un recipiente en el porche de su casa. Poco tiempo después, Eddie conduce a una iglesia local, presumiblemente para pedir perdón, y es arrestado por Elle y Morgan , que habían estado vigilando el edificio y habían visto a Eddie acercarse, llevando un saco mojado, que presumiblemente contenía el corazón de Lynette. Mientras lo someten, Eddie alucina brevemente una estatua de la Virgen María que es Lynette mutilada y comienza a gritar mientras lo arrastran.

Colocado en una celda en la estación de policía, Eddie no responde y durante los primeros minutos grita y tiembla mucho. Reid le señala al alguacil local que Eddie tiene una enfermedad mental y podría usar la declaración de locura en un tribunal de justicia. Para averiguar a dónde llevan a Wally, a Eddie se le administran antipsicóticos después de que su madre, que finge ser inconsciente, firma los formularios de autorización médica. Algo lúcido ahora, Eddie es entrevistado por Hotchy Reid, que intentan encontrar dónde está Wally. En el transcurso del interrogatorio, Eddie se vuelve cada vez más agitado, especialmente después de que le muestren fotos de sus víctimas, y comienza a hablar consigo mismo, gritando en voz alta: "Solo quiero saber ... ¡cuándo me dejarás en paz!" al techo mientras Hotch y Reid, dándose cuenta de que no podrán llegar a ningún lado con Eddie, se van. Poco después de que los agentes salgan de la celda, Eddie intenta suicidarse ahorcándose, pero un ayudante lo ve en medio de ello y pide ayuda a gritos. Corriendo hacia la celda, Hotch y el Sheriff Hall logran salvar a Eddie, quien es enviado a un hospital y luego presumiblemente a una institución. Después de la hospitalización de Eddie, Wally es encontrado por Hotch y Elle, quienes disciernen la participación de Mary en los crímenes.

Perfil
El sospechoso es un hombre blanco psicótico, desorganizado, de veinte a treinta años, debido al uso de ataques relámpago, el nivel de violencia presente en los asesinatos, los modus operandi diferentes y el asesino no intenta mover los cuerpos o limpiar la evidencia. Se involucra en antropófagos ( canibalismo), una adicción psicótica en la que debe beber sangre humana y posiblemente incluso consumir carne humana. Anthropophagi sugiere un nivel extremo de psicosis y desorganización, lo que significa que no podría haberse aventurado muy lejos de casa para cometer los crímenes. Vive o ha vivido en Harringtonville; conoce el territorio. Ha sido visto antes, posiblemente en el estadio de béisbol o en bicicleta a casa desde la tienda de comestibles. No siempre fue una amenaza; podría haber sido vecino o amigo de alguien. Algo en su delirio lo mantiene en la ciudad. La medicación robada de la casa de Annie Stuart indicaba una adicción a las drogas (si bien esto resultó ser cierto, más tarde se descubrió que la medicación en realidad fue tomada por Domino Thacker, no el sospechoso). A diferencia de los asesinos organizados,

La fijación del sospechoso con Wally Brisbane, quien estuvo presente en dos escenas del crimen y fue secuestrado, además de los órganos que tomó como el lugar del alma en diferentes sociedades, también implica que sus delirios son de origen religioso. Él ve a Wally como algo parecido a una figura mesiánica, que puede sentirse obligado a sacrificar, y al comerse los órganos de sus víctimas y beber su sangre, cree que se encuentra con lo divino. Los psicóticos suelen ser no violentos, pero cuando se vuelven agresivos, por la naturaleza de los delirios psicóticos, son excesivamente brutales. Si lo atrapan, es posible que el sospechoso no pueda recordar correctamente sus crímenes y, como la mayoría de los asesinos psicóticos, podría devolver partes del cuerpo a la escena del crimen durante momentos de lucidez, ya sea como señal de remordimiento o simplemente como un medio para manipular el cuerpo más lejos.

Modus operandi
Un asesino desorganizado, las víctimas de Eddie aparentemente fueron elegidas al azar (aunque sus víctimas eran casualmente caucásicas y de mediana edad o mayores). Todos fueron atacados relámpago y asesinados por medios excesivamente violentos, que incluyeron apuñalamientos, golpes y cortes de garganta. Después de matar a Annie Stuart y Lynette Giles, Eddie los evisceró, posando el cuerpo de este último para que pareciera un ángel, y tomó órganos que él creía que contenían el alma, como el hígado y el estómago de Annie, y el corazón de Lynette, colocándolos en recipientes de comida y llevándolos a su casa. En el caso de Paul Thompson, se extrajo sangre de sus heridas de arma blanca y se colocó en recipientes. Ingeriría la sangre y los órganos de sus víctimas, creyendo que vería a Dios si lo hacía. Eddie usó cortadores de pernos para abrir la caja torácica de Lynette.