¡Cuidado! ¡Ésta chica no es tan fácil!

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A mitad de su primer año después de perder contra el Aoba Johsai, Hinata no estaba con los mejores ánimos

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A mitad de su primer año después de perder contra el Aoba Johsai, Hinata no estaba con los mejores ánimos. También había peleado con Kageyama Tobio, su compañero de equipo y aunque no necesariamente se llevaba bien con él, las cosas no resurgían como quería.

Muchas cosas pasaron, hubo una especie de reconciliación y tenía la oportunidad de ir a un campamento en Tokyo, entonces debía estudiar porque sus notas además de ser un desastre, no pasaban a más de 20 puntos. Sin esperanzas.

Yachi y Tsukishima lo ayudaron y quizás fue ahí cuando la conoció.

No recuerda cuál fue la razón. Había chocado con ella en la segunda entrada de la preparatoria Karasuno y aunque entre hipidos de cachorrito se disculpaba porque aparte de que era una chica algo más alta que él, el balde de concreto endurecido le pegó en la cabeza: ojos de toro, pecas ardientes y un cabello flotante. Tal vez eran sus imaginaciones exageradas, pero ese cabello marrón chocolate parecía flotar de ira y Hinata se quedó de pie ahí, congelado.

No le dijo nada. No era necesario. Lo asesinaban con la mirada y jamás creyó que una chica pudiera ser tan dura sin decir ni una palabra.

Lo más irónico, es que en aquel entonces, ella estaba en el club de béisbol y en clases avanzadas. Era amiga de Yachi y la dulce pero asustadiza rubia entre sus reuniones de estudio invitó a la joven con pecas. Al pelirrojo se le escapaba el alma cuando la vió, dejándole claro entre susurros a Yachi que su amiga era un ser aterrador y que no había tenido una de las mejores primeras impresiones con ella.

Pero se llevó una sorpresa cuando notó que no era tan dura. Sí, por un momento pensó que no tenía un carácter tan fuerte. Que quizás había chocado con ella a manera muy fuerte y le dolió. Sí, quizás se podrían llevar bien.

Pero no sucedió.

Morikawa Miki tiene un efecto en su personalidad, que es como un detonador a una bomba nuclear si oprimes mal los botones: NO-JUEGUES-CON-SU-PACIENCIA. No es tan difícil, no está en código binario y podrías entenderlo con tan solo echándole un vistazo, pero Hinata no es de dejarse llevar por esas cosas porque él se puede tratar bien con alguien por ser, bueno, por ser él naturalmente.

Bastó solo una hora de estudio para ver su verdadera naturaleza, porque Kageyama era demasiado malo en Inglés y Hinata una asquerosidad en Lengua Tradicional y se vació la jarra de bondad y los mandó a freír espárragos. Especialmente a él, y a su cabello chillón; con las manos en las caderas y los labios finos entreabiertos, dejando ver los dientes delanteros superior con una pequeña separación, y las cejas curvadas en un régimen sulfúrico. Lo sintió por primera vez ahí: El Efecto Morikawa.

Le llamó así ya que su espalda se puso firme en una recta antinatural. Los hombros se subieron en miedo y los dedos le sudaron.

Esa chica daba miedo.

Hinata le ponía nombres raros a todo, hasta a sus contrincantes del vóley, pero es que nadie lo culpa. El mismísimo Kageyama se quedó en blanco, y aunque fue un momento efímero, ¡KAGEYAMA SE QUEDÓ EN BLANCO! Así, en duda y con las cejas temblando de a poquito. Éso no era nada bueno. Juntos estuvieron de acuerdo en algo por primera vez más allá de la duela: Morikawa Miki era de temer. Ni su madre le había causado algo semejante.

Sunflower Miracle ━ Hinata ShouyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora