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Lo primero que Jaemin pensó al ser invitado a las famosas fiestas decembrinas por navidad fue en su pequeño novio para poder besarlo sin parar bajo los muérdagos colgantes en los techos

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Lo primero que Jaemin pensó al ser invitado a las famosas fiestas decembrinas por navidad fue en su pequeño novio para poder besarlo sin parar bajo los muérdagos colgantes en los techos. Aprovecharía para besar a si niño y dejaría en claro que no estaba interesado en invitaciones de engaño hacia Ren.

Todos los amigos de Jaemin estaban más que emocionados por conocer a aquel chico del cual el distraído e introvertido Na Jaemin se encargaba de hablar maravillas siempre que tenía oportunidad, claro que les comentó que aún asistía a preparatoria y que era diminuto, casi como una pulga.

Ahora mismo ambos chicos estaban buscando ropas no muy infantiles en el clóset de Renjun. Según el menor, no quería que lo vieran con sus típicos overoles ni suéteres enormes, pero Jaemin le comentaba que de cualquier forma se vería hermoso.

Y Renjun le creía a Jaemin, pero no quería asistir vestido así cuando su novio llevaba una preciosa camisa blanca y un pantalón de vestir negro combinado a la perfección con sus pulcros zapatos de charol. Renjun quería ir acorde a Jaemin. Quería lucir digno de él

— Ren, amor— el tono sugerente de Jaemin hizo que toda la atención del bajito se centrara en el rubio—. ¿Por qué no usas el conjunto que usaste en mi graduación? Me imagino que aún te ha de quedar.

Cierto, Renjun se había olvidado de aquellas prendas que compró únicamente para aquella situación.

Así fue como Renjun terminó vestido con aquel conjunto en tonos azules bebé y blancos.

— Ven aquí, mi amor, yo te ayudo a cepillar ese rebelde cabello— Jaemin palmeó su regazo con la esperanza de que el bajito se sentara ahí.

Renjun tomó el cepillo blanco y corrió a los brazos de su novio.
Jaemin aspiró un poco el aroma a vainilla y madera quemada tan representativo de Ren antes de iniciar a cepillar las sedosas y despeinadas hebras color chocolate.

— ¿Podrías cantar para mí?— preguntó el bajito mientras jugaba con el brazalete dorado que Jaemin le había obsequiado en su primer aniversario.

— ¿Qué quieres que cante?— el carraspeo para afinar su voz hizo reír al castañito de manera dulce.

Renjun pareció pensarlo mientras repasaba la lista de canciones favoritas que tenía en alguna parte de su mente.— ¿Puedes cantar Someone's someone?

Jaemin sonrió en grande al recordar que Renjun había elegido aquella pista tan bonita de Monsta X como su canción de pareja.

Así fue como la voz grave de Jaemin entonaba dicha canción mientras cepillaba el cabello de Renjun.

Así fue como la voz grave de Jaemin entonaba dicha canción mientras cepillaba el cabello de Renjun

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Tres toques a la puerta hicieron a Ryujin levantarse del sofá en el que estaba sentada.

Todos los presentes sabían que se trataba de Jaemin, puesto que el chico era el último en llegar. Raro de él, Jaemin siempre era el más puntual dentro de su grupo de amigos de la facultad.

Recién la chica abrió la puerta principal saludó a su amigo con un abrazo, la vista de la chica cayó en el tierno castañito que la veía con una sonrisa tímida plasmada en sus labios.

— ¡Es adorable!— gritó la peliazul antes de abrazar fuertemente al diminuto novio de Jaemin.

Renjun con una sonrisa más confiada devolvió el abrazo con su mano izquierda ya qué su mano derecha estaba siendo tomada por la mano de Jaemin.

— Suelta a mi enano— regañó Jaemin jalando hacia sí a su pequeño novio.

Los tres entraron a la enorme casa en donde habían alrededor de diez personas hablando.

Todas la miradas cayeron en el castañito con mejillas sonrosadas naturalmente.
La gran mayoría de los presentes veían con sonrisas y ternura al preuniversitario, a excepción de un chico quien le veía de pies a cabeza examinándolo con una mirada cargada de seriedad.

Jaemin se sentó en un sofá con Renjun en su regazo desatando bromas por parte de sus amigos.

— ¡Hey, Jaem!— saludó aquel rubio que veía de manera rara a Renjun cuando recién llegaron.

Jaemin se volteó en dirección al chico bajito y atractivo que se encontraba sentado junto a ellos.

— Oh, hola Dejun— sonrió Na despegando por un momento su mano de la cintura de Renjun.

¿Dejun?

¿Xiao Dejun?

¿Era ese Xiaojun?

Tan pronto Renjun conectó las piezas en su cabeza se tensó. Ahora entendía el porqué de la mirada pesada del rubio.

Cuando la relación de Renjun y Jaemin estaba pasando por un mal momento decidieron tomar un descanso que no duró más del mes. Ocurrieron muchas cosas durante ese lapso de tiempo.
Xiao Dejun había intentado ligar a Jaemin estando en estado de ebriedad.
Durante una fiesta de la facultad vecina a la de medicina ambos estaban ebrios, tanto así que terminaron besándose fuertemente en la cocina de aquel departamento desconocido. Las fotos de aquella escena llegaron a manos de Renjun, logrando que algunas inseguridades de él salieran a flote sin querer.

Jaemin fue al día siguiente a casa de Ren para comentarle lo arrepentido que estaba de todo.
Tardaron varias semanas arreglando eso y ganándose la confianza del otro, enamorándose aún más de lo que ya estaban.

— Junnie, ¿quieres algo de beber?— preguntó Na volviendo a colocar su mano en la cintura del pequeño.

Huang asintió. Na se levantó para ir en busca de una bebida fría y sin alcohol entre todas las botellas que habían en el refrigerador.

— Mucho gusto, me llamo Dejun— se presentó el rubio extendiendo su mano en dirección al chico de baja estatura que se encontraba perdido entre sus pensamientos.

Renjun volteó a ver a Dejun por un par de instantes antes de bajar la mirada. Se sentía feo a lado de él, ¿cómo era que Jaemin lo había preferido a él en vez de a Xiao Dejun?

— Huang Renjun, el gusto es mío— la bonita sonrisa del extranjero menor no quería salir.

Fue cuestión de segundos para que su autoestima se desmoronara.
Jaemin se dió cuenta de la actitud distraída y decaída de su pequeña pulga, no dudaría en preguntarle sobre su estado de ánimo al llegar a casa.

Jaemin se dió cuenta de la actitud distraída y decaída de su pequeña pulga, no dudaría en preguntarle sobre su estado de ánimo al llegar a casa

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short ; renmin ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora