El Plan B

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11 de septiembre, Entrada del Instituto secundario Cover, 7:30 am

Zigor y Melania se encontraban juntos. Él le pasó una hoja enrollado, en ella salía la instrucciones que debía de seguir.

Para Melania le parecía mucho trabajo, ya que serian él y ella, pensó en una idea.

11 de septiembre, Entrada del Instituto secundario Cover, 14:58 pm

Zigor se encontraba en la clase, mirando cada segundo inquieto el reloj. Para él lo muy importante eran la coordinación, la puntualidad y el silencio. Zigor estaba de la mar de relajado. Volvió a mirar, las 15:00 pm. Esos dos minutos pasaron como el rayo. Las clase habían acabado por hoy y era hora de irse cada uno a su domicilio. Menos él y Melania. Todos al salir parecía que fuera San Fermín, corriendo por la libertad y aplastando se uno a otro. Peor fue en las escaleras. A Zigor lo aplastaron que notó como alguien le tocaba. Zigor algo incómodo intentó salir de aquella estampida. Fue un milagro pero no tenía tiempo para descansar, a partir de ahora empezaba el plan.

Bajó por la primera de las tres escaleras que habían. Tan rápido y silencioso a la vez que nadie le notó. Llegó a la sala de profesores, no estaba vacía. Se anticipó con un altavoz conectado a su móvil y lo dejó en dos aulas más de la derecha de esta. Activó la música con la siguiente canción: "Rise Up". Empezó a escuchar las diferentes notas de aquella máquina pequeña pero potente. Todos los profesores lo siguieron como los ratones en la historia del flautista.

Él aporvechó la oportunidad y de una de las monedas de su bolsillo lo metió en la máquina de café. Puso el favorito de sus tutor. Café con leche y nata. Una vez obtenido, se marchó de aquel lugar cuidadosamente de no derramar el café.

Llegó al baño de los chicos, allí escondido, dejó el café en la pica. Zigor con sus finas manos rebuscó en sus bolsillos. No sacó nada. Se horrorizó. Eso iba a ser la ayuda para el escarmiento. Sin ellos el plan B era un fracaso. Zigor de pie puso sus codos sobre la pica y decepcionado de apoyó, sosteniedo su cabeza con las manos. Se había acabado todo.

O eso pensaba Zigor, el sonido de un vidrio lo llamó la atención y miró hacia la puerta. Era Neferet con el pote que perdió Zigor.

-Pensbaa que no te darías cuenta si yo te lo quitará-dijo Neferet con buen rollo.

-Vaya, que ladrona pero ¿por qué?

Se sonrojo-No hagas tantas preguntas-dijo algo molesta.

Zigor se rió-Anda, dame el pote-estirando su brazo y mano.

Neferet le dió el pote con la substancia transparente. Zigor lo puso en la bebida.

Cuando Zigor se fue de allá, Neferet le siguió.

-Si querías unirte haberlo dicho. El "no" es para denegar lo.

-En serio, como sigas así sí que me voy.

Zigor soltó una pequeña risa. Juntos se marcharon a la clase de Zigor donde afuera, en el pasillo estaba esperando Melania. Cuando llegaron estaba otro chico, Uriel.

-¿Qué hace este aquí?-dijo Zigor pidiendo explicaciones a Melania.

-Bueno, él ya sabía lo del plan estuvo ayer con nosotros en la hora del patio, así que....-desviando la mirada-Lo mismo te puedo preguntar-algo celosa.

-Acaso, ¿Te molesta mi presencia?-Neferet desafiando a Melania.

-No se preocupen por mi-dijo Uriel.

-¡Centrémonos!-exclamó Zigor-Toma esta bebida y dásela con esos ojos de niña buena.

-¡Crees que són así! Que tierno eres, muchísimas gracias...-Melania se sentía alagada.

-Sí, si... Venga que se te va a enfriar-Zigor apresurando la.

Melania con sus ojitos de cordero más su voz muy suave y tierna se acercó a Aitor con el café entre sus pequeñas manos.

-Hola, Aitor. Esto... te traía una bebida para que cojas energía.

Aitor estaba serio, la observaba con ojos penetrantes. Melania estaba incómoda y con miedo.
-Trae pa acá-lo agarró y después se lo bebió-Que extraño sabe. Bueno, ahora vete. Que tú presencia me interrumpe.

Melania al girar y dar el primer paso algo fue mal. Al principio, el estómago le empezó a doler cada vez más. Se cayó de la silla, tocado el suelo sucio y humedo.

El rostro de Melania, nunca con tanto terror e impactada por los insultos de aquella carcamal.

—Mel...la..la..nia maldita niña, asquerosa y repelente —dijo malhumorado mientras se retorcía de dolor.

Ellos tres seguían observándolo detrás de la puerta. Los ojos de Neferet y Uriel fueron de horror ante aquella escena, no obstante, el de Zigor era de pedir más sufrimiento. Lo estaba disfrutando. De pronto, Zigor dejó de mirarlo al recibir el empujón que le dió, sin querer, Uriel al entrar al aula dirigiéndose a Melania.

Uriel con sus manos la agarró y la llevó hacia la puerta mientras ella seguía viéndolo. Neferet se acercó y Zigor fue hacia Aitor, que, ya había dejado de retorcerse. Se arrodilló, le observó y cuando todos pensaban que ya había muerto, Aitor con su última energía decidió agarrar la camiseta de Zigor arrugando la.

¡Eres un cobarde! ¡¿Me oyes?! —exclamó alterado.

Zigor asustado, agarró su pluma de tinta azul y con el impulso de lo hincó en su arrugado cuello. La suerte apuntó en el centro de todo. Lo hizo con tanta fuerza y agresividad que lo metió muy profundo. Aitor chichón, ese sería su último, acompañado con sangre en forma de gotas gruesas hacia Zigor.

Te veré cuando tú digas al mundo adiós, jodido niño—las últimas palabras de Aitor, su nombre y apellidos pasarían ser letras o palabras donde se quemarían son las brasas del fuego.

Zigor con sus manos de tapó de esas gotas que iban hacia él como misiles.
Luego se miró las manos. Esas manchas que él había sacado un piedad de él. Eran sus gritos, ahora, en sus manos estaban. De esas gotas, verdes para él, apareció el escorpión de antes. Todo sus visión se le tiño de verde muy potente. Él escorpión le miró y se subió hasta sus hombros.

Todos de aquella sala se quedaron estupefactos, sobretodo Zigor. 

De todo aquel silencio, Melania se atrevió a rompera.

-Ahora que haremos!-exclamó asustada sin poder controlar sus temblores.

Zigor sacó sus guantes de cuero mientras poco a poco se levantaba, mirando hacia ellos. Cuando se cruzaron todos ante la mirada de Zigor, él se puso los guantes, en ese momento, el escorpión que nadie pudo llegar a ver, se encontraba en uno de sus hombros firmes. Los ojos de Zigor eran todavía más fríos y oscuros parecían llenos de escarcha, no obstante, lo demás parecía igual pero ellos tres no dejaron de temer le. Una emoción que nunca antes habían sentido ellos.

¿Quien era aquel que se encontraba en la piel de Zigor?


Rojo, la nueva modaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora