Cap 085

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Tres días después ya tenía a mi bebé conmigo.. pero Logan casi no me lo dejaba.

Solo podía tenerlo para alimentarlo y después él me lo quitaba.. escuché cuando el psiquiatra del hospital le dijó que debía alejar un poco a mi hijo de mi, que mis sentimientos no le hacían bien a él y sólo podía enfermarlo. Tampoco traían a mis pequeños gemelos por que no querían que me vieran así, otra vez empecé a consumir antidepresivos.. otra vez estaba perdiendo el rumbo de la vida.

Una semana después ya me habían dado el alta y una receta médica de unos medicamentos que debía tomar cada ciertas horas.. también una receta del psiquiatría de antidepresivos y tranquilizantes para unos dos meses.

Ahora estaba aquí en mi casa... viendo los lugares donde estube con mi papá alguna vez.. donde sonreímos y éramos felices.

Subí a mi habitación y me acosté... era temprano, recién se habían ido mis hijos a la escuela y estábamos sólo en casa.

-Debemos hablar–Dijó Logan serío cuando entró a la habitación.

Suspiré y me senté en la cama.. lo mire y tenía el ceño fruncido.

-Debes hacer un esfuerzo.. ya ha pasado más de tres semanas y los niños no te ven, están preocupados y asustados.. creen que hay algo malo pero solo les digo que estás triste por que el abuelo se fue al cielo pero ¿como les digo que pasará mucho tiempo hasta que te vuelvan a ver como ese padre amoroso y cariñoso que eras antes?... no puedo mentirles...

-¿Sabes por que colgué ese oso en el espejo?–Lo interrumpí.

-¿Que oso?–Preguntó cansado y se sentó en la cama.

Me levanté y tomé el pequeño oso del espejo para sentarme otra vez a su lado.

-Hace años.. cuando me hiban a operar por mi tumor, papá le tocó irse por unos días.. pero cuando volvió trajo esto con él–Le dí el oso y él lo tomó. -Se veía muy dulce con ese pequeño oso en la mano... dijó que no sabía que comprarme y sólo me trajo esto.. desde ahí lo guardé...

-Sé que te duele haber perdido a tu papá pero tienes una familia... tres hijos, un esposo, una suegra y una amiga.. no estás sólo...

-Mi papá era más que un papá–Doblé mis piernas y las abracé. -Él era mi apollo.. puedo enumerarte todas las cosas que hizo para verme bién.. mostró una parte de su vida que no muchos vieron o sabían, una donde él sufrió y quiso quitarse la vida innumerables veces.. compartimos nuestro dolor ese día en el hospital cuando abrí mi brazo, me escuchó cuando le dije que tú madre me había dicho que ya no me amabas y tenías a otro, me animaba cuando le dije que te perdí.. me dio trabajo aunque no sabía hacer nada, me ayudó a aceptar mi embarazo de los gemelos... en el tratamiento de mi depresión también estuvo..

-Amor no puedes se...

-Estuvo cuando desperté de mi cesárea–Lo interrumpí y sorvi mi nariz para limpiar mis lágrimas. -Cuidó a los niños y a mi sin pedir algo a cambio..

-Recuerda que puedo compartir tu dolor.. así sería más llevadero–Logan pasó su mano por mi espalda y me pegó a él.

-Nuestra relación empezó como un juego...

-¿Como así?–Preguntó curioso.

-El día que dijeron que nuestros hijos estaban en peligro papá en el estacionamiento me dijo que jugaramos a un juego de roles.. en ese momento le pedí que se convirtiera en mi padre, le prometí ser un buen hijo para que me quisiera y no me dejará...

-¿Se puso felíz?–Preguntó acariciando mi brazo.

-Sonreia muy grande.. me abrazó muy fuerte por su felicidad.. ¡por fin hiba  tener un papá!–Sollozé y empezé a llorar otra vez como lo venía haciendo todo este tiempo...

Es que era difícil... cuando mamá murió, yo sabía que lo haría, yo tomé su mano y esperé a que llegara su muerte. La ví morir poco a poco en un año y sabía que se iría... pero con papá no sabía que podía perderlo, no ví esa posibilidad. No creía que un día común el podría irse asi.. o mejor digo que le quitaran la vida. No estaba preparado para quedar huérfano, no estaba listo para que me dejara.

Me levanté y fui al baño.. abrí la regadera y me metí en ella mientras seguía llorando en el suelo. Había dejado a Logan en la cama sólo y sufriendo por mí pero mi dolor era más grande que la primera vez que lo sentí... ¿por que? ¿a quien le había hecho tanto daño para que la vida me hiciera esto?.

Casi una hora dure en esa regadera y salí.. me abrigue con una bata de baño y me acerqué al espejo, abrí una gaveta buscando unas pastillas para dormir pero me encontré con otra cosa... había una caja de hojillas en ese lugar.

Me perdí por un momento en esa caja... todo pasó como en cámara lenta...

La tomé y la abrí sacando una de sus hojillas... ella brillaba de punta a punta. Me senté en el suelo y cerré mis ojos colocandola sobre mi brazo.. la imagen de mi papá en mi sueño con sangre sobre su ropa y en el suelo pero aún sonriendo me hacían dudarlo... él no estaba pero sonreía.. lo hacía para mi, siempre lo hizo...

-¡Itan!–Gritó Logan.

Abrí mis ojos y lo miré.. estaba horrorizado.

Miré mi brazo y sólo me la había enterrado pero aún no me había cortado.

-¡¿Que hiciste?!–Me preguntó apenas reaccionó y se tiró a mi lado quitándome la hojilla para votarla al otro lado del lugar.

-¡Perdón perdón perdón perdón perdón!–Sollozé con dolor.

Logan abrió una gaveta de abajo y saco una toalla pequeña para ponerla sobre el hueco que hice en mi brazo y me abrazó.

-¿Por que?–Preguntó en un susurro.

-¡Perdon, perdóname por favor!–Abracé fuerte su cuello y enterré mi rostro en su cuello. -¡Perdóname!.

-No hay que perdonar, sólo no lo vuelvas a hacer... ¡me muero si te pasa algo Itan, eres mi vida, yo te amo!–Sollozó.

Otra vez Logan debía sufrir mi dolor.. llorar conmigo... pasar noches en vela... y asumir otra faceta aparte de la de esposo...

Lo Nuestro Nunca Pudo Ser 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora