8. La regadera

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Antes de pasar al segundo suceso, explicaré qué sucedió con Wen Han.

Cuando comencé a salir con él, él ya sabía de mi relación con Xiao Zhan, o al menos una parte. Al igual que los demás, él creía que éramos novios y sabía de la intimidad que llegué a tener con él. 

Wen Han tampoco era virgen; él la había perdido con un tío del último grado y se la pasaba presumiendo a todo mundo del suceso.

Y pues nada, que como los chavales calientes que éramos en aquel entonces, nosotros también follamos a las dos semanas de empezar a salir.

Confieso que no fue la mejor experiencia. Wen Han quería ser el de abajo todo tiempo y al principio sí estuvo guay, pero yo también quería sentir placer y su falta de versatilidad me llevó con Xiao Zhan de nueva cuenta (como os había dicho anteriormente).

Ya sé, ya sé. La jodí. Pero así pasó.

Busqué a Xiao Zhan a los dos meses que empecé a salir con Wen Han. La vez que llegué a su aepartamento, se sorprendió muchísimo y verme. Desde la última vez que le había dejado desnudo en su habitación, no había vuelto a llamarle ni escribirle.

Él llevaba medio cuerpo desnudo. Mi corazón comenzó a temer y por un segundo creí que Wang Dalu estaba ahí. Pero no, en realidad Xiao Zhan iba a salir con sus colegas y estaba por tomar una ducha. Y a mí, que me urgía ser follado, me vi en la forzosa necesidad de meterme a la regadera con él. Me dejé llevar por sus caricias.

Con jabón abrió paso entre mis nalgas y me acarició un par de minutos. Sus dedos se metieron en mi interior y me follaban con mucho pudor.

—¡Ah! ¡ZhanGe! —me atreví a gritar.

No me gustaba hacerlo tan fuerte. Mejor dicho, me había acostumbrado a gemir en voz bajita. Pero llevaba meses sin sentir a Xiao Zhan dentro de mí que el puro tacto me encendió.

Xiao Zhan consiguió fuerzas para cargarme y me abracé a él. Las gotas de la regadera se mezclaban con nuestros besos y dejaban pequeños cristales en nuestras pestañas. Cada que terminábamos un beso, entre abríamos los ojos, nos sonreíamos y volvíamos a concentrarnos en la follada.

Mis piernas comenzaron a dormirse y mi corazón estaba demasiado excitado. Quería más, pero no así. Obligué a Xiao Zhan a salir de mí y me di la vuelta.

Antes, había visto y escuchado la típica escena del jabón en la regadera.

Y ésa fue mi oportunidad de tenerla.

Había sólo un jabón ahí dentro. No sabía si era el personal de Xiao Zhan o lo compartía con su familia cuando estaban aquí, pero yo lo tomé y empecé a masajear su amigo con él.

Después, restregué el jabón por mi cuerpo, provocando que Xiao Zhan siguiera cada movimiento con la vista. Cuando llegué a la parte baja del pene, me restregué el jabón y fue cuando lo dejé caer "sin querer".

—Tendrás que cogerlo, leoncito —me susurró Xiao Zhan al oído.

Sonreí con picardía y obedecí.

Sentí a Xiao Zhan dentro de mí en un segundo y no tardé mucho en sentir su cadera golpear contra mi trasero.

Abrí las piernas y coloqué mis manos en las pantorrillas para no resbalar. También, me permití sentir el calor de las manos de Zhan en mí.

No supe si aluciné o fue real, pero creí sentir dos cosas entrar en mí. Una, obviamente, la polla palpitante de Zhan, y el otro, me pareció que eran un par de dedos.

Hagámoslo en... [YiZhan/ZhanYi/Versátil]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora