Capítulo 2

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Vuelvo a estar en el aeropuerto. Esta vez sola. Miento, no estoy sola, me acompaña un hermoso cartel que escribe Zein y una cara feliz dibujada al lado. Nada presuntuoso, solo un sharpie negro sobre una hoja completamente blanca.

Estoy un poco nerviosa, porque bueno, estoy aquí sola esperando a un desconocido. Desafortunadamente, mamá está atorada en la oficina, defendiendo un caso que la ha estado comiendo viva durante los últimos tres meses.

Así que aquí estoy con mi trasero prácticamente sobre un bote de basura, mis audífonos con el volumen al máximo y al menos una hora esperando.

Estoy tarareando con los ojos cerrados cuando siento que algo, o mejor dicho alguien, se detiene a menos de un metro de mí. Alzo la mirada y de inmediato me incorporo. Sus ojos mieles están clavados en mí, le sonrío por inercia porque, bueno, mi nerviosismo ha llegado a su límite. Él solo sacude su cabello con una mano y no puedo evitar pensar que necesita un corte.

“Hola, tú debes ser Zein. Yo soy Kayla, la hermana de Clarisse” No quiero ser demasiado formal, así que en lugar de estrechar mi mano casi sin pensar lo abrazo a medias, mis manos sobre sus brazos.

Su cuerpo se mantiene rígido y no me devuelve el intento de abrazo. Algo que me dijo que no lo haría. Cuando me separo de él sus ojos ahora están más abierto, sospecho que no se esperaba lo que hice.

“Eres Zein ¿Verdad? Porque no me has dicho una palabra y creo que acabo de abrazar a un extraño” Le digo cubriendo mi rostro con mis manos, avergonzada. Estoy casi segura de que es él, quiero decir, tiene los mismos rasgos árabes que Doniya y es realmente atractivo, como Clarisse me mencionó. Aun así, su comportamiento tan tenso no me deja opción que dudar de su identidad.

Él me está mirando cuando me armo de valor para mirarlo de nuevo.

“Es Z-A-Y-N”

Su voz es más grave de lo que esperaba, envuelta en un fuerte acento inglés que casi se me había olvidado.

Asiento, y esa es la señal que necesito para seguir andando.

Zayn, ahora bien dicho, tiene dos maletas a su lado. Hago un esfuerzo y tomo la más grande, cuando comienzo a jalar, es tan pesada como la imaginé, pero Zayn parece cansado y no quiero que lleve tanto peso.

Estoy luchando como un niño cuando, por arte de magia, la maleta parece ir más rápido y no tengo que hacer tanto esfuerzo y wow, es genial hasta que me doy cuenta que, oh, enrealidad es Zayn ayudándome. Eso no debería haber salido así.

Me encojo de hombros y me dirijo hacia la maleta más pequeña que él me deja libre sin rechistar. Lo intenté ¿Verdad?

Una vez frente al auto, me las apaño para guardar las maletas en el maletero sin su ayuda. Punto para mí.

“Puedes subir si quieres” Le digo a Zayn, cerrando el maletero “Está abierto”

Puedo ver como abre la puerta del lado izquierdo y frunce el ceño. Comienzo a reír y me acerco a él, poniendo una mano en su hombro.

“Oh, tendrás que acostumbrarte, aquí conducimos por la derecha”

Creo haberlo oírlo bufar, pero lo ignoro mientras da la vuelta y se sube por el otro lado. Se deja caer en el asiento, sus ojos divagando por mi auto. Me pregunto que estará pensando ¿Le incomodará mi auto? Quiero decir, es un Chevrolet Astra gris del 98, no debe haber automóvil más común en los Estados Unidos. No puede ser eso. Quizá aún le sigue dando vueltas al asunto del lado derecho o quizá, quizá… Solo está fundido en sus pensamientos.

El viaje de vuelta a casa es un horrendo silencio incómodo. Pongo la radio y Zayn vuelve a juntar las cejas cuando una canción de Ariana Grande comienza a sonar. Cambio de estación, oh, esta banda me gusta. I’ll follow you into the dark de los Death Cab For Cutie es una de mis canciones favoritos.

Words  /z.m/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora