Hablas como una bruja de feria

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(Perspectiva Emmett)

De vuelta otro día más al interminable Instituto, como inmortal, parecía poco probable qué unas escasas horas pudiesen ser tan tediosas, pero era una parte que debíamos asumir si queríamos mantener una residencia estable.

Deberíamos jugar bien nuestro papel y no levantar sospechas, mis hermanos parecían llevarlo bastante bien junto a sus parejas, Jasper y Alice estaban como siempre, comunicándose entre ellos sin necesidad de palabras, Bella y Edward por otro lado, conversaban distendidamente sobre las carreras qué comenzarían a estudiar tras el Instituto, Bella aún no se había hartado tanto como nosotros de repetir una y otra vez el Instituto y la Universidad, era la más joven entre nosotros, apenas hacía unos 50 años que se había convertido, cuándo James había tratado de matarla, no pudimos hacer nada para conservar la humanidad de Bella, pero desde ese momento, comenzó a formar parte de nuestra familia y estaba encantada con ello.

Repasé mentalmente las cosas que haría después de este purgatorio impuesto, le había prometido a Esme que la ayudaría con las compras que debíamos hacer para aparentar ser humanos, no era algo que me entusiasmase, pero sabía que a Esme le gustaba pasar tiempo con nosotros como una auténtica madre con sus hijos, así que esa parte de mi día estaba decidida, después le pediría la revancha a Jasper en los juegos de ajedrez que habíamos modificado uniendo 8 tablero y al que habíamos aplicado nuestras propias reglas para hacerlo más entretenido.

Tal vez después de esa partida jugaría a uno de los nuevos videojuegos que había comprado el fin de semana anterior para matar el aburrimiento, pero aunque hiciese esas cosas aún me quedaría demasiado tiempo hasta el siguiente día de purgatorio, esperaba que se me ocurriese algo divertido en el transcurso del día, odiaba aburrirme, esperaba con ansias la próxima tormenta para poder jugar un partido de béisbol, pero Alice no había visto una pronto.

Apenas fui consciente de los murmullos que comenzaron a surgir en el comedor, todos parecían interesados con la noticia que Julia Mac Warren, una chica de cuarto curso, había esparcido como la pólvora, tendríamos una nueva incorporación en el Instituto al día siguiente, al parecer una tal Rebeca Anders se había mudado con su padre al pueblo a una de las casas de las afueras. Ese pequeño cambio para ellos suponía un mundo, ya que prácticamente todos se conocían desde que eran bebés, la única novedad que había habido en el pueblo recientemente habíamos sido mi familia y yo, y de eso hacía ya dos años, habíamos vuelto cuando dimos por supuesto que nadie se acordaría ya de nosotros, además era uno de los pocos sitios donde podíamos hacer una vida prácticamente normal, así que cuando Alice nos vio, en una de sus premoniciones,de vuelta a Forks todos nos alegramos.

Por supuesto, habíamos tenido que anunciar nuestra llegada a los habitantes de la reserva, gracias a Bella nos habíamos acercado bastante a la tribu de los Quileutes. El tratado seguía en pie, pero ahora era más flexible, si avisamos con antelación de nuestra intención de ir a su reserva ellos accedían, incluso habían vuelto a asistir al hospital donde trabajaba Carlisle, con nuestra llegada posiblemente alguno de estos chicos se transformaría el lobo, era algo instintivo para ellos, sabían que nuestra especie podría suponer un peligro y la sangre que corría por sus venas actuaba de manera instintiva. Aunque nosotros fuésemos, por decirlo de alguna maner, vegetarianos, eran conscientes de lo voluble que era nuestra naturaleza y aunque confiaban en nuestra buena fe, preferían estar alerta. Cuando llegamos al pueblo nos sorprendimos al ver a una de las lobas que se había transformado por primera vez hace 60 años, cuando aún vivíamos en el pueblo, casi igual que cuando nos fuimos, no aparentaba más de 30 años, Lehan parecía haberse atascado en el tiempo, eso tenía incluso sorprendido al resto de la tribu, tenían varias hipótesis al respecto, pero no podían confirmar ninguna por el momento.

Siempre juntosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora