.-. Purpura .-.

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Para deleite del muchacho no había recibido ninguna nota hasta que llego el fin de semana y tuvo un tiempo libre.

Se dispuso a ir a la casa de su vecina que, conociéndola, iba a actuar como si no hubiera pasado absolutamente nada.

- Buenos días, Suzuki – Dijo el peliverde apenas vio que la puerta se abría

- Buenos días, Izuku – Se corrió hacia la derecha – Por favor, pasa. Siéntete cómodo

- Gracias. – Se sacó los zapatos - ¿Dónde está la puerta?

- Oh, ven, sígueme – La muchacha lo guio hasta llegar donde estaba la rebelde puerta que no quería cerrar ni abrir.

- Bien, a trabajar. – Dijo sonriente

Ambos muchachos estaban felices, hablaban de sus vidas cuando se separaron y luego recordaron momentos graciosos e importantes para los dos en lo que Midoriya le arreglaba la puerta.

Ella había hecho un jugo y también se había dispuesto a cocinar unas galletas que hacía para su panadería así tenía con que invitar a su amigo.

Con la puerta arreglada y con ambos al día de la vida del otro Izuku Midoriya se dispuso a irse a su hogar.

- Espera – Lo llamo la amiga y cuando se dio vuelta se dio cuenta que llevaba un pequeño monedero – Dime cuanto te debo.

- Oh si, saque el presupuesto y lo anote.

El muchacho de rizos verdes había metido su mano en los bolsillos de su pantalón y cuando lo saco el corazón de la mujer que tenía en frente no podía latir más desenfrenado. Era una hoja color purpura, ella quiso pensar que era una hoja sin sentido que tenía en su casa pero su corazón le decía otra cosa. Cuando abrió la hoja se quedó en shock.

"Como ya se quién eres lo único que voy a pedir a cambio es que me dejes demostrarte todo lo que siempre te quise."

- Izuku... Yo... - Él no la dejo terminar.

- Yo siempre te quise, no como amigos, como otra cosa. Cuando te fuiste a Alemania no podía no sentirme dolido y triste, te habías ido... Tu... El amor de mi vida. – Tras dichas palabras el muchacho paso un mechón rojo por detrás de la oreja de su amor – No te das una idea de lo feliz que me siento que mi amor sea correspondido... Aunque algo tarde.

- Nunca fue tarde, Midoriya. – El contrario solo tenía una sonrisa – Siempre te quise y te lleve grabado con fuego en mi corazón el tiempo que viví afuera.

Los chicos se demostraron esa misma tarde-noche lo mucho que se amaban con un hermoso y profundo beso.

No podían pedir nada más.

- C O L O R E S - Midoriya Izuku (Deku) x TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora