—¡Buenos días queridos oyentes! —Saludé animada. —¿Cómo han estado? Espero que todo en sus vidas esté saliendo bien. —Dije concluyendo mi saludo. —Bueno, esta semana les vengo a hablar de mi vida, de lo cotidiana que ésta es. El hecho de que mi vida sea aburrida, no la hace algo especial, por el contrario, la hace igual al resto. —Manifesté. —Pienso que la mayoría de nosotros, queremos cambiar de vida, queremos una con más acción, romance, drama o lo que sea, pero, ¿alguna vez han pensado en lo abrumador que esto sería? Si nuestras vidas fueran así, entonces, ¡tendríamos que decir adiós a nuestra paz mental!
—Sin embargo, creo que es importante ser lo suficientemente valientes para no conformarnos con lo mínimo, ser fuertes para así salir de nuestra zona de confort, decir lo que sentimos, decir lo que somos sin ningún miedo. Vivir una vida en la que estemos felices y no solamente conformes. Todo esto teniendo los pies en la tierra. —Concluí. —¿Ustedes qué piensan?
Al día siguiente, como de costumbre, no quería ir a la escuela, pero como siempre, no había otra opción. Así que me levanté, me arreglé y me dirigí a mi infierno llamado escuela.
Cuando llegué, vi a Nicolas, así que me acerqué a saludarlo. —¡Hola! — Lo saludé con emoción.
—Me alegra que te alegres tanto de verme. —Dijo riendo.
—Ya quisieras que fuera por ti, hoy desperté de buen humor—Reproché.
—Si claro. —Dijo con ironía en su voz. — Ayer escuché tu programa. —Afirmó.
—¿Qué tal estuvo? —Le pregunté sonriendo.
—No estuvo tan mal. —Le golpee el hombro de manera juguetona y los dos reímos. —Hablando en serio, me gustó mucho. Tienes un don, tus palabras ayudan a mucha gente. Quisiera ser tan valiente como tú, y así poder decir todo lo que siento sin miedo.
—¿Y qué es lo que quieres decir? —Pregunté.
—Quisiera... —Dijo pensativo. Sumido en sus propios pensamientos, como si por un momento, hablara para sí mismo. Fruncí el ceño esperando a que completara lo que quería decir, pero no parecía seguro de hacerlo.—No es nada. —Terminó. Pareció darse cuenta de que estaba pensando en voz alta.—Tengo que irme. Lo siento.— Me dio una mirada de disculpa y se fue.
Eso fue muy extraño. Nicolas es un chico muy agradable. Es gracioso, extrovertido, es... sencillamente es una persona genial. Pero parecía que eso que tanto quiere decir lo atormenta bastante. Me hace preguntarme; ¿Qué es eso que le atormenta y por qué lo hace? Supongo que en algún momento lo sabré, pero eso no alivia mi curiosidad.
—No puedo más.... —Me detuve a respirar, ya que, estaba a punto de desmayarme.
—Oh, ¡vamos Emma! Sólo llevamos dos minutos trotando y ya has parado como cinco veces. —Lu empezó a correr en su puesto esperando a que yo recuperara el aliento.
—Lu, tú sabes que en la actividad física realmente apesto. —Le reproché en medio de jadeos.
—Si claro, ¡eres una floja! —Afirmó riéndose de mi. —Hablando de actividad física, estoy pensando en unirme al equipo de baloncesto. —Murmuró mientras sonreía.
A Luisa siempre le han gustado los deportes, y en serio es muy buena en ellos. Así que no me sorprendió.
—Pero no estoy segura. Todas en el equipo son increíbles y creo que no soy lo suficientemente buena para entrar.
—¡Vamos Lu! Eres increíble. Estoy totalmente segura de que vas a entrar.
—¿Y si no lo logro?
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A traves de tu voz
Teen FictionSoy Emma Peterson. Amo con locura mi trabajo, es mi sueño hecho realidad, ser locutora me llena totalmente. Cuando tienes todo lo que te hace feliz, te dejas de preocupar por cosas externas, porque te dejan de importar, ya que estás llena, eres tota...