ℑ 𝔩𝔦𝔢𝔡 -𝔏𝔬𝔯𝔡 ℌ𝔲𝔯𝔬𝔫-
Ashley, 5 de noviembre 1992 - 𝕰𝖓𝖙𝖗𝖊 𝖑𝖎𝖇𝖗𝖔𝖘 𝖞 𝖕𝖗𝖊𝖌𝖚𝖓𝖙𝖆𝖘
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Era temprano, apenas había luz en el cielo cuando me levanté. El frío de la mañana se sentía en las piedras de las mazmorras, pero no le presté demasiada atención. Me vestí con lo primero que encontré en mi baúl: un pantalón negro de traje y una camisa blanca, simple pero cómoda. No tenía tiempo ni cabeza para preocuparme por mi apariencia hoy. Sabía que necesitaba investigar y, para eso, nada mejor que una biblioteca tranquila y vacía.
Con mi mochila al hombro, salí en silencio, asegurándome de no despertar a nadie. Llegar a la biblioteca cuando el castillo aún estaba prácticamente dormido tenía su ventaja: la tranquilidad. No había estudiantes correteando ni Madame Pince vigilando cada movimiento con sus ojos de águila. El silencio absoluto me permitía concentrarme en lo que había venido a hacer.
Dejé mi mochila y mis cosas en una de las mesas de estudio más alejadas, donde nadie me molestaría. Luego, con una manzana en la mano, empecé a pasear entre las estanterías, buscando algún libro que pudiera ayudarme a entender lo que estaba ocurriendo con la Cámara de los Secretos.
Pasé por varias secciones: Historia de la Magia, Hechicería Oscura, Fundadores de Hogwarts... pero nada parecía tener la información que buscaba. Comencé a sentir la misma frustración de días anteriores cuando algo llamó mi atención en un estante alto y polvoriento. Un libro pequeño, cubierto de cuero oscuro, con letras doradas apenas visibles: Salazar Slytherin: Misterios y Legados .
Mis dedos rozaron la cubierta mientras lo sacaba de la estantería. El peso del libro en mis manos era una mezcla extraña de emoción y precaución. Sabía que lo que contenía probablemente no era fácil de digerir, pero si quería respuestas, tenía que arriesgarme. Con la manzana aún en la otra mano, volvió a mi mesa y dejé el libro junto a mi libreta de apuntes.
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𝐄𝐏𝐈𝐅𝐀𝐍𝐈𝐀
Fantasia» 𝔘𝔫𝔞 𝔢𝔱𝔢𝔯𝔫𝔦𝔡𝔞𝔡, 𝔲𝔫 𝔞𝔪𝔬𝔯 𝔶 𝔲𝔫𝔞 𝔤𝔯𝔞𝔫 𝔠𝔦𝔠𝔞𝔱𝔯𝔦𝔷, 𝔭𝔲𝔢𝔡𝔢𝔫 𝔲𝔫𝔦𝔯 𝔡𝔬𝔰 𝔞𝔩𝔪𝔞𝔰 𝔭𝔢𝔯𝔡𝔦𝔡𝔞𝔰 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔲𝔫 𝔯𝔢𝔫𝔞𝔠𝔢𝔯 ú𝔫𝔦𝔠𝔬, 𝔭𝔢𝔯𝔬 𝔱𝔞𝔪𝔟𝔦é𝔫 𝔭𝔞𝔯𝔞 𝔲𝔫𝔞 𝔪𝔞𝔩𝔡𝔞𝔡 𝔦𝔫𝔠𝔬𝔫𝔱𝔯𝔬𝔩𝔞...