Capítulo 8

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Rafael había hecho una gran jugada, al hablar del famoso tratado. El gobernador no pudo vencer los argumentos de Alam, el ministro de ciencias y tecnologías, quien logro convencer a Zard que debía dejarme ir con el pequeño pokémon de pelaje marrón.

Ya era bien entrada la noche, cuando volvimos a la casa de Rafael.

El cielo nocturno estaba acompañado por una gran luna llena. El brillo blanquecino del satélite, iluminaba las hojas verdes de los árboles y resplandecía en las paredes de roca gris del hogar de Rafael, mientras un aire frío recorría todos los alrededores con calma.

 El brillo blanquecino del satélite, iluminaba las hojas verdes de los árboles y resplandecía en las paredes de roca gris del hogar de Rafael, mientras un aire frío recorría todos los alrededores con calma

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Un humo salia por una extraña estructura sobre la casa, acompañado por un olor que jamás había olido. Las ventanas que se hayan a los costados de la puerta, dejan ver que hay alguien dentro debido al brillo amarillento que sale flotando por los transparentes cristales.

─Mi madre esta haciendo una sopa de bayas ─comentó Rafael rompiendo el silencio que ya llevaba desde hacía minutos─. Me caerá bien comer eso y luego ir a dormir... mañana será un largo día.

─Con todo lo que sucedió en la casa del gobernador... mañana será un día ocupado ─dije mientras veia a los lados del camino y las ramas de los árboles. Desde que el camión nos dejó hacia rato ya, sentía que nos seguían y nos miraban sin parar─. Aún que debo admitir... ese ministro Alam, me sorprende comparta tipo conmigo.

─El ministro Alam, ha logrado poner al reino entre los países más avanzados del planeta, y todo ha sido por sus grandes conocimientos ─señaló el pokémon antes de superar la valla del jardín de su casa─. Gracias a los avances tecnológicos y científicos, se ganó un puesto en el reino, y no sólo es eso, también es por sus poderes. Bueno... para estar como ministro se debe ser fuerte... eso es lo principal...

─Parece no agradarte eso ─di una mirada a los árboles y me pareció notar varios pares de ojos viéndonos, desde las ramas más altas─. Hay alguna razón, ¿cierto?

Volví a ver a la casa y caminar hacia la puerta.

─Creo que quienes son ministros, deben ser especialista en la materia del ministerio que dirigen, no sólo ser fuertes y poderosos ─tocó la puerta varias veces, mientras yo esperaba detrás de él─. Después de comer, podemos continuar hablando de lo que quieras ─me miró rápidamente y volvió a tocar la puerta─. ¿Qué raro? ─se rascó la cabeza─ ¡Mamá! ¡Papá!

La puerta se abrió. El brillo amarillo corrió a toda velocidad hacia afuera, llegando a iluminar la parte delantera de mi cuerpo. Dentro de la casa podían verse a los padres de Rafael, pero quien sostenía la puerta era otro pokémon desconocido.

─Hasta que al fin llegan ─dijo el pokémon de la puerta con un largo cuerno sobre su cabeza─. Pasen.

Su pelaje blanco sedoso desprendía brillos amarillos por la luz del interior. Los ojos carmesí del pokémon fijaron en los míos, y de inmediato note su gran superioridad. Mi cuerpo y mi ser gritaban que no debía luchar contra ese pokémon.

Pokémon: Luz del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora