Ésta sin duda alguna era una pregunta que rondaba su cabeza todo el tiempo, él no lograba comprender de ¿qué se trataba la vida?, ¿para qué había nacido? ¿por qué las personas a su alrededor, empezando por su familia, le hacían sentir ésta clase de cosas? Muy en el fondo, sabía que estaba solo y que nadie estaría con él para apoyarlo, por más que le doliera, esa era la cruel realidad. Porque, después de todo, ¿de eso se trata la vida no? Si naces y mueres sólo, ésto quería decir que estarías solo la mayoría del tiempo. es una verdad muy dura para muchas personas, la mayoría, en realidad. Porque por más que la soledad y el silencio sean reconfortantes en algunos momentos, también éstos momentos podían volverse los más tortuosos y agonizantes, todos están conscientes de esta verdad.
-La mañana de un domingo comenzaba cálida, el sol en su máximo esplendor, dejando saber que ya era de día. Los rayos de sol atravesaban las finas cortinas en su habitación, se sentía agotado por el día anterior, aquel sol estaba comenzando a molestarle; de manera que tomó una almohada y la colocó encima de su cabeza, estando él boca abajo.
-Decidió seguir durmiendo al menos unas dos horas más, su cuerpo lo necesitaba. Pero al parecer no lo lograría ya que de repente se abrió la puerta de su habitación. Una mujer mayor se asomó por el marco de la misma. -Hijo, creo que debes levantarte, anoche llegaste muy tarde, habías prometido no hacerlo más, así que vas a tener que irte a trabajar con tu padre. -Aquellas palabras salieron de su boca sintiendo algo de pesar por su hijo, ella sólo quería dejarlo descansar, pero su esposo era muy estricto y debía cumplir sus reglas.
-El joven solo se retorció en la cama, moviendo las sábanas para dejar su cuerpo al descubierto, realmente sentía que el día empezaba de la peor manera posible, pero no había nada que pudiera hacer para escabullirse de las órdenes de su padre, a pesar de tener 18 años, todavía vivía bajo su techo así que habían ciertas cosas que no cambiaban.
-Alex, sé que estás cansado, pero en serio debes alistarte y estar abajo en una hora, ya sabes cómo es tu padre, así que por favor, levántate rápido. -dijo aquella mujer sintiendo algo de pesar, hizo una mueca de resignación y se dispuso a bajar las escaleras.-
Alex se levantó de la cama, sintiendo como todo a su alrededor daba vueltas, estaba seguro de que no sería buena idea irse a trabajar en aquellas condiciones pero por ahora sólo podría meterse a la ducha e intentar salir como nuevo.
Así que con mucho esfuerzo abandonó su cama, haciéndo un gesto de cansancio, se levantó. Tomó lo primero que vió en una silla llena de ropa revuelta y después salió de su habitación para entrar en el baño.
-Joder, este maldito dolor de cabeza me va a matar- Dijo mientras abría una cajita que estaba al lado del lavabo. Tomó un par de pastillas y las llevó a su boca, abrió la llave del agua y llenó un vaso, tomó sus pastillas e intentó relajarse por un momento, para que su insoportable dolor cediera al fin.
Enseguida entró a la regadera, abrió la misma y sintió como el agua fría recorría todo su cuerpo, era algo que le gustaba sentir, porque le hacía despertar y recobrar algo de energía, lavó su cabello rubio y luego de terminar su rutina de baño, secó su cuerpo y se miró un momento al espejo.
-Fresco como una lechuga.- Dijo mientras sonreía de manera landina.
Salió del baño, tomó su ropa y se dispuso a vestirse dentro del mismo, la verdad el volver a su cuarto con la ropa no tenía mucha ciencia.
Jeans negros, camiseta blanca, botas de cuero y un abrigo de tela fina azul oscuro, el clima esos días era un tanto frío.
Decidió bajar las escaleras, estando listo en menos de una hora, como le había dicho su madre anteriormente. Tomó asiento frente a la barra del comedor y se dispuso a tomar una taza de café que su madre le sirvió.
-Me alegra mucho verte así hijo, estás muy guapo hoy. Me gusta como te queda ese... ¿cómo dicen los jóvenes de ahora?..ou..out...
-¿Outfit?- Dijo sonriendo de manera divertida ya que le causaba gracia cuando su mamá intentaba usar esa clase de expresiones.
-Si, hijo me gusta como te queda ese outfit, así me harás suegra pronto.-Dijo con tonos divertidos mientras servía un plato lleno de panqueques delante del jóven.
-¡Mamá, no empieces con esas cosas! -Dijo ésto sintiendo como sus pómulos se calentaban teniendo un lindo rubor.
-Hijo, solo bromeo, pero ambos sabemos que estás muy hermoso hoy.- Se acercó a su hijo tomándole por sorpresa al besar su mejilla con mucho amor-.
La diversión del momento acabó cuando de repente apareció él.
-Buenos días, querido.- Dijo ésto posando su vista en el, mirándole de manera seria pero un tanto dulce.
-Buenos días, amor.- Soltó las palabras de la manera más monótona posible, haciendo que ella se sintiera algo incómoda.
-Buenos días, padre.- Dijo ésto intentando cortar la tensión del momento.- Se vió respondido con una mirada de su padre, viéndole de arriba a abajo.
-Es momento de irnos, o llegaremos tarde a la empresa, -dijo el mayor tomando un último sorbo a su café, dejando la mayor parte de su desayuno en el plato.
Ambos se dirigieron a la entrada de la casa, se despidieron de ella y subieron a la camioneta. Al cerrarse las puertas, Alex sabía lo que le esperaba.
-No sé si expliqué bien la última vez que hablamos de ésto, pero de verdad no puedo seguir dejando pasar por alto tu comportamiento. Mírate con esa ropa ridícula, pareces una marica... Eso, y por otro lado, estoy harto de que hagas lo que te place. No sé que carajos tienes en esa cabeza, creo que ésto es culpa de tu madre, ha sido muy blanda contigo. A tu edad yo la mantenía a ella y era independiente. Pero mírate, tú no eres ni la mitad de lo que era yo. Solo te la pasas saliendo con quién sabe qué delincuentes. Vas a aprender a ganarte la vida, si no quieres aprender por las buenas, lo harás por las malas. Pero tu actitud de mierda me tiene hasta la coronilla.
Sus palabras eran muy hirientes, eso estaba más que claro, aquel ser no merecía ser llamado padre. Pero, Alex no tenía mas alternativa que soportar sus abusos.
-¿Quedó entendido lo que dije, pedazo de mierda?
-Está bien padre, lo entiendo. - Dijo con una voz firme, a pesar de sentir que todo dentro de él se desmoronaba, no podía llorar, no delante de aquél hombre.
-Más te vale.
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¿Crees que puedas llegar a amarme?
Teen FictionAlex se siente perdido, su infancia fue muy difícil y ésto le ha dejado ciertos traumas psicológicos, a pesar de su corta edad ha experimentado más cosas que las que cualquier joven de su edad. Scarlett es ese ángel caído que Alex necesita en su vid...