Cuando desperté, vi un techo muy alto, solo entonces me di cuenta de que estaba acostado y tirado en el suelo. Ya ni siquiera podía pensar en eso así que, cuando abrí mejor los ojos me sorprendí por lo que estaba observando. Varios Alfas tenían rodeado el cuerpo de un Omega y como había pocas mujeres en el lugar algunos Omegas hombres estaban siendo penetrados mientras que otros solo estaban frotándose contra los Alfas mientras se lamían todo el cuerpo, también había varios de ellos que estaban entrelazados entre sí mientras succionaban el pene de su compañero y al mismo tiempo eran penetrados. Fue solo hasta ese entonces que me di cuenta de la identidad de la fiesta. Era una orgía de Alfas dominantes, un lugar hecho para verter feromonas libremente.Con la vista borrosa vi a un hombre con una botella de champagne. Como la mayoría de los invitados, aquel hombre también era un Alfa dominante, estaba completamente desnudo, bebiendo mientras sostenía la cabeza de un Omega contra su pene erecto y lo empujaba con fuerza para poder hundirse más y más en su boca. En el momento en que lo vi, me disgusté. De pronto el hombre que estaba bebiendo el champagne giró la cabeza hacia mí, desafortunadamente nuestras miradas se encontraron, parecía decirme algo, pero todo estaba borroso. Estaba seguro de que no era una buena situación.
El hombre se levantó y caminó hacia mí, yo intenté levantarme pero no pude hacerlo así que intenté retroceder. Tenía que subir de nuevo al ascensor, me apoyé contra el muro mientras intentaba presionar el botón, pero era muy tarde, los ojos del hombre me habían atrapado y como lo había esperado, mi cuerpo no se movió.
Parecía sofocarme con sus feromonas, fue entonces cuando comprendí porque esos hombres habían elegido una piscina subterránea, deseaban que sus feromonas se mantuvieran en un espacio cerrado para enloquecer a todos los Omegas en la fiesta. De pronto, volví a dirigir mi mirada hacia todos aquellos que se encontraban borrachos por las feromonas que estaban esparcidas por todo el lugar, la escena volvió aparecer en mi cabeza, Omegas siendo penetrados, masturbados y usados por diversos Alfas.
Si no hubiera tomado las medicinas por adelantado habría estado, quizás así, en las mismas condiciones; sin embargo, no me sentía aliviado, apenas tenía conciencia, aunque poco a poco me estaba acercando al límite, al final, los instintos aparecían antes que la razón.
—¡...!
«¿Es hora de pensar? ¡Despierta!»
Moví desesperadamente mi mano pesada para encontrar el botón. Parecía haber una ligera vibración de la máquina moviéndose detrás de mi espalda. Mientras tanto, el hombre ya estaba muy cerca. Agarré la pared y me puse de pie sin apartar la vista de él. Como si me enfrentara a una bestia, me puse de pie para mirarlo. Podía ver al hombre extendiendo su mano. En el momento en que agarró mi hombro, abrí los ojos con una extraña sensación. Él parpadeó y se rio. La fuerza de mi respiración solo empeoraba. El hombre me miró con sus delgados ojos.
—Eres el secretario de MinGi, ¿cierto?
El sonido de su voz se escuchó como si hablara en una cueva. Tal vez mi tímpano estaba mal. Lo intenté y me disfracé.
—Si. ¿Lo necesitas?
Mi voz había sido escuchada desde muy lejos. Curiosamente, no se sentía real. Traté de sonreír lo más posible. Él no respondió. Solo bajé la cabeza mientras intentaba cubrirme la nariz.
—Oye, Omega.
Siguiendo la baja voz, el hombre presionó con fuerza la mano que sostenía mi hombro. Inmediatamente caí al suelo. Escuché un golpe, pero no sentí ningún dolor. Cuando miré hacia arriba, el pene erecto de aquel hombre estaba a la vista.
—¿Qué estás haciendo allá?
Se escuchó la voz de otro hombre. Del mismo modo, estaba desnudo, por supuesto, también era un Alfa dominante. No era bueno. Se estaban reuniendo a mi alrededor uno por uno.