Mi vida es de UNNIE 🔪❤️ (Lesbianas, Stalker)

CAPÍTULO 38 - La caída de la máscara

Observé su rostro... me sentía llena de ira y no comprendía el por qué, no soportaba tenerla en frente, nunca había sentido algo similar a esto... no puedo entender por qué estoy sintiendo esta rabia descontrolada y esta repugnancia...yo... la odio... pero... ¿cómo?, si la he odiado tanto, ¿por qué hice esas cosas?, ¿acaso me estaba mintiendo a mí misma o algo así?, ¿por qué estos sentimientos desconocidos acaban por salir a flote?, ¿qué hay malo en mí?, ¿qué me sucede?, ¿por qué... ella me está mirando así?

Su mirada es...

ATERRADORA.

Min-Jee parecía temblar levemente, de forma tétrica e indescifrable parecía estar pensando en un millón de cosas siniestras, pero no movía ni un musculo lo cual le daba un aura amenazante y horrible que podía intimidar a quien fuese con tan sólo verla. No expresaba emociones, pero podías sentir el temor en la columna vertebral como si se tratase de una alerta de tu organismo, sólo con ver aquellos ojos vacíos llenos de algo oscuro y secreto podías entonces liberar una dosis de adrenalina casi sofocante.

Ahora la mente de Min-Jee era un espacio para infinitos pensamientos y su corazón era un agujero podrido lleno de emociones maliciosas. Cada segundo de silencio era eterno para Ha-neul quien había perdido su valentía y ahora con su desprecio encontraba ligeras gotas de miedo e incertidumbre. Sin saber por qué sentía que había dicho algo que jamás debió decir, como si hubiese abierto la caja de Pandora y ahora debiese cargar con aquel mal de total culpa.

Lo primero en la cabeza de Min-Jee fue Sun Hee y sus sentimientos incontrolables y desastrosos se dirigieron con total atención a ella haciéndola culpable de todo. Luego, se hizo un planteamiento de qué pudo haber hecho mal como para llegar a ese punto que no sabía cómo arreglar, todo parecía marchar bien... había logrado aquel paso y ahora de pronto, todo se desmoronaba... entonces comprendió que... había sido demasiado permisiva. Que había dado demasiada libertad a Ha-neul tanto como para pensar por cuenta propia el querer dejarla. Se maldijo a sí misma. Por ser tan tonta... "en el amor... quien más da más ha de perder..." Recordó aquella frase y pareció retumbarle en la cabeza y en la consciencia tanto como para entonces darse la vuelta, tomar la bandeja de utensilios de la mesita de enfermería, sacar cada ítem y tomarla con sus dos delgadas y delicadas manos que eran todo menos frágiles... Ha-neul quedó unos segundos mirándola con confusión, quería escucharla decir algo y no entendía qué estaba haciendo. Hasta que entonces sintió el sonido metálico que prendió su sentido de alarma, pero ya era demasiado tarde, porque sólo alcanzó a dar un paso hacia atrás hasta que sintió el golpetazo en su cabeza que pareció retumbarle en todo el cráneo y que la hizo perder la consciencia al instante.

"Entonces es hora mi amada unnie... es hora de... que comience nuestra boda.

Primero diremos adiós a los invitados... y luego hola a nuestro juramento, como en mis sueños.

Y entonces nunca más pensarás en algo así y te arrepentirás de siquiera considerar el vivir lejos de mí.

Sabiamente me has dado la pista que necesitaba y ahora entiendo esa parte que tanto necesitaba saber...

Esa incógnita que no podía descifrar de la fórmula del amor.

Sí...

hay que despejar."