Mis ojos comienzan a picar al verlo allí, con vida. Xemerius, el demonio que me cuidó desde mi infancia estaba con vida. ¿Cómo era posible? ¿Por qué está tan demacrado? ¿Quién le hizo todo este daño?
Me acerco a él, quien parece estar plácidamente descansando en el sofá de mi madre. Si no lo conociera, creería que estaba muerto. Pasé mi mano por su cabello castaño mientras observaba su demacrado cuerpo, heridas por todo su ser, algunas aún recientes, y me quedo mirando su respirar con dificultad. No puedo negarlo, me dolía verlo de esta manera, pero realmente creí que había muerto. Volteo para ver a mi amiga, que solo está allí sin decir nada y tratando de ayudarme. Ahora mismo tengo tantas preguntas para ella, pero no es momento. Menos sabiendo que Victoria, es decir, mi madre, está mirándome confundida, pero aun así me ayuda a curar a mi amigo/padre. Claro, ella nunca conoció a Xemerius y solo sabía de él por mis historias.
—Gracias por abrirle Jessamine. —agradezco mientras veo como mi mamá trata de cerrarle algunas heridas y escuchamos alboroto arriba. Anthony debe estar cuidando bien a la nena.
—De nada. —me sonríe mientras se dedica a observarme. —Sé que Xemerius es una parte importante de tu vida, no podía dejarlo afuera.
Mi amiga es genial, puede que la mayoría del tiempo parezca que no quiere ayudar a nadie, pero sé que no es así. Ella te ayudaría hasta a esconder a un cadáver. Pero aun así me siento algo confundida. ¿Cómo sabía Jem que él era Xemerius? Jamás le había contado sobre cómo era él. Ella me conoció después de que lo creí muerto.
—Señoritas, tengo que retirarme. —escucho decir al idiota de Anthony quien camina hacia nosotras con la nena en los brazos.
—Claro, Anthony, déjame llevarme a Andrea. —dice mi madre mientras camina hacia él y carga a la niña. Esa niña tiene una seria dependencia a los brazos de las personas —te portaste muy bien hoy... —escucho a mi madre decir mientras camina a la cocina, dejándome solo con una chica misteriosa mitad ángel y un idiota que, curiosamente, es un ángel.
—¿Todo bien aquí? —pregunta Anthony mientras se acerca a nosotros.
—Oh, claro. Solo estoy tratando de revivir a un muerto. Todo normal. —digo sarcásticamente.
—Vaya, deberías dejar de hablar con Jem, te está pegando sus malos chistes. —dice para luego ponerse en cuclillas a lado de mí. —¿Lo conoces?
—Es mi padre. —digo mientras veo a Xemerius adolorido y desmayado. Odio tener tan cerca a ese idiota.
—No creí que Lucifer fuera tan débil como para que tremendos golpes de un ángel de rango medio-bajo lo dejara así. —me dice y yo no puedo evitar torcer los ojos.
—No es Lucifer. —dice mi amiga por fin algo mientras se sienta a lado de mí. —No es quien la engendró, es quien la crio.
—Entonces, ¿él es el tal Xemerius del que siempre te lamentas? —pregunta algo decepcionado. —No es por nada, pero lo creí más fuerte.
Le doy un golpe en el hombro, molesta por su actitud.
—Xemerius es fuerte. Solo que no sé por qué está tan mal herido. Siempre puede salir de lo que sea. Incluso cuando yo tenía mis poderes y lo lastimaba, siempre estaba bien.
—O sea, es tu saco de boxeo del infierno. —dice Anthony, lo que me hace darle un buen golpe en el estómago que lo tomó por sorpresa, lo que hizo que el aire le faltara.
—Bien, eso lo merecías. —dice Jem mientras que él se recuesta y trata de respirar con normalidad. —Eres un idiota si lo único que crees es que Xemerius haya sido el saco de boxeo de Zoe y realmente no entiendes las cosas como son.
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Pelea por el infierno
FantezieDespués de la muerte de Abel y rescatar a su madre, Zoelyn tendrá que entrenar para volver a recuperar sus poderes y hacerse más fuerte de lo que antes logró. Pero no todo es como lo pintan porque su enemigo querrá dañarla con más fuerza. Nuevos am...