La clásica novela corta de navidad de Charles Dickens donde nos muestra la belleza de la navidad y la belleza actualmente escondida de los hombres, donde la mas malvada criatura nos hace ver que cualquiera puede cambiar sin importan cuan mala haya s...
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(Villancico de navidad cuyo cantante es de mi país natal para entrar en ambiente 7u7)
Creyó que él espíritu le dejaría caer en aquel hoyo de gran tamaño dejándola atrapada entre la tierra avanzando el tiempo de su muerte, pero en su lugar, la misericordia se apoderó del ser supremo y le dio otra oportunidad al caer en el suelo de su habitación arrastrando las cobijas consigo.
-¡Ah! ¡Qué golpe!- exclamó bajo el manto de sus muchos edredones. Al quitarlos la luz del día extrañamente pero indudablemente le lleno de una alegría y energía suprema hasta el grado de abrir los ojos desmesuradamente formando también una sonrisa de oreja a oreja.
Era la mañana de navidad. Todavía hacía mucho frío, pero el sol estaba muy brillante. Sus cachetitos se inflaron más al abrir la ventana para asomarse por ella y notar como los ciudadanos del país caminaban animadamente con ropa abrigadora saludándose unos a otros muy animados. Nunca se había detenido a observar los lindísimos adornos que sus vecinos se esmeraron en colocar sobre sus ventanas y edificios. Lo cual ahora le parecía exageradamente ¡hermoso!
¡Es más todo se veía divino!
-Es la mañana de navidad- recordó musitando, al segundo su mente se paralizó ¡Era la mañana de navidad! - ¡Es la mañana de navidad! ¡Es Navidad! - exclamó eufórica claramente asustada pero muy feliz. El tiempo se le vino encima -¡Dios mío! ¡Hay tanto que hacer y yo no he hecho nada!
Su cama estaba sin hacer, la ventana abierta y hacía mucho frío, tal vez pronto haría más frío con una helada... ¡Pero nada de eso era importante! ¡Era navidad y ella no había hecho sus preparativos!
-Pero si estoy aquí...- se detuvo a analizar un segundo confundida por los eventos recientes... Estaba por caer a una fosa para muertos y despertaba en su cama... - ¡Me han dado otra oportunidad! -dedujo al final colapsando de emoción.
¡Si!
Sin pensarlo se puso a dar vueltas de infinita felicidad en el centro de su habitación gritando como Tarzan femenina en la selva. Ahora estaba más que segura que podía cambiar su futuro.
¡Nadie volvería a querer llevársela al infierno de nuevo!
Por lo regular las mejillas no se cansaban de tanto sonreír, pero esta vez ya estaba completamente cansada de mostrar los dientes y apachurrar las mejillas... ¿La explicación? ¡Era real! ¡Pero una sonrisa verdaderamente sincera! ¡Amaba sonreír!
Finalmente saltó sobre el colchón aventando las almohadas por doquier importándole poco el desastre que estaba haciendo en su propia habitación mandando al diablo su regla de mantener todo limpio para ser perfecta. Ser feliz era más importante que ser perfecta. Y ella era muy feliz ahora mismo.
-¡Oh, caray! Todavía tengo muchas cosas que hacer- concluyó levantándose y yendo a su armario, claro que con una sonrisa muy grande y lanzando muchas exclamaciones al aire de buena voluntad-. Tengo que darme un baño, tengo que comprar regalos, ¡Tengo que comprar adornos! No puedo dejar mi casa sin decorar en esta fecha tan importante.
