El segundo espíritu

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La tranquilidad de Jennie estaba más prendida que nunca al olvidarse algunas horas después de su desafortunado encuentro con aquel supuesto fantasma que extrañamente le había pagado un viaje a su pasado infantil

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La tranquilidad de Jennie estaba más prendida que nunca al olvidarse algunas horas después de su desafortunado encuentro con aquel supuesto fantasma que extrañamente le había pagado un viaje a su pasado infantil. Reconocía que algo de sus sentimientos estaban conmovidos y revueltos al recordar sus años felices. Porque si, Yerin tenía mucha razón en ese rasgo. Ella era muy feliz cuando era una niñita que amaba estar con sus amigos, de ese modo nunca se sintió sola... como se sentía actualmente en ocasiones, algo que debido a su orgullo jamás admitiría ni frente al espejo de su tocador.

Su cama guardaba delicadamente las sabanas que envolvían su cuerpo protegiéndolo del frió atroz. Estaba realmente segura que solo se había tratado de un escandaloso sueño que seguramente Jiwoo le había mandado como castigo, o quizás debía pensar lógicamente que Jiwoo no vendría desde el más allá para darle una lección de vida. Jiwoo no era bondadosa ni amable en su versión viva, Jennie tuvo la oportunidad de conocer todas sus manías, de ahí se forjo su carácter y no había forma alguna de que Jiwoo dijera tales argumentos como los que soñó.

Salto de la cama inesperadamente escuchando un escandaloso y horrible villancico navideño fuera de la ventana de su habitación.

¡¿Quién se atrevía a despertarla a tales horas de la noche con tales ejemplares musicales de mal gusto?!

No quería escuchar las típicas campanas sonar contra su ventana y los habituales coros que las acompañaban. Había tenido bastante fastidio con cantar Jingle Bells aquella tarde como para que un grupo de personas escandalosas quisieran perturbar su paz. Frunció el ceño y salió en busca de la causa del ruido abriendo las puertas de su ventana, diviso para la superficie de la calle y de la avenida del edificio; no encontró alguna causa ni ningún indicio del ruido. Seguramente sus vecinos artistas estaban haciendo una interminable fiesta de navidad sin fotógrafos ni reporteros de espectáculos, giró su vista para su lado derecho donde vivía más allá PSY y posteriormente a su lado izquierdo donde sorpresivamente recibió otro buen susto de una chica mirándola fijamente con un disfraz femenino de Santa Claus flotando frente en la ventana de su cocina.

—¡AHAHAHAAHAHAHAHAHA!— gritó por un interminable tiempo, en donde pudo apreciar con mucha claridad el frió del aire chocar con fuerza constantemente con sus brazos, su rostros y su cuello. Inmediatamente cerró la ventana haciendo sonar el vidrio chocar contra la base de la ventana.

<< ¡Esto no puede estar pasando!>>

Debería ser indudablemente un sueño el hecho de ver a chicas flotando hacía ella con atuendos que recuerdan a la festividad más horrible del mundo para Jennie, pero al juzgar por la forma en cómo sus brazos temblaban y su ritmo cardíaco se incrementaba a cada segundo que su cerebro procesaba una y otra vez que Jiwoo le había mandando tales criaturas, fueron motivos suficientes para que Jennie pensara que eso no era un sueño.

Se escondió debajo de su cama mientras escuchaba de nuevo atentamente el sonido de aquellos alegres villancicos sonar contra sus paredes, a cada segundo haciéndose más intensos.

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