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No entendía como carajos había llegado hasta allí.
Justo ese día, no había sido el mejor para Seungmin, y para colmo, ahora tenía que estar en ese maldito auto con ese par de... seres indeseables.
Que conste que su abuela lo había obligado a reducir la cantidad de insultos que decía por minuto.
De lo contraria, le lavaría la boca con jabón.
A Seungmin no le apetecía saber a qué sabía el jabón.
Intentaba ocultar la enorme vergüenza que hacía sus mejillas enrojecer bufando con enojo y peinando repetidas veces su cabello.
No sabía donde poner las manos.
Pero tenía en claro donde NO quería hacerlo.
Tocar a Hyunjin no era una opción y hasta allí se reducía su dilema.
Porque el pelinegro estaba sentado sobre su regazo, tan pegado al asiento delantero que parecía querer treparse como un mono.
En uno de los grandes sacudones (porque estaba seguro que su estúpido primo no sabía conducir) el cuerpo del chico cayó rotundamente hacia atrás haciendo que accidentalmente, para evitar que se sentara sobre su zona, pusiera las manos alrededor de su cintura.
Quería desaparecer.
Se preguntaba si podía vivir en la luna.
Para distraerse, tan solo se dedicó a recordar su fiasco de día.
Además, tendría material para gritarle a su almohada en las noches.
Eso siempre lo hacía sentir mejor.
/Flashback/
Había salido hecho una furia del supermercado.
La cajera había provocado un escándalo debido a una estúpida confusión.
Aunque, no era como si Seungmin fuera tolerante.
Parecía que desde esa mañana su mal genio estaba por las nubes.
Contando que esos últimos dos días sus tortuosos pensamientos no lo dejaban tranquilo.
Recordaba perfectamente sus rostros, la burla tras sus miradas de preocupación, los murmullos casi inaudibles sobre él...
Caminaba rápido, con el ceño profundamente hundido mientras dejaba que el enojo nublara sus sentidos.
Sabía que hacerlo solo era la mejor opción, se reñía por no haberle hecho caso a su consciencia.
Comenzando por el hecho de que ese... ese... ese perfecto idiota con rostro de príncipe insufrible lo había encontrado llorando patéticamente en ese jodido baño.
