Capítulo 4

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Los días para Anan pasaron tan rápido como un parpadeó.

Los sueños sobre la vida de la Anan original siguieron apareciendo sin falta cada tres día, en ellos pudo entender muchas cosas. Como por ejemplo que el carácter de Anan se debía a la mala influencia de su prima quién desde que eran niñas la manipuló y engaño para que fuese un ser egoísta, desalmado y sin ningún tipo de consideración. Todo cegada por su amor por Yiyan Xi.

A pesar del amor incondicional de su familia, estos no aprobaban que Anan corriera como desalmada detrás de un hombre. Una mujer debía hacerse valer, mantener su dignidad y elegancia. Así que a los doce años comenzaron a renstringir sus visitas a la casa de los Xi y trataron de poner un alto a sus constantes arrebatos hacia Yiyan Xi.

Esto provocó que ella se enojará demasiado con su familia y se sintiera traicionada.

Como una luz en la oscuridad, tan amable y confiable apareció su prima Ruo Ying. Ella fue la única que la apoyo en su camino de amor por Yiyan Xi. Ella no sabía las verdades intenciones de su "amada hermana" de otros padres.

Anan Seok era una niña ingenua, nacida y criada con lo mejor de lo mejor, nunca sufrió carencia y era protegida como un tesoro. Para ella todo era camino de rosas sin espinas, no sabía lo que era la maldad y que las personas pueden manipular a otras.

En realidad ella no era una niña mala, solo algo mimada.

Pero ella también era fácilmente manipulable, y esto Ruo Ying lo sabía.

Primero le metió la idea a la cabeza de que para ser la futura señora Xi debería estar a la altura de ese título, y una buena señora sabe cómo manejar su hogar comenzando desde la servidumbre. Es así como Anan comenzó a "poner" en su lugar a los empleados de su casa y más tarde a todo aquel a quien sintiera inferior. Y su corazón comenzó a oscurecerse.

Claro está que mientras tanto Ruo Ying seguía ayudando a enviar cartas para Yiyan de su parte.

Mentira.

Adel sabía por su anime, esas cartas en su mayoría iban a parar al bote de basura y las que no las usaba como pasaporte de entrada a la casa de los Xi.

De todas maneras ya era un mes desde que estaba descansando en casa, los Xi habían enviado tres invitaciones para ir a cenar o almorzar. Adel se negó bajo la excusa de no tener sentirse bien y sus padres que eran tan buenos aceptaron dejar que siguiera en reposo.

Comida en abundancia.
Una televisión gigante.
Una cama de tamaño matrimonial.
Aire acondicionado.

Lo único que estaba haciendo era comer y dormir.

Lastimosamente tenía que asistir a un almuerzo a las dos de la tarde, no podía darse el lujo de rechazar a la familia del protagonista masculino por una cuarta vez así que a pesar de su desánimo decidió afrontar el problema.

Total, si odia tanto a Anan Seok, tal vez ni siquiera se moleste en asistir. Sería lo mejor.

Se puso un vestido verde que cubría sus piernas y tenía una cinta amarrada al cuello, y unos tacones negros de tirantes.

En el espejo reitero la buena inversión que había sido este personaje, aunque el vestido era algo recatado se veía fantástica en él.

-Cariño te ves bellísima con ese vestido- elogió su padre apenas entró en la sala.

-La jóvenes dama, se ve espléndida- alago el mayordomo Gu.

--Lástima que sea para ese hombre-- bufó su hermano.

Se hizo un silencio incómodo en la sala. Todos sabían el por qué. Así que el señor Seok carraspeó y cambio de tema.

--- Lamentó no poder acompañarlas a ese almuerzo, fue un imprevisto de último momento. Discúlpenme con los Xi por tu hermano y por mi.

Anan Seok le dice ¡no! al señor XiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora