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¿Que pensarían de ellos?¿Cómo los verían?

Si se enterarán de que ambos ahora vivían juntos en un mismo techo y en una misma habitación, seguro que se empezarían a esparcir rumores

—Sera mejor llegar de manera separada–sugirio la pelinegra

—Si yo también creo eso–el también estaba consciente de la idea que se harían sus amigos y media escuela al verlos llegar juntos

Y no era para menos, Sarada era conocida en toda la escuela, y no por ser popular o belleza, si no por las veces que represento al colegio en diferentes concursos

—Oye, será mejor que tú vayas primero–la pelinegra volteo a escuchar sus palabras–Ya sabes, no puedes llegar tarde y eso...–no habían calculado bien el tiempo y estaban contra el tiempo

—Pero tu llegarás tarde...

—No importa solo ve–hablo decidido

Apretó los puños para ir corriendo directo a la escuela, Luego se arrepentiría de haber dejado a Boruto atrás, pero él tenía razón

Y así fue como unos 30 metros separó a ambos, la pelinegra había logrado llegar a tiempo pero el rubio...

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—¿Una semana de castigo?–pregunto sorprendido el pelinegro con coleta–¿No es demasiado?

—No importa–suspiro–Yo mismo me lo busque

—¿Te quedaste hasta tarde jugando videojuegos?–pregunto tratando de averiguar la situación

—No... Bueno algo asi–se rascó la nuca nervioso, el día paso de lo más normal pero el rubio tenía que quedarse a limpiar todo el salón

—Maldicion–dijo chasqueando la lengua con algo de impotencia, ¿Por qué se había sacrificado por la pelinegra? Ahora que lo pensaba con detenimiento no lo sabía, fue un impulso del momento que le hizo decir esas palabras

Vio por el cristal como la morena se despedía con un abrazo de la pelinegra, ¿Acaso Sarada no se iría a casa?

—Aqui estás–dijo la pelinegra entrando al salón

—¿Que haces aquí?, Debes irte a casa–suspiro–Seguro que la tía sakura llega temprano

—No, me dijo que llegaría tarde–puso sus manos atrás de ella–otra vez...

Ambos se quedaron en silencio, o por lo menos la pelinegra por qué el rubio comenzó a barrer el salón

—¿Ayudarás si o no cuatro ojos?–pregunto levantando una ceja, ya le ponía nervioso que se le quedará mirando fijamente

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—¡Maldita sea escondete!–exclamo la pelinegra empujándolo

—¡¿Por qué?!–pregunto exaltado, estaba disfrutando una corta siesta pero el grito de la pelinegra lo había despertado

—ChouChou está en la puerta de la casa–esto puso alerta al rubio, la situación no era buena, y más aún sabiendo que la morena romantizaba cualquier situación

—¿Dónde me escondo?–pregunto mirando a todos lados

—¿Boruto?¿Sarada?–pregunto parada en la puerta viendo la situación

—(¡¿Cómo entro?!)–se preguntaron ambos

—¡Lo sabía!–dijo mirándolos a ambos con un brillo en los ojos, tanto el Uzumaki como la Uchiha suspiraron, Aquí venía su discurso sobre el amor

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—¿Pero no es extraño que un chico se quede en tu cuarto?–dijo acercándose a ella–Ya sabes... Solos... En una habitación...

—Pervertida...–dijo poniendo una mirada sombría, miro hacia el otro extremo donde el rubio yacia mirando hacia la nada tratando de ignorar a la morena y sus incómodas preguntas

—Te tengo buenas noticias–exclamo la morena viendo a su amiga–Me gusta un chico–sonrio

La habitación se quedó en silencio absoluto, La pelinegra aún procesaba sus palabras y el rubio parecía incómodo escuchando sus conversaciones

—¿Enserio?¿Y quién es?

Se tapo las orejas para no escuchar, tampoco era como si le interesará esas cosas. Miro de reojo la habitación de la pelinegra y otra vez recordó aquella caja que había Sido guardada con llave

¿Que había dentro de la caja que fuera tan importante?

Uno de estos días lo averiguaría, pero no será ni hoy ni mañana.

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—Oye sarada–ella hizo un monosílabo para que continuará, aún mantenía su vista fija en su libro–Lo siento...

—¿Eh?–pregunto confusa

—Nada olvídalo–susurro pero aún así ella lo escucho y decidió no tocar más el tema

Conocía a Sarada desde que tuvo memoria, No sabía el por qué ni cuando se comenzaron a hablar, pero seguro tenía que ver con que sus padres eran amigos

—¿Recuerdas a nuestros amigos de la guardería?–pregunto curioso

—Hmm–llevo sus dedos hacia su menton–No es que fuera importante... Pero aún así no los recuerdo–dijo mirándolo

La mirada del rubio decayó, Un antiguo sentimiento de culpa lo invadio después de mucho tiempo

Un sentimiento que pronto saldría a la luz

Mis Días ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora