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Dio un gran suspiro mientras caminaba con la mochila, la clase lo había dejado pensativo

¿Qué sería de su futuro?

Nunca lo había pensado tan a detalle ni tampoco se había planteado una meta en específico. Es más...

¿Por qué estudiaba? ¿Para enorgullecer a sus padres?¿Para tener un buen empleo?

—Sarada...¿Que piensas hacer en el futuro?–Sarada alzó la mirada viéndolo, no tenía ninguna obligación de responderle pero si no lo hacía probablemente la seguiría molestando

—Pensaba ser médico como mi mamá pero... Se me da mejor los números así que... Pienso que algo relacionado a eso–¿Ella ya había pensado en algunas opciones?

La pelinegra vio como su amigo revolvía su cabello, probablemente pensando en algo. Siempre tuvo ese hábito

—¿Que... Que piensas del matrimonio?–silencio rotundo, esa pregunta la había dejado helada...

—B-Bueno...–¿Por qué estaba tan nerviosa? Era una pregunta muy común, ¿No? Después de todo ambos tarde o temprano terminarían encontrando al amor de su vida y formarían una familia–Oh ya llegamos–el rubio achico los ojos dándose cuenta que trataba de desviar el tema, adoraba molestarla

Era cierto, ninguno de los 2 se había puesto a pensar sobre el amor o algún tipo de sentimiento hacia otra persona, solo habían tenido cabeza para sus estudios y familia

Tampoco se le podía exigir mucho a unos par de adolescentes, los 2 todavía tenían un largo camino que recorrer

Ambos con un pensamiento similar sobre su futuro entraron a la residencia uchiha

—Ahora que lo recuerdo... ¿Tu madre no pidió que sacaramos algo de tu sótano?–pregunto el rubio, la uchiha rodo los ojos

—Claramente no lo eh olvidado, es más iba justo a recogerlo–el rubio siguió a la pelinegra por detrás, ambos sabian muy bien la razón

Al llegar al oscuro cuarto compuesto por una puerta y una escalera escalofriante sacada de una película de terror. Se adentraron a lo profundo del sótano junto con una linterna

¿Sería el momento perfecto para darle un buen susto a la pelinegra?

Con esa intención el rubio retrocedió un poco, pero en un descuido choco contra la puerta cerrandola

Ambos quedaron con una mirada perdida viendo como el último rayo de luz desaparecida junto a toda esperanza de salir

—Ghr ¡¡Boruto!!–ahora tendría que enfrentar la ira de su amiga, y seguro que no salía ileso

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30 minutos, era el tiempo que habían pasado encerrados. Al final no lograron encontrar aquel objeto que les había pedido la Haruno y ahora debían esperar a su regreso

Además aquella linterna que había traído consigo ya no tenía mucho tiempo de vida debido a que usaba pilas

Pero ese no era el mayor problema, el mayor problema era otro .... Y estaba al lado del rubio

Era la pelinegra que comenzó a apretar la manga del rubio con fuerza, había olvidado por completo la fobia de Sarada... Lugares cerrados y oscuridad eran una mala combinación para ella

—¿Cuánto tiempo le queda a la linterna?–pregunto tratando de ignorar que la pelinegra lo estaba apretando con sus manos–Unos 3 minutos....–hablo con dificultad

A los ojos de la pelinegra la habitación se volvía más oscura a cada segundo que pasaba

—Ahora que lo recuerdo–hablo llamando su atención–También le tienes miedo a los rayos, ¿No?

Ella grupo a lo bajo, maldición... El rubio conocía todas sus debilidades. Ignoro su pregunta para aumentar su agarre

—Mejor hablemos de algo, ¿te parece?–menciono al ver que el estado de la pelinegra estaba empeorando

—Si...

—Espera...–abrio los ojos, ¿Como pudo haberlo olvidado?–Acabo de recordar algo muy importante...

—¿De qué hablas?–pregunto curiosa, la puerta se abrió frenéticamente, la pelirosa miraba a ambos adolescentes con una mirada sería, probablemente pensando como habían terminado en esta situación

Tenían mucho que explicar

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Apagó su celular sin expresión alguna, tal como lo sospechaba, mañana sería el día

Debido a la interrupción de Sakura no pudo decirle a sarada absolutamente nada, tan solo le quedaba esperar a que se terminará de bañar

¿Cómo es que había olvidado su existencia?

Mañana probablemente sería un día difícil, y no solo para él

—Asi que pronto llegarás...–se alzó del suelo dirigiéndose a la ventana–Akane...

Esa última palabra se la llevó el viento junto con sus pensamientos

Mis Días ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora