12

476 54 3
                                    

—¿Por qué se van a divorciar?–su voz estaba apunto de quebrarse, sus ojos cristalinos amenazaban con dejar salir una lágrima

Luego de haber escuchado la palabra "Divorcio", la pequeña uchiha había esperado escondida

Al ver cómo terminaban su charla entre palabras desconocidas para la niña. Ella pidio hablar a solas con su madre

—¡¡Respóndeme!!–dijo apretando sus dientes con fuerza. La Haruno estaba sorprendida por su actitud, aunque tenía razones para estar así

Nunca sería fácil decirle a tus hijos sobre el divorcio

—Sarada yo...–tomo aire para seguir hablando–Simplemente tu padre y yo hemos decidido separarnos... Solo eso...

—¿Solo eso?–su mirada estaba vacía y sombria–Solo eso...

La Haruno se dió cuenta de que había elegido las palabras incorrectas para expresarse. No pudo reaccionar a tiempo cuando ella salió corriendo

—¡SARADA!–la siguió por detrás.
.
.
.

Akane aún pensativa si debía seguir a su amiga miro hacia el cuarto, Himawari ya había parado de llorar y ahora el rubio estaba acomodándola para dormir

La puerta de la habitación principal se abrió mostrando una cabellera negra

—Sarada... ¿Que te...

Ella la ignoro y salió corriendo hacia afuera de dónde se hospedaban. Segundos después la Pelirosa apareció en la misma puerta

* * *

Akane corría con todas sus fuerzas tratando de encontrar a la pelinegra. Al mismo tiempo Boruto que estaba a su lado, Gritaba su nombre

Sakura también la estaba buscando, obviamente no en la misma zona que ellos.

Ambos chicos también habían salido corriendo cuando se enteraron de lo que estaba pasando

Al cruzar un arbusto finalmente encontraron el final del bosque. Ahora solo había un suelo hecho de rocas grandes

La peliroja siguió avanzando, Sarada podría estar en cualquier parte. No era de las personas que se escondían en sitios fáciles de encontrar

Antes de llegar a lo que parecía una esquina, una vestimenta conocida para ella apareció

—Sara...

¡Plack! sus cuerpos chocaron, la pelinegra retrocedió unos cuantos centímetros. Uno de sus pies que estaban casi al filo del camino resbaló

sus mechones negros se elevaron hasta su mejilla mientras su cuerpo se despegaba del suelo rocoso. Akane levanto la mirada en shock

algo amarillo paso por su lado, o más bien unos mechones dorados...

sin pensarlo el rubio se lanzó extendiendo su mano, todo ocurría en cámara lenta

Akane aún petrificada

Boruto tratando de alcanzar a Sarada

Y Sarada pensando que le sucedería

ambos dedos rozaron por un segundo para luego tomarse completamente de las manos en medio del aire.

Los 3 sabían que debajo de ellos había un amplio abismo, ¿Por qué había un gran abismo como este?

Parecía un gran pozo sin fin....

las mangas de su chaqueta se enrollaron a través de su cintura mientras trataba de esconder su cara en su pecho

El Uzumaki sabía que esto no terminaría bien para ambos

—¡Boruto!¡Sarada!–Finalmente akane reaccionó, pero fue demasiado tarde

ambos cayeron hacia rodando hacia el abismo.

las pequeñas piedras golpeaban el cuerpo del rubio mientras se deslizaba, rasgaban su ropa y le producían heridas en su cuerpo

pero a pesar de eso, No permitió que Sarada recibiera golpe alguno. Tratando de no soltar una lágrima por el dolor, El Uzumaki no tenía otra opción que seguir usando su cuerpo como escudo

La pelinegra abrió sus ojos

Pero tan pronto como los abrió, estos se cerraron de inmediato

Todo se volvió negro

* * *

Un chirrido retumbo en sus odios haciéndole doler la cabeza, abrió sus ojos viendo directamente la luz que la cegaba

—¡Sarada!–su vista se enfoco en la persona que estaba frente a ella, sus ojos mostraban angustia y preocupación

—Quien...–Finalmente pudo ver la silueta de su madre–¿Mamá?

—Que alivio...–suspiro agarrando su pecho

La pequeña uchiha miro hacia todos lados, buscaba con su mirada algún otro rostro conocido

—Mamá...

—Lo siento mucho hija...–Sus brazos la envolvieron, Sarada se sintió confusa, ¿Por qué se disculpaba?

—Quien... ¿Quien es ese chico?–pregunto dirigiendo su mirada. a una cama que estaba al lado de la suya

sus mechones dorados estaban derrapados sobre la cama y mantenía sus ojos cerrados

—Hija... ¿N-No lo recuerdas?

—Creo que... Lo he visto en algún la...¡¡Ah!!–Agarro su cabeza con fuerza, Parecía que iba a estallar

—(¿Por qué me duele la cabeza?¿Siento que lo conozco?¿Cómo se llama?)

En la puerta de la habitación se podía ver unos ojos rojos observando el escenario











Mis Días ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora