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Naruto brincaba de árbol en árbol vigilando a aquel chico rico, observando como sus guardaespaldas caminaban rodeándole, protegiéndole por todos los lugares.

Se detuvo al ver cómo el cliente entraba a una tienda, por lo que decidió bajar de su lugar

Miró el cielo, esperando que su amado lo acompañe en aquella misión.

Le había dejado una nota en la mesa, avisándole en donde estaría y si quería acompañarlo.

Después de todo ayer no puedo dormir con su azabache, pues este no se encontraba en su departamento.

Sabía que lo más probable, es que se haya ido con su compañero, buscando algunas excusas para ocultar sus reuniones.

Suspiro y se recargo en una pared mirando con atención aquel lugar donde aquel chico había entrado.

Por la ventana podía ver como aquella persona compraba y hablaba con alguien.

Frunció el ceño, nunca le había gustado relacionarse con personas de ese tipo, siempre se creían intocables y solo sabían dar órdenes.

Lo miró por unos segundos, aquel chico tenía ojos negros y el cabello castaño claro peinando en forma de copete. Vestía una camisa verde de cuello alto y manga larga bajo una chaqueta amarilla con cuatro botones en el pecho y cuatro en las mangas, pantalones grises con diseño de cuadros y las típicas sandalias shinobi.

Se cruzó de brazos, no veía nada diferente en ese chico, suspiro deseando que ese Uchiha no tardará. Era aburrido estar solo en una misión

Se puso firme al ver como el castaño salía de la tienda, iba a regresar a su posición pero el cliente le habló.

Oye -

Naruto decidido caminar hacia él, con esa singular sonrisa que lo caracterizaba sin darle importancia a aquel sonrojo que apareció en el cliente

E.. Eres uno de los ninjas de konoha ¿verdad? - miro con detenimiento aquellas marcas zorrunas en las mejillas del rubio

No pudo evitar pensar que aquel chico era demasiado lindo, esas marcas le daban un toque adorable, más esos ojos azules y ese rubio cabello que aumentaban su belleza al ser delineando por los rayos de sol.

Una belleza sin comparación.

Sí, mi nombre es Naruto Uzumaki - alzó una de sus manos, queriendo estrechar la contraria.

Pero aquello no sucedió, en cambio el chico recibió el saludo tomándola con sus dos manos, acariciándolo con sus pulgares.

Mucho gusto, mi nombre es Tentō Madoka, soy el hijo del damiyo del fuego -

Naruto asintió un poco incómodo por aquella acción, sonrió nervioso buscando separarse del castaño.

Pero el agarre era muy fuerte y no ayudaba que ese chico le sonriera y lo mirara fijamente.

Dime naru, que tal si caminas a mi lado, puedes entrar a mi carruaje - con algo de fuerza jalo el cuerpo del rubio y lo tomo de las caderas.

Naruto coloco sus manos en el pecho del castaño buscando separarse aunque sea un poco.

Dime, te gustaría? -

Busco librarse de ese momento tan incómodo. Por unos momentos pensó que debía de golpearlo, o tal vez utilizaría su jutsu de sustitución para regresar a su lugar.

Pero no pensó que su cuerpo fuera rescatado por un joven azabache de 13 años.

Un gran sonrojo invadió sus mejillas al ver a su cuervo detrás de él, juraba que en cualquier momento se desmayaría, después de todo, aun siendo más joven era increíblemente atractivo

Lo siento, pero debemos de continuar con la misión, debemos de protegerlo por la lejanía -

Aquella voz sonó tan fría y seria que el chico y sus guardaespaldas temblaron, retrocedieron unos cuantos pasos alejándose de aquel azabache.

Tentō trago duro y respiro hondamente, no se iba dejar mandar por un shinobi de cuarta.

Es una orden -

Itachi en ningún momento perdió su seriedad, solo le causaba risa aquella pose de intimidación que trataba de imponer ese niño.

Sonrió de lado y junto un poco más el cuerpo del rubio, bajando poco a poco una de sus manos al trasero del Uzumaki.

Será una orden suya, pero nuestra líder también nos ha dado órdenes estrictas, además – caminó un poco acercándose al castaño - si no lo protegemos desde la lejanía, tal vez lo maten

Aquellos ojos oscuros habían cambiado a un color rojizo que hizo temblar el cuerpo del chico.

Va.. Vámonos - dio media vuelta subiendo a su carruaje.

Aunque dentro de este, no pudo evitar gruñir al ver como ese azabache se llevaba al sexy rubio.

Sonrió de lado, no siempre estarían juntos así que solo debía de ser paciente y podría tomar al chico.

Mientras que itachi subió a uno de los árboles cargando a un Uzumaki que no dejaba de ronronear de alegría, frotando su rostro al pecho del Uchiha.

Itachi kun -

Itachi bajo al rubio y lo empujó contra uno de los árboles, sin dejarlo reaccionar, junto sus labios con los del Uzumaki

Naruto se encontraba confundido, pero correspondió aquel gesto, dejándose llevar por todas esas emociones que comenzaba a sentir

Las manos de su azabache tocaban su trasero con deseo, apretando lo de vez en cuando provocándole algunos gemidos, los cuales eran callados por aquel beso tan apasionado que le daba su querido novio.

Itachi no podía dejar de besar y tocar a su pareja, su lado posesivo apareció al ver como ese niño tenía a su novio.

Era asqueroso pensar que alguien más tocaba lo que él trataba de respetar.

Naruto - jadeaba juntando su frente con la del rubio, observando fijamente esos ojos azules.

Las manos del rubio bajaron lentamente hasta llegar a la entrepierna del Uchiha, quien jadeo un poco al sentir aquella acaricia.

No se había dado cuenta que se había puesto duro con tan solo besar a su pareja.

Itachi - ronroneo al oído del azabache sintiendo como aquel cuerpo temblaba por sus acaricias - dejemos algunos clones y vamos a un lugar privado.

No iba a desaprovechar esa oportunidad, su azabache estaba excitado y eso le ayudaría a llegar al final.

Solo debían de irse de ese sitio y podría lograr su cometido.

Itachi estaba dejándose llevar por ese ambiente tan caliente que los rodeaba, no podía evitar recordar su plática con su amigo.

Tampoco le ayudaba que tenga a ese sucumbo besando su cuello y subiéndole la camisa, todos los meses que se había aguantado le estaban cobrando factura.

Pero para su salvación, un grito logró regresarlos a la normalidad.

El cliente estaba siendo atacado. Por lo que Itachi se separó del rubio y se acomodó su ropa.

Va.. Vamos tenemos que ir - comenzó a saltar alejándose del pequeño.

Mientras que naruto maldecía a las personas que se atrevieron a interrumpir su momento, pero no se iba a rendir

Después de todo tenía una semana para estar con su azabache, además de que tenía una carta a su favor, podría utilizar a ese niño rico para sacar esos celos de su pareja.

Aquella idea comenzaba a gustarle, así que con una sonrisa siguió al azabache, tranzando un gran plan en su mente para por fin dejar de ser virgen. 

Proteger a nuestro sol - itachi x narutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora